MÚSICA > GASTóN NAKAZATO
Nacido en Misiones y con estudios cursados en La Plata, sus composiciones toman mucho del cancionero del rock local: cierta sonoridad jazzera y poética spinetteana, la cancionística de Páez, entre otros. Como si eso no alcanzara para definir a Gastón Nakazato, su nuevo disco –Naciente, que lo encuentra bastante alejado de los primeros ribetes folclóricos y bien cercano a un sonido eléctrico y rockero– cuenta con la participación y coproducción de Litto Nebbia, además de los convites de Mariana Baraj, Andrés Beeuwsaert del Acá Seca Trío, entre otros.
› Por Juan Ignacio Babino
“Madera guitarra es en las manos, hermanas manos, tierra las manos, negras las manos”. Ese breve pasaje, que en su correspondiente canción –“Manosunamos”– toma forma sobre un ritmo de candombe, bien puede servir de referencia corta y justa al momento de definir a Gastón Nakazato.
El músico y compositor nació en Oberá, Misiones, en abril de 1974; hijo adoptivo de José –a su vez, hijo de japoneses, criado entre Chaco, Córdoba y Misiones– y Elsa. “Oberá es un gran libro que aún nadie narró por completo”, cuenta Nakazato sobre su ciudad. “Yo vivo aquí. Acá respiro, voy y vengo, busco en el silencio que algunas calles aún retienen. Aquí conviven muchos inmigrantes, podríamos hablar de una mini Europa, agricultores más que intelectuales. Una ciudad donde hay pocos lugares haciendo resistencia desde el arte y el ocio constructor. Sí a la masividad del barullo, sí a la elocuencia de los profesadores de la fe. Oberá es un desafío”. Allí volvió después de cierto recorrido por la Facultad de Bellas Artes de La Plata: “Tuve un paso sin tiempo por allí. Fue un espacio donde arranqué a componer canciones más dedicadamente”. Y luego agrega, rematando casi en portuñol: “Tengo muy gratos recuerdos de mis primeros años allí y un grupo de selectos y muy caros amigos”.
Un vinilo de Abba, orejear a sus padres guitarrear y canturrear, algunas clases con el maestro Rogelio de Olivera y algunas pocas cosas más, entre las que se pueden enumerar zambas, chotis, galopas, The Beatles; y la típica banda de covers de Soda Stéreo, Enanitos Verdes, Riff. Esos fueron los primeros acercamientos a la música que recuerda, aunque luego diga: “Canto desde que tengo uso de razón. Supongo que la música, la guitarra y la composición son los elementos y los canales expresivos de mi soledad. La guitarra ha sido mi muleta emocional durante todos estos años. Desde ahí intenté preservarme, delineando palabras, buscando tonadas, explorándome. Creo en la búsqueda de las palabras que accionen mi canción, su identidad. El estar solo no implica que haya nadie alrededor. Lo pienso como una experiencia positiva y de fuerza, contraria a la debilidad y lo estático”.
Sus dos primeros discos, Innube (2004) y Nakazato (2006), tienen sonoridades y búsquedas similares: ambos están cruzados por la canción y por el rock pero tienen, además, pasajes más acústicos y folclóricos. Por ejemplo: la zamba “Ausente”, donde su voz y el tamiz de la tonada rayan cercanísimas a Fito Páez; “Abriles alas a la mar”, con un sonido tan brasilero; la ya citada “Manosunamos” y “De otoño y sol”, plenos aires de candombe, “Me culpa de tanto amor” con una cadencia bien latina; y la presencia influyente de Spinetta, tanto en las secuencias armónicas de una canción como “Al hombre”, en los afrontes y encares de su voz y en pasajes que dicen, por ejemplo: “Lacio destino hay en tu ser, todo ese ozono azul en tus ojos/ No sos del aire, ni sos del mar, vos sos la luna que sangra en este gran río de sal” (“Ángel de magma”) o “De tu ser, vida al fin/ Crece en vos, un embrión de alma y luz, crisálida de amor, suave floración en vos” (“Floración”). Él dice: “Acertadamente y en ese orden, Páez y Spinetta han sido influencias muy fuertes. Procedemos de un lugar común: Beatles, cierto jazz, cierto blues, cierto soul y la data Argentina y latinoamericana, el folklore. Y todo ese manifiesto casi magnético de la forma, el color, lo onírico, el ser, la nada, lo abstracto y lo efímero. Tal vez se de cierta recurrencia hacia esa manera de la canción también muy elevada por García, los colegas y nuevos exponentes de la canción rioplatense. Me han influenciado mucho los solistas, no tanto las bandas”. Durante ese tiempo, además, participó de los compilados y ediciones colectivas A Margem (conformado por músicos de la provincia de Misiones y del estado de Río Grande do Sul, Brasil, 2009), La ventana (producido por el franco-chileno Sebastián Gonzáles Pauget y el programa de radio italiana Ciccio es Riccio, 2010) y Por algo será: Música por los Derechos humanos (Centro Cultural de la Cooperación, 2012).
Naciente, su nuevo disco, se grabó durante 2013 y 2014 pero recién ahora –después de liberarse anticipadamente para su libre descarga a través de internet– llega a su edición física. Y si Innube y Nakazato tenían su costado más folclórico, aquí ya no: las resonancias, el sonido de Naciente es desde la guitarra eléctrica, groovero, con una marcada presencia de los teclados y capas de sonidos. Si hasta por momentos se vuelve casi puramente funkie, como en “Siempre” y “Rostros de sed (flores que quizá)” o jazz-rock en “Donde las primaveras”. Los únicos momentos donde hay cierto reposo es en la delicada “Atisbo” –a puro arreglo de cuerdas– y “Vamos”, que cierra el disco al sonido de voces, palmas y algunas percusiones mínimas. “En éste reciente material, claramente hay una búsqueda más rockera. En todo: en el sonido, en los instrumentos. Y también a través de una línea poética más esencial, depurada, madura. Creo que justamente lo que nace en éste es el planteo del concepto: no son las canciones de un disco, sino un disco de canciones. Trabajamos bastante desde la producción musical junto al guitarrista de la banda Fernando Quintana. Naciente es mi primer gran disco. Así de simple y sincero. Se trata de una mirada más aguda en cuanto a la contemplación de mi mundo personal, del espacio contenedor del todo y la sabiduría de un nuevo momento. Creo que puede percibirse”. Naciente cuenta con las participaciones de Litto Nebbia (el disco se grabó en los estudios de Melopea), Mariana Baraj, Andrés Beeuwsaert, Agustín “Chungo” Roy, Juan Pablo Di Leone, entre otros. “¿Seré cantautor, seré cancionista?”, se pregunta Nakazato. “Ahora que lo pienso un poco más, quizá sea más cancionista. Al término cantautor lo encuentro más solemne, de hecho lo soy, por una imposición que proviene desde la formación educativa, familiar y porque la sociedad en la que coexisto se basa en esos regímenes. Pero creo que mi lucha es hacia la libertad. Es decir, prefiero abordar el mote de cancionista. Así que aquí estoy, resistiendo, mientras canto lo que escribo. Mientras lo intento. Las canciones son mi línea de tiempo, los inicios, los finales. Mientras, dejan de pertenecerme”
Naciente se puede descargar libremente desde nakazatomusic.com
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