› Por Juan Carlos Kreimer
Facilitar conocimientos libremente a quienes lo necesiten. Acompañarlos en su proceso. Muchos empiezan a llamar DIT a esta modalidad entre desconocidos que se desliza on line sin alaharaca. Do-it Together. Hagámoslo juntos. Sin parentesco alguno con el All together now. Ni con el Juntos somos más, tan vernáculo. Alguien necesita conocer lo más posible sobre un tema y lo teclea en el buscador. Otro u otros que han pasado por ahí ponen a disposición lo descubierto. Al subirlo a Internet, lo ofrecen y se ofrecen. Lo novedoso: lo hacen con compromiso, pero sin sentirse obligados a involucrarse activamente en lo que el consultante ande atravesando, investigando o queriendo realizar. Los pasos son tuyos, no los míos.
DIT es hija biológica del mítico DIY (Do-it yourself) que tuvo su apogeo entre 1960 y 1970. Con sólo cambiar la letra final de la sigla, DIT da al sentido de autonomía de la expresión madre una inserción en lo social. La genealogía cabalga entre los dos significados que se le daban a Do-it yourself. Uno, acentuando la última palabra, provenía de la ideología Mecánica Popular, libros de cocina y publicaciones How to... Si yo lo hice, vos también podés hacerlo. El yourself da fuerzas para que no esperes que otro lo haga por vos. Tomá una decisión, arreglá vos mismo las bisagras, destilá ese brebaje, aprendé a emparchar un neumático pinchado, a elegir una campera... DIY habla también de no esperar la aprobación del otro, no depender de su decisión para hacerlo. Si el Aparato no te hace un lugar, construítelo por fuera. Ese yourself (vos y tu ser) aporta una connotación por ti mismo que le da a lo que hagas un sentido más amplio: tomá conciencia de que sos capaz de muchas más cosas de las que suponés. Hay más situaciones en las que (o para las que) te las podés arreglar solo. Y depender menos. Es la versión más cercana al hoy tan chic impowerment (empoderamiento): lograr las condiciones para que las capacidades y la convicción surjan de vos, o de un grupo, y puedas lograr objetivos por derecho propio.
Al Do-it! la contracultura le da un valor político: hacé lo que creés, no lo que te dijeron tus papis, no lo que espera el sistema que hagas para que nada cambie. Construí tus creencias en base a lo que te dicen tus propias percepciones. Desobedecé. Transgredí. No esperes autorización de nadie para llevarlo a cabo. Abandoná los paradigmas dominantes y animate a pensar lo que pensás. Todas las veces que puedas.
Esos empujones del Do-it! trazan recorridos que conviven con los existentes e, imperceptiblemente hasta el día en que se oficializan, crean campos paralelos a los existentes. Los interpelan e interpenetran hasta que Eso se vuelve Esto.
Caso extremo del Do-it!: la tipología Pienso y hago. La reflexión, una vez hecho. Diletantes se decía que eran los que nunca concretaban lo que una y mil veces te contaban que querían hacer. ¿Del verbo dilatar?
Cuando un tipo DIY se encuentra con otro DIY hay al menos un lenguaje tácito. Ninguno necesita explicitar por qué se las ingenia para arreglárselas solo, ni el regusto que eso le causa. Al escucharse suelen comprobar que el otro lleva (hasta donde puede) esa actitud. Es común que comiencen a contarse cómo hicieron tal cosa y sin proponérselo, vayan pasándose información específica. DIT es pragmatismo puro. Si te interesa, tomalo en serio. Si no, sabé que yo sé y si en algún momento necesitás algo de esto, podés pedírmelo. Me da placer poder pasarlo a otro que quiere hacerlo por sí mismo.
Lo refresco: el sistema, cuya fuerza motriz es que consumamos más consumo, prefiere que No lo hagas. Que recurras a otro pagándole, o que compres algún producto que te lo solucionará directamente y te permitirá usar tu energía en otra cosa. Antes de que puedas pensar Estoy consumiendo, ya te está tentando con otras cosas.
Mientras el Imperio quiere que pierdas la posibilidad de hacerlo prescindiendo de los demás y lo que te vende, el Do-It Together plantea el paso de la autonomía a la solidaridad. Algunos incluso proponen otra traslación de la sigla DIT: Do Interacción Too. También interactuemos.
Metalenguaje: ya que lo hicimos por nosotros, ofrezcámoslo a los demás. La primera persona del plural se impone. Nueva Solidaridad bautizó Miguel Grinberg en 1964 al movimiento de insurrección poética que se había creado entre los editores de varias revistas literarias latinoamericanas que se lo ofrecían todo. La internacional de los cronopios. La red de apoyo incluye hoy a artistas, artesanos, exquisitos, especialistas, sibaritas, restauradores, pacientes curados, y a casi toda la gama de emprendedores independientes.
Otra teoría y praxis del dar y el recibir: si el que busca y pide, “le da la posibilidad de dar” a otro que ya lo experimentó, al responder éste también “se” da la posibilidad de dar. Vuelve a darse la oportunidad de hacerlo. Juntos y por yourself. La naturaleza propia de la vivencia hace que la experiencia que da el hacerlo no pueda ser transferida, solo compartida.
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