MúSICA
El punto G
Estuvo en la cima más alta del pop (con el dúo Wham! y Faith, su debut solista devenido en clásico y catarata de hits). Conoció la caída (su segundo disco fue un fracaso de público y crítica). Mordió el polvo de la derrota (Sony le ganó un juicio millonario). Y conoció el escarnio público (la policía de Los Angeles le hizo una cama en un baño público y dio a conocer del peor modo su homosexualidad). Ahora, cansado de todo, George Michael saca Patience, el último disco pago de su vida. A partir del próximo, jura que los va a regalar por Internet.
› Por Ariel Schettini
George Michael comparte con Madonna una cualidad única: junto a la reina del pop, el ídolo de los ‘80 sobrevivió a su propia adolescencia. Todos intentan atravesar el puente de la juventud a la madurez y persistir en el mercado; casi nadie lo logra. Madonna lo hizo como si acompañara nuestras vidas y nos las explicara en cada momento de los últimos veinte años. George, a su modo, también. Pero no salió del todo intacto. Su último CD muestra las heridas que le ha dejado el camino y, siendo el más íntimo de sus lanzamientos, no es necesariamente el más interesante. Pero tiene algunas joyitas en las que vale la pena detenerse.
La carrera del muchacho comenzó con el dúo Wham!, en el que cantó algunos de los hits más importantes de nuestra era. “Careless Whisper” o algún proto rap siguen siendo temas obligatorios de la memorabilia retro de los ‘80. Pero muy pronto, y debido a su look de chico-blanco-prolijitogay-sexy, George fue mucho más que aquel dúo y él lo entendió.
Entonces comenzó otra carrera: la de “el artista pop”. Como la definición es muy complicada, esa profesión no fue un camino de rosas.
Su primer álbum, Faith, de 1987, era una suma de hits increíbles, en el que el mundo de las supermodelos estaba mezclado con canciones de tono religioso o místico, y cierta dosis de sexo que le permitían mostrar su trasero cual si fuera Linda Evangelista o Naomi Campbell (vestidas por Thierry Mugler) que desfilaban por sus videos haciendo lo único que sabían: ser diosas absolutas. Todo muy glamoroso y espiritual. Pero al mismo tiempo alguna ambigüedad en las canciones le daba un tono perverso muy interesante: “Yo podría ser tu figura paterna, pon tu manito en la mía”, decía al ritmo de sonidos electrónicos y guitarras acústicas que le daban un tono a madera mezclado con metal supermoderno.
George quería convencer a su público de que su obra no era una serie de temas más o menos bailables para escuchar en la radio, sino la de un hombre entregado a las artes vocales y compositivas: un nuevo Freddie Mercury. Por eso paseó su notable potencia vocal por cuanto homenaje y concierto de beneficencia hubo, cantando en dúos con la banda de Queen, Elton John (“Don’t Let The Sun Go Down On Me” sigue siendo memorable) y Stevie Wonder.
En 1990 lanzó su segundo cd como solista, Listen Without Prejudice (“Escuchen sin prejuicios”, pero el público no le hizo caso), una de sus primeras decepciones... no le gustó ni a su compañía de discos (Sony), demasiado “artístico y melancólico” para lo que se esperaba de él. A partir de allí comenzó una especie de carrera despareja que nunca dejó de interesar al mundo del pop ni de provocar tibios escándalos.
El artista le hace juicio a su compañía para dejar de ser un “esclavo pop”, tal su definición digna de un título de su obra. Sony le ganó. Pagó 4 millones de libras esterlinas. Pasó el tiempo. Finalmente lo contrata Spielberg y lanza su “nueva era”. En 1996, Older (“Más viejo”) lo enfrentaba a muchas promesas que cumplió sólo a medias: ser una gran compositor, cantar con voz afinada e intensa, hacernos bailar... demasiada responsabilidad. Aun así, el disco, cuyo corte era el sugestivo “Fastlove”, en el que celebraba los vínculos sexuales que no involucraran un solo rasgo de sentimentalismo, o el más que súper gay “Jesús To A Child” (“Bondad. Me hablaste como Jesús a un niño” reza la letra).
Ese tono religioso es algo que George Michael jamás ha abandonado en su vida. Lo interesante es cómo lo combinó con raptos de sexo furioso y amor edulcorado, engaños y sentimentalismo.
Durante toda su carrera le preguntaron por el tono flagrantemente homosexual de algunos temas, pregunta frente a la cual él no esgrimía sino una sonrisita pícara (que confirmaba todo) y hablaba de cosas como la libertad y el destino humano.
Finalmente los policías gays de Los Angeles le organizaron una escena y lo detuvieron por indecencia pública. Aparentemente a George le gustabaalgo más que rezar por el tiempo y el destino humano: se arrodillaba también en baños públicos, frente a hombres más o menos clandestinos. No era sólo un look sino una forma de vida.
Entonces no hubo un programa de televisión, ni un tema suyo que no se transformara en una cruzada por la verdad y por la salida del armario de los gays y la celebración del sexo en público. El lanzamiento de su cd de compilación que acaso sea el mejor de su carrera, inmediatamente posterior al episodio del baño, se llama, claro, Ladies and Gentlemen... (“Damas y Caballeros”) y está dedicado a su mamá. Contiene sólo un tema nuevo “Outside”, que se transformó en el himno de las personas que mantienen sexo en lugares públicos. “Ya me cansé del la cocina, del pasillo, vamos afuera”, canta vestido de policía mientras la misma policía que persigue las conductas sexuales públicas termina besándose luego de la redada, dice en el video de lanzamiento.
Patience, su último cd, tiene todos los ingredientes que lo hicieron una celebridad: religión, antibelicismo, sexo, amor y a la mamá. Desde las canciones techno-house “Flawless” o “Amazing”, a las baladas más confesionales “My Mother Had a Brother” (donde cuenta sobre el suicidio de un tío gay) o “American Angel”, que le canta a su nuevo novio texano. También recoge algunos temas que fueron lanzados hace tiempo: “Freek ‘04”, en el que elabora sobre la sexualidad en los chats de Internet y “Shoot the Dog”, tema pacifista contra las guerras en Medio Oriente, ambos lanzados hace dos años.
El cd termina con el tema “Trough” (que podría traducirse por “Finalizado”) en el que anuncia lo que ya se encargó de publicar en reportajes por todo el mundo: éste sería su último cd. A partir de ahora sólo lanzará temas gratis o hará grabaciones para caridad y las lanzará en Internet. Aparentemente ya ganó todo el dinero que necesitaba (y necesitaba mucho) y la presión mediática es insoportable para un muchacho que, a los 40 años, sólo pide que le tengan paciencia.