Dom 17.10.2004
radar

CINE, TV, TEATRO: EL CONTRAATAQUE DE LA REALIDAD

Esto no es ficción

Por C. S.

Si últimamente lo real está de moda, el fenómeno presenta variantes disímiles y hasta contradictorias. Mientras en Estados Unidos arrasa audiencias El aprendiz de Donald Trump, un neo reality que espía las entrevistas laborales de los aspirantes a presidir alguna filial del magnate, los realities locales, hartos de testimoniar la nada adolescente en el encierro elegido, se aventuran a testimoniar los más vertiginosos “mundos profesionales”: quirófanos, comisarías, cuarteles de bomberos, escaparates del pop y de la moda. En Los rubios, Albertina Carri daba vuelta como un guante el género documental y desnudaba la carne más viva de una memoria personal atroz: el asesinato de sus padres a manos de la dictadura.
Pero el incremento de la dosis de realidad no se detiene. Historias de vida, testimonios, memorias y autobiografías están a la orden del día. Cunden las personas comunes que hacen de sí mismas; aparecen productoras de cine villeras que logran que los pobres actúen de pobres. Asumiendo la mirada del documental o incorporando a los rodajes a gente que no actúa sino que simplemente es, películas como La libertad y Los muertos (Lisandro Alonso), El perro (Carlos Sorín), Familia rodante (Pablo Trapero) o El amor (I parte) evidencian hasta qué punto la ficción, hoy, busca recargar sus baterías en esa inmensa reserva de historias y estilos que es la experiencia real. Una búsqueda que en el teatro, por el momento, no parece tan acuciante, aunque ya presenta algunos síntomas. En su versión de Tres hermanas de Chéjov, Daniel Veronese renuncia a la iluminación, el vestuario, la escenografía, la música y hasta a los mecanismos promocionales clásicos para reducir el teatro a su núcleo irreductible: texto y actores. Y las numerosas experiencias teatrales que copan los livings de casas particulares o los escenarios urbanos prueban que lo que está en crisis no es sólo un modo de representación sino también una arquitectura y una institución: la sala.
El público de los festivales de cine agota las boleterías de las secciones documentales, se multiplican las agencias de publicidad especializadas en “caras comunes”, las maratones del Animal Channel atrapan como thrillers y los docudramas de People & Arts despiertan más discusiones que cualquier sitcom de Sony. Mientras el antropólogo Néstor García Canclini exalta el auge del testimonio biográfico como forma de recuperar la subjetividad, los fans se vuelven ídolos, los extras estrellas, los espectadores protagonistas, los no actores actores. ¿Será que las vidas, al final, no eran tan descartables?

Nota madre

Subnotas

(Versión para móviles / versión de escritorio)

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina
Versión para móviles / versión de escritorio | RSS rss
Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux