MUSICA Fue el bajista de Joy Division y luego de New Order, grupo que dejó hace ocho años, cuando se enemistó hasta la locura con Bernard Sumner, cantante, guitarrista y su compañero desde los ’70. Peter Hook es un hombre temperamental, un músico legendario y un personaje central en la escena del rock inglés: ahora vuelve a Buenos Aires con grupo nuevo, The Light, y prepara para el miércoles que viene un show para fans: tocará, enteros y en orden, los dos discos de Joy Division, Unknown Pleasures y Closer. Antes del concierto habló sobre la disputa inacabable con su ex compañero, sus libros sobre The Hacienda y Joy Division –y el que se viene, escandaloso, sobre New Order– y sobre cómo tratar de mantenerse relevante a los 58 años.
› Por Sergio Marchi
“El secreto es odiarse el uno al otro muy intensamente.” Peter Hook le decía esto hastiado, aunque con cierto sentido del humor todavía, a un periodista argentino que una noche de noviembre de 2006 le preguntó por el largo viaje de New Order sin saber que éste llegaba a su fin en cuestión de horas. New Order, mítica banda de electro-dance-dark-rock-post-punk, se disolvió sin aspavientos aquella noche. “Honestamente, no veo un futuro para New Order: éste es nuestro último show”, confirmaba el bajista. Pero New Order siguió sin él y los que vieron al grupo en el Lollapalooza vernáculo este año saben que mantiene las formas, el repertorio, pero que perdió las fuerzas y se transformó en una banda de covers con poca alma.
Peter Hook, un tipo temperamental, urdió una venganza que alcanza ribetes cómicos en su ya mítica enemistad con Bernard Sumner, su ex compañero tanto en Joy Division como en New Order. Sumner editó este año su libro de memorias, Chapter and Verse, en el que hace un racconto de su vida y sus bandas. Y Peter Hook no tuvo mejor idea que hacer la crítica para la revista Billboard. Más que crítica, fue una autopsia; aquí van algunos párrafos. “En el libro se saltea por completo varios discos de New Order, no hace mención de sus métodos de composición de música o letras, ni tampoco nombra sus sueños para su música o la del grupo. A menudo encuentro a Bernard muy contradictorio y cuando escribe sobre mí es cruel y vengativo. Todos recordamos las cosas de modo diferente y tenemos diferentes recuerdos. Sin embargo, Bernard parece recordar solamente las cosas que sirven a su propio propósito. Este libro parece, entre sus múltiples propósitos, un modo de eliminar a un bajista problemático de la historia.”
Lo que cuesta entender es por qué Bernard le envió un ejemplar firmado, que el bajista muestra en su site de Internet, si hay tanto rencor todavía corriendo entre ellos. Peter Hook le explica a Radar esa historia: “¡Ja, ja! Me hice de una de las primeras copias del libro antes de que fuera editado y, obviamente, no estaba firmado. Un amigo logró que Bernard le firmara una copia en uno de esos eventos de promoción de libros, le dijo que se llamaba Peter, y ahora yo tengo esa copia. Entonces, parece que me lo hubiera dedicado. Estoy seguro de que se va a enojar muchísimo cuando se entere”.
A ocho años de la separación de New Order, Peter Hook derrocha energía y se divide en varios proyectos. Dos de ellos han sido libros de memorias y hay un tercero en proceso. Y su nueva banda, The Light, también revisita su pasado musical realizando shows conceptuales en los que sus viejos discos son tocados enteros. El próximo miércoles, los fanáticos de Joy Division podrán asistir a una ceremonia poco habitual en Niceto, donde The Light tocará enteros los dos álbumes del grupo que Hook integró junto a Ian Curtis y Bernard Sumner (mal que le pese): Unknown Pleasures y Closer. “Este proyecto comenzó en 2010”, cuenta Hook. “Habían pasado treinta años desde que nuestro cantante en Joy Division, Ian Curtis, se suicidara. Yo quería encontrar una manera de celebrar su vida y su trabajo, entonces formé una banda y decidí que íbamos a tocar el material de Unknown Pleasures en vivo en Manchester, solamente una vez, como homenaje. La función se vendió rápidamente, entonces agregamos una segunda que también se agotó. Y de ahí en adelante nos invitaron de todas partes del mundo para que tocáramos ese material, y fue una experiencia fantástica. Hicimos una gira con Unknown Pleasures, y después comenzamos a tocar las canciones de Closer. Luego pasamos a tocar los dos primeros álbumes de New Order, Movement y Power, Corruption & Lies, show que llevamos a la Argentina el año pasado y que fue genial. Entonces, este año vamos a tocar los discos de Joy Division completos en Niceto. Pero para que todos estén felices vamos a hacer de soportes de no-sotros mismos y vamos a abrir el show con un set de temas de New Order. Así que procuren venir temprano.”
