Dom 06.08.2006
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TELEVISIóN > ABSOLUTELY FABULOUS, UNA SITCOM DE CULTO QUE VUELVE POR FILM & ARTS

Chicas superfabulosas

Las mujeres más impresentables que ha dado la televisión británica,las protagonistas de una encantadora serie de culto llamada Absolutely Fabulous, el antecedente de Las amas de casa desesperadas de la televisión norteamericana, vuelve a las pantallas locales.

Por Cecilia Absatz Una sitcom que en su momento fue un programa de culto en la televisión inglesa se acaba de estrenar en Film & Arts. “Absolutely Fabulous”, AbFab para los amigos, se estrenó en 1992 por la señal BBC2. Su popularidad fue tan inmediata y masiva que rápidamente pasó a la BBC1, a pesar de que ésta se caracteriza por su programación más conservadora y oficial. La locura “AbFab” llegó a Estados Unidos pero de contrabando. Las grabaciones clandestinas circulaban por Los Angeles y Nueva York cotizadas como el oro, pero las estaciones locales no se atrevían a pasarlas por televisión. Tenían sus motivos. Las heroínas de “AbFab” son Edina y Patsy, dos mujeres que han pasado los cuarenta años, beben como cosacos, inhalan sustancias ilegales y se levantan muchachos musculosos en el semáforo. Edina (Jennifer Saunders) tiene una empresa de relaciones públicas, aunque en realidad vive de la manutención de sus dos ex maridos. Víctima cruel de la moda, usa ropa de Gucci, Lacroix o Gaultier con resultados paródicos. Su vida consiste en saltar de una crisis a otra mientras explora las tendencias del momento sin dejar pasar ninguna: cánticos budistas, tanques de aislación, lavajes de colon, adoptar un bebé rumano (“mándeme una selección”) o la ocurrencia de comprar los platos que llevan en los labios los aborígenes del Amazonas para usarlos como ceniceros. Edina vive con su hija Saffron, de 16 años, la única persona adulta de la serie: la que le tira por el inodoro la marihuana que encuentra escondida en un cajón y quien la mete en la cama cuando se desploma borracha a las cuatro de la mañana en el umbral de la casa. Patsy (Joanna Lumley) es editora de una revista de moda tipo Vogue, tarea para la cual no está en absoluto capacitada, pero no la echan porque duerme con el dueño de la editorial. Si Edina cultiva un aspecto algo estrafalario, Patsy es alta y esbelta, elegantísima en su Chanel legítimo (“deja que me besen los botones”) y se mantiene distante con su pelo batido en una alta construcción, una copa de alcohol en una mano y un cigarrillo en la otra. Odia a Saffron, la llama Rosemary’s baby. En uno de los primeros capítulos, Edina está atormentada porque una antigua rival de su juventud le anunció su visita, y ella está con 8 kilos de más. Patsy llama a “Liposucciones de emergencia”, pero Edina no se decide a meterse en un quirófano. Llega el día de marras, y Patsy sale a espiar el aspecto de la enemiga. Vuelve exultante. –¡Grandes noticias! –¿Ella también está gorda? –pregunta Edina. –Mejor que eso. –¿Está muerta? –¡Está ciega! El esquema de “AbFab” inspiró varios programas posteriores, aunque ninguno con semejante nivel de provocación. La serie estadounidense “Cybill”, por ejemplo, con Cybill Shepherd, reproduce el esquema. Cybill es una actriz de cierta edad que trata de sobrevivir en Holly-wood, y tiene una hija adolescente, Zoe, más sólida y mucho más cínica que ella. Su amiga Maryanne (Christine Baransky) se parece mucho a Patsy: alta, flaca y elegante, siempre con una copa en la mano y un comentario maligno en la boca. También Susan, el personaje de Teri Hatcher en “Amas de casa desesperadas”, tiene una hija adolescente que hace las veces de madre cuando su madre se porta estúpidamente, lo que parece ser su especialidad. Jennifer Saunders, Edina, es la autora de la idea y de los libros. Curiosamente formuló un personaje para ella misma siete años mayor. Pero el gran impacto del programa lo produjo Joanna Lumley, Patsy, quien venía de hacer papeles siempre aristocráticos en alguna película de James Bond, o como Purdey en “Los nuevos vengadores” de 1976. Hacer el papel de una alcohólica adicta y ninfomaníaca fue una audaz decisión, pero la gente se enamoró del personaje. Los estudiantes de New College, en Oxford, hicieron una petición para cambiar el nombre de la biblioteca del colegio: querían que en lugar de llamarse Nelson Mandela Hall se llamara Joanna Lumley Hall. La serie se estrenó por fin en Estados Unidos en 1994. La producción en total es muy escasa: seis capítulos de media hora en su primera temporada de 1992, otros seis capítulos en 1994, y los últimos seis en 1995. Figuras como Helena Bonham Carter, Miranda Richardson y Germain Greer, entre otras, aparecieron como invitadas. La tira prácticamente no tiene personajes masculinos; sólo mujeres de una calaña infrecuente en la televisión. Las feministas adoraron el programa, a pesar de que sus heroínas contradicen a cada paso el discurso moral que el movimiento llevaba como bandera. O tal vez fue precisamente por eso. Edina y Patsy se criaron en la extrema permisividad de los años ‘60, y unas décadas más tarde, sumergidas en dinero y alcohol, son la imagen misma de la decadencia, con los restos de un discurso hipposo y sin el menor registro de lo que dio en llamarse corrección política. Son sus hijas, la generación siguiente, las que se hacen cargo de enmendar sus errores y curar sus heridas. Y las que ahora formulan la ley.

En cuerpo menor:
“Absolutely Fabulous” se exhibe por Film & Arts los martes a las 14 y los viernes a las 12, 16 y 21.

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