CINE
Mientras en el Malba se proyecta parte de las películas de Hitchcock, sale en DVD la última película de Dario Argento, durante tanto tiempo llamado “el Hitchcock italiano”, definición que él resistió y con la que ahora salda cuentas en ¿Te gusta Hitchcock?.
› Por Mariano Kairuz
“Tal vez haya heredado el público de Alfred Hitchcock, pero ciertamente no sus temas. Entre Hitchcock y yo hay muchas diferencias, de moralidad y neurosis. Hitchcock era un puritano mientras que yo soy un anarquista, incluso demasiado anarquista para mi propio bien.” Esto ha dicho —así se lo ha citado— Dario Argento, el maestro del giallo, sobre el maestro del suspenso.
Y quizá no haya demasiadas declaraciones del director de Psicosis sobre el director de Rojo profundo, pero en www.imdb.com se cita al inglés diciendo, en algún momento de los ‘70, que “este tipo italiano está empezando a preocuparme”.
Esto es, cuando filmó El inquilino (The Lodger, 1926), uno de los films mudos de su etapa inglesa, sobre un hombre que se hospeda en una casa de familia y de quien sospechamos de entrada que es el asesino serial que está despachándose una por una a las rubias de Londres. Al menos, hay algo eminentemente hitchcockiano en su puesta en escena: a falta de sonido, “Hitch” marca los temibles pasos del hombre que se hospeda en la pieza de arriba, haciendo vibrar el techo y la araña sobre las cabezas de los dueños de casa.
Si no una versión en general más ligera, disfrutable de quien solía ser. Hace tiempo que sus películas (tal vez con la excepción de Insomnio, 2001) no alcanzan los picos de surrealismo de los años de Suspiria (1977). Más relajado, filma para la televisión: para la norteamericana, episodios de una serie de antología de maestros del terror. Para la RAI, terminó hace poco la muy entretenida Ti piace Hitchcock? (traducible como ¿Te gusta Hitchcock?), que por acá acaba de salir en DVD, inexpresivamente rebautizada como Obsesión de sangre.
Por más que todo el mundo conozca la predilección de Hitchcock por las blondas (“la perfecta mujer-misterio es rubia, etérea y nórdica”, dijo alguna vez), en El inquilino son muchos los que no son quienes parecen. El asesino de rubias anda suelto, se alertan las chicas del cabaret Ricitos de Oro; mientras tanto, a la hija de la familia que hospeda al protagonista, que modela abrigos de piel, sus pérfidas compañeras de trabajo le espetan algo así como “vas a tener que dejar de echarte agua oxigenada”.
Sobre el final de su homenaje a Hitchcock, Argento incorpora a una morocha que, sorpresa —y no tanto—, es en realidad una casi rubia, con peluca —-las chicas de Argento tienden a ser más bien morochas—. La escena incluye uno de esos momentos de vértigo tan hitchcockianos en que un personaje pende sobre el abismo. Lo cual tiene perfecto sentido: ¿qué tan rubia, era, en verdad, Kim Novak?
Y en Ti piace Hitchcock? se despacha con un cóctel esquizofrénico de citas y referencias que arrancan por la más obvia a la Ventana indiscreta, pero donde el “fisgón” de turno es un estudiante de cine obsesionado con la trama de Extraños en un tren. Argento dice que hasta le encargó a Pino Donaggio una banda sonora “a lo Bernard Herrmann”, pero hace su descargo: “sigo odiando que me llamen ‘el Hitchcock italiano’. Pero eso no anula el hecho de que él fue uno de los genios más grandes del cine y que cada director, no sólo yo, hemos sido influenciados por él. Finalmente estoy pagando mi deuda; eso es todo”.
El inquilino se verá en fílmico el viernes 16 a las 22 y el viernes 30 a las 24 en el Malba, Av. Figueroa Alcorta 3415. Para más información sobre el ciclo Duelo de titanes: Alfred Hitchcock vs. François Truffaut: www.malba.org.ar
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