Joy Division dejó una obra breve pero sumamente influyente: fueron la banda que mejor definió el post-punk, pese a que se iniciaron como émulos de Sex Pistols el 4 de junio de 1976, cuando Hook y Sumner asistieron al show que Johnny Rotten y los suyos dieron en Manchester. Luego de un aviso en un periódico buscando un “cantante visionario”, se les apareció Ian Curtis. Con sus letras de alienación y su corrosivo sonar, Joy Division dejó una marca que separa al punk de lo que vino después, anticipando corrientes como el rock gótico, el dark-rock y el angst-rock. El suicidio de Curtis lo elevó a la categoría de leyenda, y forzó al resto a elaborar su duelo bajo el nombre de New Order, lo que fue una excusa para no asumir su muerte, según cuenta Hook. “Para mí siempre es difícil pensar en Ian, en primer y más importante lugar porque fue mi amigo, y lo perdí. Todavía me pone muy triste. Lo recuerdo como un músico fantástico, un escritor maravilloso y un amigo genial y leal, y siempre lo voy a recordar así. En el momento no sabíamos cómo reaccionar con respecto a su muerte, entonces comenzamos de nuevo con New Order, y creo que ése fue nuestro modo de lidiar con la pérdida de Ian. Pero ahora puedo mirar atrás y pensar las cosas adecuadamente. Es una verdadera pena haberlo perdido tan joven.”
Peter Hook parece haberse forzado a sí mismo a mirar esa escena con su plan de reconstrucción de su pasado musical, que comenzó por la música y continuó a través de los libros. Ya lleva editados dos; el primero relata la historia de The Hacienda, el mítico club de Manchester que fue un activo colaborador en la propagación del estilo Acid-House a fines de los ‘80. Hook fue socio de Tony Wilson en aquella aventura. El volumen se llama How Not to Run A Club (Cómo no manejar un club). Cuando se abre el libro, aparece la fachada del local y en el entresijo que hay entre vivienda y hacienda resalta una leyenda que dice: “Protégeme de lo que quiero”. El segundo libro de Hook se llama Unknown Pleasures: Inside Joy Division (Placeres desconocidos: dentro de Joy Division), y narra la historia de la legendaria banda de Manchester. “Realmente disfruté escribir esos libros, y fue un proceso muy catártico. Lleva un largo tiempo hacerlo bien, pero al final vale la pena y uno se siente orgulloso del trabajo realizado, tanto con el libro de The Hacienda como con el de Joy Division. El de New Order saldrá pronto; casi terminé de escribirlo. Es bueno porque uno siempre recuerda cosas nuevas e historias graciosas que se suman a las que uno habitualmente rememora.”
La idea de Peter Hook contando la historia de New Order hace pensar que por ese libro va a correr sangre... “Escribir el libro de Joy Division fue realmente fácil porque cuando estábamos en la banda todos nos enfocábamos mucho en la música y no había otra cosa que nos distrajese. Con New Order uno ya tiene que tener en cuenta todas las cuestiones de dinero, los problemas con The Hacienda, las drogas, las chicas, el alcohol. Va a ser muy difícil escribir sobre cosas como la separación de la banda y los problemas que yo tuve con Bernard. Pero haré todo lo posible por escribir sobre todo de un modo justo y honesto, como ya lo hice con los otros dos libros.”
