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Por Tina Fey
La gente a veces me pregunta sobre la diferencia entre los comediantes hombres y mujeres. ¿Los hombres y las mujeres encuentran graciosas cosas diferentes? Usualmente intento una respuesta que es tan diplomática y aburrida que la gente sencillamente se va. Algo como “hay una gran cantidad de superposición entre lo que hombres y mujeres consideran gracioso. Y, odio generalizar, pero diría que los hombres pueden preferir elementos viscerales y absurdos, como tiburones y robots, mientras las mujeres son más atraídas por chistes basados en personajes e idiosincrasias verbales”. ¿Todavía no se aburrieron?
Aquí está la verdad: hay una diferencia entre humoristas hombres y humoristas mujeres y la voy a revelar. Los hombres orinan en tazas. Y a veces en jarras. Una de las primeras veces que entré en la oficina de mi antiguo jefe, Steve Higgins, lo encontré comiendo una manzana y fumando un cigarrillo simultáneamente. Había estado ahí por pocas semanas y Steve me había apoyado mucho. No me acuerdo de qué estábamos hablando, pero fui a buscar un libro que estaba en un estante alto. Cuando intenté mover un vaso de papel para sacar el libro, Steve saltó: “No toques eso, esperá”. Agarró el vaso, y algunos más que había en la oficina, y se los llevó fuera de la oficina para tirarlos.
“Sí, claro, hay pis en esos vasos”, me informó mi amiga Paula Pell. No lo pude creer. Yo llegué a Saturday Night Live desde el grupo de teatro humorístico Second City, que no era precisamente un lugar limpio: no podía resultar muy extraño ver a una rata dar a luz en un cenicero repleto. Pero nunca escuché de alguien que orinase en un vaso, excepto en el consultorio de un doctor. Tal vez uno llegue a hacerlo en un viaje en auto si hay mucha distancia entre las paradas. Pero nunca había escuchado de alguien que orine en un vaso y lo deje en un estante de su oficina para que se evapore y regrese a su cuerpo a través de los poros de su rostro.
Le comenté a un compañero de trabajo lo que había visto. ¿No era la cosa más asquerosa que había escuchado? Me respondió como si nada que él también lo hacía, de vez en cuando. Dijo que era algo que los hombres hacían cuando estaban demasiado cansados como para ir hasta el baño. El baño, es necesario aclarar, estaba tan lejos como vos estás de este diario. Empecé a sentirme como si hubiese venido del espacio.
Llamé a mi novio, Jeff, que vivía en Chicago. “Vos creciste entre hermanos y en el campo. ¿Alguna vez hiciste pis en vasos y los dejaste cerca tuyo?” Jeff estaba incrédulo. “¿Qué? No. Eso es desagradable.” Mil puntos para Jeff.
Una vez que me di cuenta de esta práctica, empecé a ver vasos en otros lugares. En las oficinas dedicadas al segmento Weekend Update del programa –que eran como los hermanos más inteligentes pero también más malvados entre los guionistas– no había vasos. Había una jarra. Era una jarra de pis con una especie de costra en su superficie y, a juzgar por su consistencia, creo que los guionistas escupían también en ella. O uno de ellos estaba terriblemente enfermo. Uno la podía ver desde la puerta cuando entraba en la oficina, y en primera instancia pensé que era un test. Si uno veía la jarra de pis, se atrevía a ignorarla y entraba igual en el cuarto, eras bienvenido. Aunque “Bienvenido” es una palabra demasiado fuerte. Eras... ¿Uno de los chicos? Mmmm, no. ¿Saben qué? Pensándolo bien, estoy proyectando. Nunca pudo haber sido un test, porque realmente a ellos les importaba un comino tanto si entrabas como si no en su oficina.
No todos los hombres en SNL meaban en vasos. Pero cuatro o cinco entre veinte lo hacían, así que los hombres tienen que aceptarlo. Cada vez que hay una comediante femenina haciendo un monólogo malo en algún lado, no falta un idiota que postee en su blog la deducción de que “las mujeres no son graciosas”. Usando el mismo cálculo, yo puedo deducir que los escritores humorísticos masculinos orinan en vasos.
También, les gusta simular que se abusan sexualmente entre ellos. Es algo que... No se preocupen sobre eso. No se hacen daño.
Para continuar con esta ciencia de amplias generalizaciones, orinar en vasos puede demostrar que los hombres se hacen comediantes para romper reglas. De la misma manera, las mujeres que conozco en la comedia son todas dedicadas hijas, buenas ciudadanas, graduadas universitarias bien educadas. Tal vez las mujeres gravitan hacia la comedia porque es una manera de romper las reglas aceptadas socialmente. ¿Ya me han dejado sola y se han ido a buscar la bandeja de los quesos?
Tina Fey es una de las comediantes y guionistas más famosas –y prestigiosas– de EE.UU.; entre 1997 y 2006 fue parte del staff de Saturday Night Live y desde 2006 protagoniza la serie de la que es autora, 30 Rock, junto a Alec Baldwin.
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