Dom 26.07.2009
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PROYECTOS > SPARKLEHORSE, DANGER MOUSE Y DAVID LYNCH

Los ángeles negros

Primero, el torturado cantautor Sparklehorse sale de una depresión. Después, conoce al oscuro productor Danger Mouse. Y cuando están grabando un disco que ya sólo sería interesante de oír, se suma al proyecto David Lynch con una cámara de fotos. Y así toma forma Oscura noche del alma, un proyecto extraño que trae fotos y un cd... vacío... Para sortear a la discográfica y que cada uno grabe la música que circula por Internet.

› Por Martin Perez

Un sobre sin remitente, con un extraño poster dentro. Aunque está diseñado como si fuese de una película, con una inquietante foto ilustrando un título traducible como Oscura noche del alma. Los nombres que figuran, en cambio, remiten a la música: Iggy Pop, Suzanne Vega, The Flaming Lips, Frank Black (de los Pixies), Julian Casablancas (de The Strokes), entre otros. La única excepción es la de un director que podría tranquilamente estar detrás de una película con semejante título –y afiche–, y que bien podría comenzar tal como empezó toda esta historia, con un sobre sin remitente con un extraño poster dentro.

Así es como precisa la prensa musical norteamericana que dio comienzo la misteriosa historia detrás del álbum firmado por un bizarro supergrupo integrado por el productor Danger Mouse, el indie Sparklehorse y el director David Lynch, y que está llamado a ser uno de los indudables protagonistas musicales de esta primera mitad de este año. Aunque más no sea por el hecho de que hay un afiche y un libro vinculado al trabajo, pero el disco brilla por su ausencia. O por su vacío. Ya que las dos versiones en las que se puede conseguir el sorprendente Dark night of the soul –afiche y libro–, están acompañadas por un disco virgen que le advierte al potencial comprador del paquete: “Por razones legales, este disco no contiene música. Uselo como le parezca”. Tanto el libro como el poster ostentan fotos del director de Twin Peaks y Terciopelo azul. Y la música, que en un principio fue puesta online a través de la radio pública norteamericana y hoy da vueltas libremente por Internet, sale de la imaginación –y el talento– de un personaje indie y torturado como Mark Linkous (el nombre detrás de Sparklehorse) y una extraña estrella oscura de la producción discográfica en esta época tan online, llamado Brian Burton, pero más conocido como Danger Mouse, el cerebro detrás del megaéxito del dúo Gnarls Barkley, entre otras cosas. Un caballo y un ratón, digamos. Acompañados en ciertas fotos de prensa por un Lynch, ya que al buen David sólo es posible definirlo con su propio nombre.

La marca del raton

La sinuosa historia detrás de Dark night of the soul comienza con el regreso al estudio de grabación de Mark Linkous, después de una depresión que asegura que le duró cinco años, los que distan entre la edición de It’s a Wonderful Life (2001), su tercer disco, y el siguiente, Dreamt for Light Years in the Belly of a Mountain (2006), para el que conoció a Danger Mouse. “Por entonces había estado mucho tiempo sin entrar a un estudio ni salir de gira, así que lo único que pensaba era en conseguir algún ingreso como para pagar las cuentas”, recuerda Linkous.

Oriundo de Virginia pero instalado en Carolina del Norte, Linkous es un cantautor oculto detrás del nombre de un grupo unipersonal, fanático de Cormac McCarthy, al que considera vocero de la parte más peligrosa y fantasmagórica del sur norteamericano profundo, que suele percibirse también en sus canciones. Apenas apareció su álbum debut en 1995 bajo el nombre de Sparklehorse, Linkous salió de gira detrás de su sorpresivo hit alternativo “Someday I Will Treat You Good”, pero sufrió un terrible accidente apenas empezó su gira europea, que casi lo deja paralítico. Dos discos más tarde, en los que colaboraron desde P.J. Harvey hasta Tom Waits, Linkous cayó en ese pozo depresivo –en el que apenas si produjo el debut del proyecto A Camp de Nina Persson (The Cardigans) y uno de su ídolo Daniel Johnston– del que lo ayudó a salir su encuentro con Danger Mouse. O en realidad con The Grey Album (2005), el polémico disco que puso a Brian Burton en el mapa musical.

