HISTORIETA > AMULETO
Comenzó su carrera homenajeando a Hayao Miyazaki, fue elegido para dibujar las portadas de las reediciones Harry Potter y su exitosa saga Amuleto –que en febrero de este año llegó en los Estados Unidos al séptimo tomo– está a punto de ser llevada al cine. Pero justo antes de su salto a la fama internacional, Kazu Kibuishi ha comenzado a ser traducido al castellano: la editorial Común acaba de editar el primer tomo de esta fascinante serie infantil protagonizada por su heroína Emily, una niña transportada a un universo paralelo habitado por animales antropomorfos, elfos y casas andantes, que debe apurarse a crecer para pelear por salvar a su familia y al mundo mientras atraviesa la aventura de su vida.
› Por Andrea Guzmán
Impetuosas heroínas con el cabello azul eléctrico, nenes con el corazón roto encerrados en burbujas custodiadas por monstruos viscosos, chicas rudas maestras de las apuestas y el artificio. Estos son algunos de los personajes preferidos de Kazu Kibuishi. Y hay más. Niños introspectivos empujados a grandes aventuras, padres siempre ausentes y perspicaces heroínas de colección, todos conviven en las historietas de este autor japonés que vive desde niño en los Estados Unidos, reconocido por ser el ilustrador de las nuevas portadas de los libros de Harry Potter, redibujadas a partir de su aniversario número quince. Y por ser el creador de la saga de aventuras Amuleto, una súper exitosa historieta infantil de la que ya lleva publicados siete tomos desde el 2008 y que ahora –en plena producción de su adaptación al cine– acaba de aparecer el primero en español, a través de la editorial argentina Común.
Quizás la muerte de un padre en un dramático accidente no sea lo más frecuente para iniciar una historieta pensada para nenes. Pero la verdad es que la ambiciosa Amuleto quizás tampoco sea de lo más común dentro de las historietas de acción y aventuras. Porque no son sólo las patadas y las intensas escenas de combate ejecutadas con destreza ninja lo que hacen que resulte atrapante y la ha convertido en una historieta de interés transgeneracional. También es su ímpetu por la verdadera creación de nuevos lectores y el lugar sensible que le otorga a temas como los lazos familiares, el duelo, la memoria y ese megaevento que es crecer. Muy especialmente, el de verse obligado a crecer antes de tiempo. “Cuando empecé a trabajar en Amuleto aun no era padre. No tenía chicos en mi vida y no estaba acostumbrado a relacionarme con lectores más jóvenes, así que hice lo posible por recordar cómo habían sido las cosas para mi cuando era niño. La verdad es que soy una persona más bien introspectiva. Trato de tener ambas cosas balanceadas –la aventura y la sensibilidad– y mantener una actitud relajada porque esta línea de trabajo puede resultar bastante estresante”, cuenta Kibuishi desde su casa en Washington, donde vive con sus hijos y su esposa, que también es ilustradora, en un ambiente completamente dedicado a la creación de imágenes. Con ese contraste, se entiende que la situación de su heroica protagonista, Emily Hayes, sea más que estresante. Emi es poco más que una nena, y acaba de mudarse con su hermanito y su madre a una antigua casona familiar deshabitada, dos años después de la muerte de su padre, una tragedia que la familia aún no ha podido superar del todo. Desencantada con la escuela y las obligaciones de la vida adulta, quizás demasiado melancólica para sus diez años, descubre el verdadero destino que la precede al encontrar un amuleto mágico heredado de sus antepasados, del que además debe convertirse en guardiana y que opera como llave a un universo paralelo habitado por una imponente colección de paisajes, criaturas extrañas y todo tipo de personajes, peligros y responsabilidades. “Los más grandes héroes de mi vida, son en realidad heroínas”, se entusiasma Kibuishi al hablar de Emily y su historia, que además toma varios aspectos de lo que recuerda como sus preocupaciones infantiles: crecer cuando los grandes están vulnerables o fuera de escena, y el encuentro prematuro con las preocupaciones adultas, cuando simplemente se es un chico inquieto y un poco fóbico. “Mi abuela, con quien me crié, mi madre, mi esposa Amy, y algunas de las mejores profesoras que tuve en la secundaria y en la universidad eran todas mujeres. En mis historias generalmente verás hombres que se esfuerzan y trabajan duro, pero un montón de mujeres fuertes e inteligentes porque creo que realmente refleja mi experiencia de vida”.
Cuando Kibuishi se encontraba apenas pisando sus veinte años, todavía indeciso entre el guión y la ilustración, se convirtió en el jovencísimo y prematuro editor de Flight, una antología que reunía a varios autores inspirada en la película Porco Rosso de Hayao Miyazaki y que originalmente pensó con sus propios amigos como una pequeña publicación autogestiva con un espíritu cuasi fanzinero, creada con el sencillo objetivo de promoverla en la Alternative Press Expo. Sin embargo, el trabajo en los márgenes de la industria no se le da muy naturalmente a este autor y la mayoría de sus creaciones que han empezado subidas a su página de internet han terminado editadas por grandes sellos. La editorial Image Comics no se demoró en fijarse en él y la publicación se convirtió rápidamente en un semillero de nuevos talentos de toda la industria, que luego tendría su versión para niños, Explorer, de ahí su entrada definitiva al mundo de las historietas infantiles. En medio, claro, algunos personajes como su Daisy Kutter, la reina bandida de las apuestas en el lejano oeste, hibrido entre historieta infantil y adicción para adultos. O el pequeño y enamoradizo Copper, personaje de su tira online, que a la manera de un Little Nemo melancólico, pre adolescente y contemporáneo, se la pasa despertándose en su cama después de una serie de súper aventuras de acción (pero en remera de Charlie Brown).
