MúSICA 1 > SOL PEREYRA PRESENTA SU DISCO SOLISTA
Fue una de las fundadoras de Los Cocineros, una banda mítica del rock cordobés que grabó seis discos en ocho años. Después, fue convocada por Julieta Venegas para su Unplugged y desde entonces es parte de su banda. Además, toca con Natalia Lafourcade. Y como si fuera poco, ahora presenta su primer disco solista, Bla, bla, bla. Un disco de separación en el que Sol Pereyra tiene bastante para decir y sabe cómo decirlo.
› Por Martín Pérez
“Vos ves que lloro sola, y me querés en bolas.” Ahí está todo. Ese verso del tema que bautiza su primer disco solista resume lo que hace Sol Pereyra con sus canciones, con sus instrumentos, con sus letras, su música, sus mohínes, su sonrisa. Porque si una imagen vale más que mil palabras, hay que conceder que un solo verso puede contener todo un mundo. Y en los tantos mundos en los que viven las tantas Sol Pereyra que lleva consigo la ex integrante del grupo cordobés Los Cocineros, construidos todos a base de palabras y más palabras, no sólo hay un big bang de chica-conoce-chico, sino también un inevitable bang big cuando ese chico se va y la chica se queda sola, perdiendo el tiempo, pensando y pensando. Y cantando, y creando y habitando cada uno de esos mundos, en los que siempre hay una chica que ríe o llora, que encuentra o pierde algo, pero que al momento de decirlo se burla de eso, fotografía su realidad, y continúa hablando, esperando –o creando– un nuevo big bang, que traerá otro bang big, y así las cosas. Cantautora de banda y caja de ritmos, multiinstrumentista y cantante, pero también licenciada en teatro y dramaturga y actriz y directora, Sol Pereyra –mendocina de nacimiento, cordobesa por adopción– contiene multitudes, y al mismo tiempo es una chica eléctrica, pequeña y simpática, capaz de reír en todas las fotos que ilustran su disco debut como solista, que es antes que nada un disco de separación. De varias separaciones, aclara ella. Con una sonrisa, por supuesto.
Cuando recibió el llamado de Julieta Venegas, cuenta Sol Pereyra, estaba en un momento crucial de su vida. Y ella, por supuesto, no lo sabía. O, si lo sabía, trataba de mirar hacia otro lado. Julieta la seleccionó para formar parte de la banda con la que grabó su Unplugged para MTV, y luego se terminó llevando de gira. “Yo pensé que me iba un ratito y volvía”, cuenta Sol, que dos años atrás aún formaba parte de Los Cocineros, un fenómeno cordobés que fundó junto a su mejor amiga, Mara Santucho, y quien por entonces era su pareja, Alfonso Barbieri. “Pero todo fue diferente, porque ya me había cambiado la visión de las cosas, tenía ganas de independizarme de todo y de todos”, recuerda. Aquel llamado, entonces, asegura que la ayudó a animarse a despegar de ciertas cosas. “Pero estuve un tiempo mareadísima, viajando por el mundo, trabajando por primera vez en un proyecto que no era mío. No podía dar órdenes y tuve que adaptarme a una realidad nueva. Me cagué un poco a palos, pero me sirvió.” El resultado fue Bla, bla, bla, su debut como solista, que maduró durante todas esas idas y vueltas, durante dos separaciones de novios y una de su grupo de toda la vida. Y aun así, Bla, bla, bla no tiene sangre en los surcos. Tiene ritmo y frescura, confesiones pero también desprejuicio, todo en once canciones que son como mundos. O como pequeñas obras teatrales, como le gusta explicar a Sol. “Soy lo mejor de lo peor, tengo de todo al por menor”, se define en “Comunmixta”, un tema nuevo que estará en su próximo disco, que ya se está componiendo, cantando y grabando. “Va a ser un disco menos amoroso, donde me río de mi discurso y mis contradicciones”, explica Sol, que si se ríe, lo hará mostrando ese encantador huequito que tiene justo entre sus dos paletas.
Desde esta actualidad de solista por presentar su debut en Buenos Aires, y en camino de grabar un sucesor, Sol cuenta que siempre se pensó actriz. O parte del mundo del teatro, digamos. De chica, confiesa, quiso ser abogada. Pero eso cuando pensaba que los abogados eran justos y siempre podían salvar a la gente indefensa e inocente. Durante ocho años formó parte de un grupo independiente cordobés integrado por cuatro chicas que escribían, actuaban y dirigían. Así que la música llegó a su vida de la mano del teatro, obviamente. Primero con un grupo que unía las dos artes, bautizado U Tembleque. Y enseguida llegaron Los Cocineros. “Ahí fue cuando hice un clic con todo, y decidí que la música era lo que más me gustaba en la vida. Además, me gusta mucho pasarla bien, y con la música me divierto como con nada.” Trío devenido en grupo hecho y derecho, Los Cocineros fueron un fenómeno cordobés que grabó seis discos en ocho años, y del que Alfonso y Sol terminaron partiendo casi al mismo tiempo, aunque Sol siguió tocando con ellos durante un disco más, al menos. “Mi primer tema lo hice jugando, cuando tenía diez años –recuerda–. Pero ni se me había ocurrido componer hasta que empecé con Los Cocineros. Fue un maravilloso descubrimiento, lo mejor que me pudo pasar en la vida.” A partir de entonces asegura haber empezado a desarrollar todo lo que iba descubriendo musicalmente, y así comenzó un camino que terminó en Bla, bla, bla, donde la chica que tocaba pero no componía se llena de versos y rimas y canciones. “Cuando escribo, lo hago desde el humor, desde una visión tragicómica de la vida. Soy un poco fóbica, exagerada, pasional, todo lo vivo a lo grande. Siempre pienso que me voy a morir de amor, siempre que me duele algo ya siento que estoy en mis últimos días, siempre miro el cielo por si viene el meteorito. Entonces trato de reírme de todo eso.”
Si se le pregunta cuándo fue que empezó a creer en esto de componer y cantar sus propias canciones, Sol Pereyra dice que fue hace muy poco, cuando agarró su guitarra y se fue a tocar a un parque de México, a una suerte de guitarreada que convocó por Internet. “Cayó mucha más gente de la que yo imaginaba, y me dije: ya está, lo logré, acá empieza otra historia.” Aunque regresa siempre a Córdoba, Sol hoy está instalada en México, donde no deja de presentar su disco, además de formar parte de la banda de Julieta Venegas, y también tocar junto a Natalia Lafourcade, y su compinche mexicano, Silvano Zetina. “Me siento música y actriz. O teatrera, porque no sólo me gusta actuar. Llegué incluso a dirigir una obra en México, pero por ahora la música le gana al teatro. Aunque en cualquier momento regreso con todo, porque soy así, a lo bestia”, dice esta bella antes que bestia, que ingresó a la música a partir de los instrumentos que, desde muy pequeña, no pudo dejar de comprar y coleccionar. “No sé por qué me vuelvo loca con los instrumentos –se encoge de hombros–. No tengo límite, siempre puedo comprar más”, explica la chica que contiene multitudes. Y llora. Y se ríe. Y canta. Y bla bla bla.
Sol Pereyra presenta Bla, bla, bla este viernes 15 (a las 21 hs.) y sábado 16 (a las 24) en No Avestruz, Humboldt 1857. Entrada: $ 30
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