Sampleando el Album Blanco de los Beatles, y usando esos pedazos para musicalizar la voz del rapper Jay-Z en su Black Album, Burton construyó un disco de consumo reducido, que –gracias a Internet– se transformó en un fenómeno que terminó con una amenaza de juicio por parte de EMI, la propietaria de los derechos de las grabaciones de Los Beatles. Pero el affaire fue el comienzo de la carrera de Burton bajo el nombre de Modest Mouse, que empezó produciendo el disco Demon Dayz (2005) de Gorillaz y terminó formando el exitosísimo dúo Gnarls Barkley junto a Cee-Lo, cantante de Goodie Mob. En el medio fue que recibió el llamado de Linkous, del que se confesó fan, y muy rápidamente ambos trabajaron en algunas canciones para ese disco que sacó a Sparklehorse del limbo. Eran canciones pop que no encajaban en el álbum anterior”, explica Linkous. Pero de ese encuentro también quedaron algunos temas que él no podía cantar –“Estaban en otro registro”–, y empezaron a pensar en que otros vocalistas invitados podían cumplir ese rol. “Todo empezó cuando le mandamos un tema al cantante de Super Furry Animals y nos lo devolvió transformado en ‘Just war’, el segundo tema del disco. Ahí empezó a tomar forma Dark night of the soul”, explicó Linkous.

Cabeza de raton

A partir de ese momento, Linkous y Burton empezaron a trabajar en su proyecto a largo plazo, grabando los temas en el estudio de Burton, y convocando a sus amigos para que los cantasen. Cuando parecía estar listo, Burton tuvo la idea de llamar a David Lynch. “Sé que no estás haciendo videos, pero podrías sacar algunas fotos para ilustrar el disco”, ha dicho el director que fue la propuesta. Pero Lynch dobló la apuesta, y además de las dos jornadas nocturnas sacando el centenar de fotos que acompañan el lanzamiento del disco, decidió cantar en dos temas. “Las letras salen del mismo lugar de donde salen las fotos”, explicó Lynch. “Uno escucha la música, entra en clima, y aparecen las letras. Es algo casi surrealista, donde uno se engaña a sí mismo para terminar consiguiendo algo”. Cuando tuvieron listo el proyecto, que Danger Mouse asegura haber pagado de su bolsillo –su sello, Capitol, nunca se interesó demasiado–, surgieron los problemas legales que obligaron a concebir el golpe final que terminó haciendo de Dark night of the soul un proyecto único: el disco vacío. De haber publicado el disco, Capitol podría haberlo acusado de romper su contrato, y como está en camino a renegociarlo, Danger Mouse eligió una opción que hace que todo el mundo vincule este disco con el Grey Album. “La diferencia es que entonces yo sabía que lo que estaba haciendo era ilegal, pero pensaba que no iba a tener ningún tipo de difusión”, intentó explicar Danger Mouse. Una ingenuidad que no existe para Dark night of the soul, un proyecto oscuro pero al mismo tiempo mágico, en el que una selección de artistas de lujo ponen su grano de arena para un álbum inquietante, y que está maravillosamente en sincro con los tiempos online actuales. “Al cambiar del vinilo al casete, los formatos musicales se fueron reduciendo. Con el MP3, prácticamente ha desaparecido”, explica Burton. “Con el libro y las fotos de Lynch, quise volver a una época en la que el packaging era una fantasía visual sobre la música, y creaba un misterio que el público buscaba develar”. Pero quien mejor explica la unión del conejo, el caballo y el Lynch es Linkous: “Siempre hice exactamente lo que quise con mis discos, pero nadie en la discográfica sabía qué hacer con ellos. Ahora podemos hacer lo que queramos, y Brian sabe bien cómo vender discos de una manera subversiva”.

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