Desde la separación de New Order ya transcurrieron casi ocho años, pero es como una fogata que aún no se ha apagado del todo ni para Peter Hook ni para Bernard Sumner, de acuerdo con lo que han escrito en sus respectivos libros. “Pasaron muchas cosas y se dijeron otras tantas. Lo que encuentro ridículo es que Bernard, en su libro, dice que ahora son todos tan felices y trata de hacer ver que el único problema era yo. Estoy seguro de que sigue siendo el mismo miserable que conocí cuando estuve en esa banda con él. El Falso New Order, tal como los llamo, puede salir de gira si tiene ganas, pero se están tergiversando ellos mismos. No son New Order ni nunca lo serán, sus shows ahora son muy flojos, tocando los mismos grandes éxitos una y otra vez, y cobrando un montón de dinero, mientras que lo que nosotros hacemos es muy distinto. En Buenos Aires vamos a presentar dos discos en vivo y de manera completa, y además haremos un set de temas de New Order, con lo que el show tendrá unas treinta canciones y durará casi tres horas. De última, el público puede ver a las dos bandas y darse cuenta de cómo son las cosas.”
Evidentemente, esta competencia de-sembozada deja en claro que parte del motor de este proceso de revisión histórica por parte de Hook, es una manera de arreglar cuentas pendientes, y que su afirmación sobre el secreto de la vigencia (“odiarse uno al otro intensamente”) sigue en pie. “Es verdad que parte de nuestra mejor música surgió cuando realmente nos odiábamos el uno al otro. Creo que es importante que esa tensión exista porque te impulsa y querés hacer las cosas cada vez mejor. Realmente es gracioso, la tensión es buena por razones creativas, pero algunas veces es demasiado y es por eso que la banda se separó. Ellos pueden hacer de cuenta que son New Order otra vez, si quieren, pero la verdad es que New Order se separó porque yo ya no podía tolerar más el ridículo comportamiento de Bernard, no sólo hacia el resto de la banda y los asistentes, sino hacia los fans. ¡Esa fue la gota que rebasó el vaso!”
Más que una banda nueva, lo que ha hecho Peter Hook es contratar nuevo personal que lo ayude en su propia exhumación del material de Joy Division y New Order. Resulta extraño –o tal vez no tanto– pensar que el show de Sex Pistols que fueron a ver Sumner y Hook en 1976 derivó en una sociedad que alteró el curso del rock. Las dos bandas que crearon juntos son ahora referencias musicales ineludibles para todo aquel que desee entender algunas de las sonoridades del rock de hoy. Un sueño de la adolescencia que se hizo realidad y que hoy es enemistad declarada. Pero lejos de ser solamente un gesto de rencor, el de Hook es un modo de reinventarse a sí mismo a una edad en la que se suponía que los músicos iban a retirarse. Tiene 58 años intensamente, y piensa agregar más a la cuenta. “Soy muy consciente de que Joy Division jamás fue a la Argentina, y que la gente nunca tuvo la oportunidad de vernos en vivo, pero que sí tiene los discos, los escucha y los ama. Con The Light tocamos esos discos y tratamos de encontrar un punto medio, respetando los arreglos originales, pero también intentando replicar el sonido de Joy Division en vivo. A veces las cosas funcionan mejor cuando hacés algún cambio mínimo o utilizás distintas partes.”
Actualmente, The Light está tocando en Europa los temas del tercer y cuarto álbum de New Order, es decir Low-Life y Brotherhood, pero como Peter Hook visitó Argentina cuando presentaba Movement y Power, Corruption & Lies, es decir, los dos primeros trabajos, no quiso dejar a los fanáticos de Joy Division sin la oportunidad de disfrutar del repertorio de la banda que integró con Ian Curtis. Eso sí, no puede replicar su voz: The Light parece Joy Division con Lemmy de Mötorhead al micrófono. “Cuando vuelvo a escuchar los discos de New Order para hacer estos shows, lo que me parece increíble es la cantidad de buenas canciones que no tocamos cuando estábamos juntos; es una vergüenza, porque son geniales y los demás eran muy haraganes como para tocarlas y simplemente se rehusaban.”
Ahora, con las manos libres, Peter Hook puede hacer lo que quiere y lo hace. Y él quería luz, ¿para contar su lado de la historia? “No, le puse The Light (La Luz) a la banda para que cuando la gente viniera a vernos pudiera irse diciendo que, efectivamente, había visto la luz. Pero el que vio la luz fui yo con este proyecto, porque es genial poder volver a tocar estas canciones y hacer sonar otras que New Order no quería hacer. De la oscuridad que se generó con la separación de New Order apareció la luz que me posibilitó tocar nuevamente en vivo, y me siento muy feliz por esto.”
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