MúSICA > EZEQUIEL BORRA
MUSICA Docente, productor y multiinstrumentista, Ezequiel Borra forma parte de la generación de cancionistas más relevante de los últimos años. Después de sus eclécticos y variados primeros discos acaba de editar un nuevo trabajo Lo peor (¿Usted está aquí? Vol. II) que, desde varios géneros, hace pie, siempre, en la canción. Y tiene invitados que van desde Liliana Herrero y Leo Maslíah hasta los coros del Frente de Artistas del Borda, del taller de música del hogar Padre Mujica de la Villa 31 y de niños de la escuela primaria Casto Munita.
› Por Juan Ignacio Babino
El podólogo le dijo que, además de tener una curva muy pronunciada en la planta, tiene más porcentaje de sus pies en el aire que sobre la tierra. “Y tengo que usar unas plantillotas para poder tocar la tierra, ¿podés creer?” dice. Y eso, aunque parezca raro, tiene mucho que ver con su música.
Ezequiel Borra nació en 1981 en el barrio de Núñez –cerca de donde hoy vive– y de su infancia recuerda, sobre todo, las noches en las que su mamá lo hacía dormir cantándole, entre otras, algunas tonadas de María Elena Walsh y una que mucho tiempo después supo que era de Charly García: “Ella me cantaba ´te daré algunas cosas cuando te vayas, un anillo tres rosas, cuando te vayas´ que es hermoso. Era un susurrito y esa voz así, frágil y verdadera, sin ninguna pretensión, yo la sigo escuchando adentro mío. Para siempre”. A los 9 años empezó a estudiar música y no pasó mucho tiempo hasta ingresar en la Escuela de Música de Buenos Aires (EMBA). Allí fueron años de mucho estudio. Sobre todo jazz. En 2004, después de irse de gira acompañando a Juana Molina, editó su primer disco, El placard –tan literal en su nombre: fue allí que lo grabó, en el placard de la habitación de su casa–, trabajo un tanto caótico, deforme. “Sucede que en el primer disco uno quiere meter todo y no fui la excepción.” Disco que, entre todo, en ambos extremos encuentra los influjos de Spinetta y Eduardo Mateo –“Vete de ti”, “Vuelve”, “Mi tiempo es hoy”, tracks 3, 4, y 5; y “Nena colorida”– ante última canción. “Mateo aparece más o menos en esa época. Es un antes y un después, me reconocí en un lugar. Es como un aliado. Una vez dijo Alejandro Terán, ‘uno no hace la música que le gusta, sino de la que está hecho’. Hay momentos que estoy cantando y siento que pasa por adentro mío, como un médium. Tengo el recuerdo de estar grabando ‘Nena colorida’, dedicada a él, y sentir que él estaba cantando. Fue como un vórtice de lo que estaba mamando en ese momento: la música brasilera y la afro, el candombe, la mbira. Y el hombre cantor sin vergüenza que está más allá de las tendencias estéticas. Sus canciones me agarraron, me emocionaron, me dieron miedo, me hicieron reír. No voy a olvidarme nunca la noche que Seba Escofet me mostró la canción ‘María’. Volé. Me sentí cerca como siempre me sentí con Charly, pero con el cosmos que me daba Spinetta. Y con África”. El doble Las cosas del mundo/De todos los días (2009), es un disco denso en la escucha y súper cargado musical e instrumentalmente donde la cabeza de Borra –imparable, genial, obsesiva- parece haber volcado todo y más. “Ahí ya conceptualicé bastante más, en Las cosas del mundo sobre todo. Sigue siendo un disco extremo, en el sentido de exposición. Me expuse a un nivel importante”.