“Cuando el editor me llamó estuve muy sorprendido. Yo era el chico de las historietas. ¿Por qué querrían que yo haga algo como eso?” Kibuishi se refiere a su entrada al universo de Harry Potter, la serie de las siete tapas del libro que le encargó Graphix cuando el personaje cumplió quince años de su primera publicación. “Creo que mi trabajo es ser un historiador y echar un vistazo a la forma en que percibimos a Harry Potter, que es la forma que realmente creó Mary GrandPré sin tener ninguna referencia anterior” La consigna era reversionar los originales de la ilustradora norteamericana original de la saga con cierta técnica y sensibilidad actual. El editor, David Saylor, un fanático de la serie Flight, le encomendó la tarea de hacerlo basándose en el estilo de las tapas de esa antología. Un poco más inquietante y meditabundo, quizás más cercano a la animación que a la ilustración infantil, y también teniendo en cuenta el espíritu de los inquietos lectores de Amuleto. Una presentación para una nueva generación de jóvenes lectores. “Intenté trabajar con Harry Potter teniendo en mente un tipo muy clásico y establecido de literatura, porque es una de las pocas historias escritas en nuestra época que podemos decir que permanecerá como literatura revisitable durante muchos, muchos años. Sin embargo intenté no cambiar demasiado mi propio estilo y usarlo más bien como un lente para observar su mundo, como un fotógrafo visitando ese otro universo, capturando retratos. Mi objetivo era principalmente crear imágenes que interesaran a lectores jóvenes, como los lectores de Amuleto, porque esos son los potenciales lectores que van a encontrar Harry Potter cuando estén en el siguiente nivel de lectura. Mi trabajo era esencialmente introducir a los lectores más jóvenes al placer de la lectura. Y cuando terminaran con Amuleto... ¿qué mejor lugar para enviarlos que directamente a Hogwarts?”
Amuleto, el guardián de la piedra, es el primero de los libro de la saga que a comienzos de este año ha llegado en inglés a los siete números y acaba de ser traducida por la editorial del dibujante Liniers, que tiene entre sus autores nombres como el canadiense Guy Delisle, los franceses Dupuy y Berberian y la colombiana Power Paola, y que con esta publicación se aventura a otro tipo de historietas y de narración. Hacia los niños, claro, pero también hacia contenidos que pertenecen decididamente a la industria más mainstream pero ejecutados con sensibilidad autoral. “Mucho de lo que es Amuleto, tanto la historia como la realización integral del libro, se trata sobre generar un ensamble entre la idea de lo nuevo y retomar el pasado. Los personajes tienen que atravesar muchos recuerdos y también deben intentar comprender tanto a sus antepasados como a sus descendientes. Incluso, fuera de la historia, el mismo estilo de producción del libro es una mezcla entre una técnica de dibujo bastante anticuada con las posibilidades de la última tecnológica de producción”, intenta explicar Kibuishi. Es verdad que Amuleto es una historieta pensada para chicos, sin embargo resulta severamente adictiva para los adultos. Seguramente porque está hecha con oficio y destreza autoral, no solo por el tipo de ilustración de técnica hiper ambiciosa y un tipo de narrativa cuasi matemática muy elocuente –que prácticamente levantar la vista de sus páginas antes de terminar las 200 páginas de cada tomo– aun todo eso podría resultar insuficiente para mantener el interés de uno de esos adultos ausentes que constantemente retrata el autor. El libro realmente obedece a la lógica de su época. Una especie de hijo pródigo de la lógica del remix, de la parodia, el hipervínculo y el scroll constante donde las barreras generacionales se saltan y revisitan constantemente. Básicamente, un mix de todo un mundo de referencias transgeneracionales. De Star Wars, al El señor de los anillos o La historia sin fin, e incluso Matrix, entre los nombres que saltan a primera entre sus lectores. Kabuishi cuenta que realmente lo que a él le gustaba de niño era una tira como Garfield y el humor de la revista Mad, y que además siente que sus historias están influenciadas por escritores como Hemingway y John Steinbeck. Incluso por los conflictos familiares de Francis Ford Coppola y la violencia de Quentin Tarantino. Y así, el remix de referencias resulta realmente desafiante para cualquier tipo de lector y seguro lo será para la operación de la película que ya se encuentra en un primer acercamiento de pre producción en manos de 20th Century Fox. Sobre todo cuando de pronto aparecen animales antropomorfos, casas andantes, árboles vivientes llenos de sabiduría ancestral, elfos, robots en todas sus especies, impactantes batallas aéreas, luchas de drones. Puede parecer descabellado, sin embargo en el libro todo encuentra su lugar justificado, un sentido emotivo y un interés genuino por sus lectores, ahí uno de sus mayores méritos. “Yo siento que mientras más amplias sean las épocas y el tiempo que abarcas como escritor, mejor y más enriquecedora es la experiencia para el lector porque necesariamente estarán haciendo un trabajo reflexivo constante para llenar el espacio que hay en medio de esos tiempos. Por eso creo que algunos de mis temas favoritos son la memoria y el subconciente, ya que mientras más activo pueda ser el lector, más emocionante será el libro.”
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