Dom 11.02.2007
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ARTE > EL ENCANTO DEL TEATRO DE PAPEL EN BUENOS AIRES

Función portátil

› Por Cecilia Sosa

Teatro íntimo, teatro de cámara. Flores, libélulas, nieve, trampas de amor y chocolates. Hermosas láminas que pasan una a una como extraña proyección en la penumbra. Dibujos brillantes, papeles pintados, collage. Kamishibai: kami papel, shibai teatro. El teatro de papel nació como arte portátil japonés, una forma de representación callejera cuyos orígenes se remontan a las imágenes religiosas que se usaban en los templos para instruir monjes o atemorizar devotos; y aún más lejos, al mítico teatro de sombras del siglo XVIII, y aun a las figuras que se movían con palitos en la época Edo.

“En el jardin”, las laminas originales ilustradas por el artista Japones Keizo Kato en 1952, ilustran un encendido conciliabulo de insectos . Los dibujos forman Parte de la coleccion que Amalia Sato, organizadora del ciclo, heredo de su abuelo japones.

Hubo tiempos en los que el Kamishibai llegó a ser el arte más popular de Japón. Durante la depresión del ‘30 y la posguerra de 1945, cerca de 50 mil teatristas viajaban en bicicleta por pueblos devastados cargando una pequeña y misteriosa caja de madera. El repiquetear de tablitas de madera convocaba a los chicos. Una pequeña caja de madera que servía de escenario se disponía sobre el rodante y comenzaba la función. Las puertas de la caja se abrían para descubrir maravillosas imágenes pintadas a mano. Una leyenda, otra pequeña fábula, mágicas escenas de teatro visual. Algunos de los ciclistas eran verdaderos artistas, otros locutores de cine mudo, estudiantes de teatro, narradores de ocasión o simples diletantes desempleados. Que los chicos japoneses contemplaban extasiados comiendo golosinas.

“Floral”, collages y transparencias de Cecilia Alfonso Esteves para la historia de cuatro flores autoctonas. una apropiacion local del teatro de papel japones.

Con el tiempo, el Kamishibai fue desapareciendo. Las láminas se perdieron en la guerra o se gastaron por el uso. En los años ‘50, con el auge de la televisión muchos de sus dibujantes (como Mizuki Shigeru, autor de los encendidos duendes de GeGeGe no Kitaro, y Shirato Sampei, autor de Kamui the Ninja) encontraron lugar en el manga, el mágico género de comic japonés.

Pero el teatro de papel no se olvidó para siempre y hoy Japón tiene antiguos sabios cultores del viejo arte popular que rebautizaron como “drama de las tarjetas dibujadas”. Pero acaso lo más sorprendente es la extraña apropiación porteña que no explica ninguna fiebre orientalista. Destellos de aquel movimiento anidaron en un círculo de modernos artistas locales que lo transformaron en un nuevo género de culto.

Amalia Sato, editora de la revista Tokonoma, aprendió de chica a mirar con deseo esa misteriosa caja de madera que había traído su abuelo de Japón. Para cada fiesta o reunión familiar le encantaba desempolvar las viejas láminas y hacerlas deslizar suavemente por el teatrito casi de juguete para sesiones de Kamishibai caseras. Algún amigo emprendedor le dio la idea y al fin se le ocurrió ampliar el círculo de espectadores. Entonces, convocó a artistas nuevos para intervenir láminas antiguas y crear otras. Rafael Cippolini, Sergio Pángaro, María Delia Lozupone, Diego Posadas, Damián Blas Vives, Pablo Fusco, Nicolás Prior, Pablo Fusco, Cecilia Alfonso Esteves y otros ilustradores, narradores y poetas cercanos se enlazaron en un extraño círculo de cultores del arte japonés.

acuarela, tinta y escaneados para la version de “nieve “, el cuento de Kawabata, ilustrado por el artista argentino Diego posadas.

La primera representación pública fue en el Centro Cultural España en 2002 y a Lidia Blanco, la directora del centro, le gustó tanto que decidió financiar el proyecto. Las funciones se repitieron en Espacio Ecléctico y hasta llegaron a la Fábrica Brookman, a pedido de sus trabajadores, donde en plena calle se representó una versión Kamishibai del El emperador desnudo, el cuento de Andersen.

A fines del año pasado, el proyecto desembarcó en la biblioteca del Malba y durante el verano la magia oriental puebla las noches de jueves. Pequeñas e hipnóticas veladas para sólo veinte espectadores comprimidos entre las coquetas colecciones literarias del museo. El arte dejó de ser callejero y se instaló en una sala. En total, 12 experiencias distintas, 12 pequeñas-nuevas obras de Kamishibai en perfecto desorden: ya hubo respetuosos homenajes a los viejos ilustradores japoneses y otros que convirtieron un cuento de jardín en un furibundo conciliábulo de insectos parodiando asambleas universitarias locales, gestálticas versiones de La sirenita y Caperucita Roja, princesas de Saturno al ritmo del manga; cándidas historias de amor de cuatro flores autóctonas; haikus y vertiginosos ensayos de test-makers; serpientes de ocho cabezas; dragones y dioses; y hasta una telenovela animada en formato papel. Se vio también una deliciosa adaptación de Diego Posadas de Nieve, el hermoso cuento de Yasumani Kawabata donde, encerrado en el Hotel de los Sueños, un hombre ve desfilar ante sí a todas las mujeres que alguna vez amó. Fuera del escenario (la valija de madera) hubo pétalos de rosa, copas de champagne, niñas flautistas y muchos chocolates. En fin, toda una experiencia teatral autogestada con fuertes inclinaciones performáticas.

Ahora cada uno de los artistas locales se ha transformado en adorador del antiguo drama laminado. Tienen blog propio (www.clubkamishibai.blogspot.com) y llevan su valijita a todos lados y cualquier momento es ocasión para descorrer el telón de madera. Es un grupo abierto que acepta enamorados de último momento y abierto a invitaciones varias. La semana que viene viajarán a un lugar encantado. En los atardeceres del Viejo Hotel Ostende se hará Kamishibai junto al mar.

Las funciones en la costa serán del 16 al 18 de febrero, a las 19, en el Viejo Hotel Ostende, (02254) 486081.

El jueves 22, a las 19 y a las 20 hs., volverán a presentarse en el Malba (Figueroa Alcorta 3415). Las funciones incluirán piezas realizadas por artistas argentinos (Inés Acevedo, Flavia da Rin y Masao) y un homenaje a los viejos ilustradores japoneses.

Las funciones siguientes serán anunciadas en la página del club (www.clubkamishibai.blogspot.com).

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