¿Usted está aquí? Vol. I se editó en 2013 y fue el comienzo de una búsqueda musical que parece concretarse en el flamante Lo peor (¿Usted está aquí? Vol. II). Un sonido más orquestal, de banda. “En el uno aparece el corazón de una banda tocando, yo en un estado interior nuevo de salir del laboratorio y empezar a trabajar también con las ideas de los otros. Todo un ejercicio de confianza, identificando el lugar que necesitaba de compensación y de aprendizaje. Y en el nuevo más aún. Este es más ensamble, si entra un sonido o un instrumento se queda sonando. Me gustan ambos. Son diferentes. Me gustaría hacer discos de maneras cada vez más fluídas” dice. Eso se traduce en Lo peor, grabado junto al ensamble Sandanga Vietnamita: Juan Telechea (bajo, contrabajo, coros), Nicolás Echeverría (batería, percusión y coros), Juan Kiss (clarinete), Leo Paganini (clarón, saxo tenor, coros) y Sofía Viola (voz y juguetes). No es un disco de géneros puros pero sí que los hay: por ejemplo la zamba “Corazón en la trinchera” (atravesada por la voz de Liliana Herrero), el blues “Los sonámbulos”, el bolero “Lo Peor”, la oda irónica dedicada a Buenos Aires en la salsera “Ese qué sé yo”, entre otros. “Empecé a darme cuenta de la fortaleza de lo simple, de lo conciso. Yo venía de un palo en el que si había algo sencillo o que era muy propio del género, le ponía algo muy raro para escaparme de ahí. Y ahora estoy en lo contrario, los géneros están y también se entrelazan”. Y agrega, al tiempo que le agradece a Sofía Viola por una exquisita torta que acaba de convidar: “Vos fuiste todo un cambio en mi vida. Porque cuando empecé a trabajar con Sofi (produjo su último disco Júbilo, 2013) y al mismo tiempo empezó a suceder todo, era la primera vez que producía algo que no era mío, que elegí hacerlo y que era diferente a lo que yo hacía pero con lo que me identificaba”. Vale decir, entonces: mas allá o más acá de ciertos divagues musicales, en el centro de sus composiciones siempre está la canción.
En todos sus discos aparece una cosa en común que podría traducirse en algo así como: el hecho de estar realmente acá y despiertos. Y cuenta: “Es intransferible. Es el gusto de la presencia al que cada uno llegue. Tiene mucho que ver con este disco, pero la realidad es que tiene mucho que ver con todos mis trabajos. Y este personaje es el personaje sonámbulo que se quiere despertar durante todo el disco y a veces lo consigue, pero por lo general no”. Por eso es que en su primer disco aparece una canción como “No te querés despertar”, el disco doble se inspira en la psicodelia y los espejismos de la vida diaria, la primera y última canción de Vol. I se llaman “Soñando un misterio” y “Duerme”, y en Lo peor –con un Borra totalmente ido y perdido en la tapa– está “Los sonámbulos”. Pero, de todas maneras, el disco termina con el vals “Madre”, donde ese sonámbulo que recorre su obra termina despertando. El título del disco, que salió en parte de una broma –“lo peor de Ezequiel Borra, como si fuera un ‘Peores éxitos’”– no lo fue tanto. “Al final nos dimos cuenta que en el disco confluían estos coros del Borda, de la Villa y de la escuela y los une cierta cuestión también de la energía marginal, y todo este asunto de habitar y sobre todo de no habitar, que es la ausencia y es un poco lo peor. La traición interna, no la miseria y la corrupción externa. Sino la mentira que uno se dice a sí mismo. Y es una relación con ellos que en un punto recién empieza. Tanto los niños, como la gente del Borda como la del hogar no accedieron a hacer esto porque vamos a intentar juntar cosas para ellos; accedieron porque justamente lo que estamos buscando es canalizar una cuestión de expresión y unir fuerzas de gente que está haciendo cosas artísticas. Tiene que ver con la necesidad de compartir con personas que están en el borde y que también están en un estado de intensidad”.
Ezequiel Borra presenta su nuevo disco el jueves 26 a las 21.30 en Sala Caras y Caretas, Sarmiento 2037. El recital promueve una campaña para las tres organizaciones que participaron en los coros. Más información en [email protected]
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