El amor vuela
Por C.S.
Un final tan escandalosamente trágico suele robar a Romeo y Julieta todo disfrute anterior. Pero en la versión de Alicia Zanca, sobre una adaptación de Mauricio Kartún, recreada por una energética y populosa troupe de jóvenes atléticos y voladores, la fiesta no pasa para nada desapercibida. Allí está Julieta, una Laura Novoa misteriosamente regresada a los 14 años, bamboleándose peligrosamente en una hamaca aérea, abierta de piernas y mostrando la bombacha blanca a un Romeo tal vez algo pánfilo, interpretado por el “mambrusiano” (sí, a lo Mambrú) Gastón Ricaud, pero tan dispuesto a entregar su modelo de amor romántico como Occidente lo pida. Y Mercurio, el mejor amigo de Romeo, tan brillantemente satírico en sus estocadas contra las impostaciones del eternamente enamorado (el texto es de Shakespeare, qué se esperaba). Sí: en Verona todo es cachondeo, besos cruzados, insinuaciones eróticas y apoyos robados, entre ellos y ellas, ellos y ellos y ellas y ellas, sean sirvientes o nodrizas, sean o no proyectos de noble. Montescos y Capuletos devenidos en estilizados esgrimistas riñen en un escenario minimalista y blanquecino o bailan coreografías algo extrañas casi salidas de Foot Loose, sin que hagan falta castillos ni brocatos isabelinos. Y qué importa que a ambos lados del escenario una “C” y una “M” pintadas con sangre anuncien la tragedia mientras se puedan lucir esas divinas pecheras blancas, esos ajustadas babuchas y esas sugerentes muñequeras con tachas. Si en las contorsionadas escenas de amor por los aires hay hasta que contener el aliento por que, ¡por Dios!, ¿qué sería de Shakespeare si de pronto Julieta se cae o Romeo se rompe una pierna de tan alto que se subió? Pero no, hay boda bajo la cruz de neón rojo en la capilla del desolado fray Lorenzo y noche de amor hasta que canten las alondras y un poquito más que todavía no son alondras. El resto, ya se sabe, pero vale la pena.
A las 20.30 de jueves a sábados y domingos a las 20 en el Teatro Regio,
Av. Córdoba 6056. Tel.: 4772-3350.
Nota madre
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