FUSIONES
Danza con cortos
› Por Analía Melgar
Primer acto: Daniel Böhm está en la casa de todos, escondido y libre de sospechas. Sus trabajos atraviesan diariamente los ojos de los televidentes y persisten con su contenido latente hasta convencerlos de comprar una marca de agua mineral o de cerveza, un matutino y también las promesas de un candidato a un cargo político. Sus comerciales fueron premiados en Cannes, el Fiap, el New York Festival y el Círculo Creativo. Es el mismo Böhm que dirigió videoclips de La Portuaria, Gustavo Cerati, Daniel Melero, Fabiana Cantilo, Alejandro Lerner y Celeste Carballo, entre muchos otros músicos nacionales. El mismo que ideó El rayo. Y el mismo que junto a Mario Pergolini y Diego Guebel creó la productora 4Kcine, rica en éxitos y divisas.
Pero no sólo de dinero y trofeos vive el hombre. Conocedor de las diferentes áreas en el mundo de la imagen (producción, sonido, montaje, cámara, guión, fotografía y dirección), Böhm, que se formó en la New York University y la School of Visual Arts, también ha sabido salirse del formato publicitario para instalarse en el cine. Su cortometraje La versión de Marcial (1991) ganó el Joseph Papp Award (Primer Premio de Ficción en el Festival Latino de New York) y el Gold Plaque Award en el Festival Internacional de Chicago (sólo dos de una larga lista de reconocimientos) y la oportunidad de verse en canales de América y Europa. Ahora, La versión... –una reconstrucción policial, juego cómico-irónico entre la verdad de las palabras y la verdad de las imágenes– podrá verse este mes en Buenos Aires. Y por si fuera poco la acompañan dos cortos que complementan la función.
Segundo acto: el cine se funde con la danza. Interior. baño. noche, recién estrenado, surge de la interacción entre Böhm, la coreógrafa Mariana Blutrach y los intérpretes Roberta Menzaghi y Marcelo Allasino. Más allá de las dificultades que plantea su definición, la danza queda aquí reducida a su mínima expresión. Allá por tercer grado, las maestras solían repetir que “el orden de los factores no altera el producto”, pero aquí se trata de cine-danza y no al revés: las coordenadas fílmicas van a la cabeza de los aportes coreográficos. De las infinitas posibilidades corporales, apenas unas pocas son tomadas como medio para contar una historia: el encierro de una mujer en el baño de su casa. Con una estética despojada, entre la bañera, el bidet y el lavatorio, entre el frío del mármol y el agua tibia –el inodoro, inexplicablemente, ha quedado excluido– se suceden jadeos y deslizamientos para escapar de un hombre que persigue a su presa amorosa.
Tercer acto: ya en 1996 la dupla Böhm/Blutrach había puesto en diálogo el 16 mm con la danza contemporánea. El resultado fue un corto en blanco y negro, excelente, poderoso, expresivo, poético. En Crazy aún quedan las huellas de la intensa coreografía homónima que lo inspiró, estrenada en La Trastienda en 1994 por Blutrach y Laura Hansen. Sólo que aquí la enriquecen el seguimiento obsesivo de la cámara, que se apega a la piel de las bailarinas, y la edición, que dispara el relato a la órbita de lo fantástico. En Crazy, Blutrach –de larga trayectoria en el Taller de danza del Teatro San Martín y en el grupo Nucleodanza– incorpora movimientos del folklore argentino y las danzas españolas, así como también juegos de pesos y equilibrios, toques y roladas, que extrae del contact-improvisación. Como en la historia que cuenta, puja a través del lenguaje de la danza por imponerse al lenguaje del cine, sabiendo que las visiones más provocadoras surgen de la fusión de ambos.
¿Cómo se llama la obra? Tres por dos. En las tres proyecciones, desde los dos códigos del cine y de la danza, Böhm ofrece las chispas de una sugestiva contraposición estética: el vaciamiento y la abundancia barroca.
Ciclo de cine y danza Böhm/Blutrach. Los miércoles 11, 18 y 25 de agosto a las 20 hs. en Espacio Incaaa Km3 del Palais de Glace, Avenida del Libertador 1248. Entrada libre y gratuita.