SANTA FE › ENVíAN MUESTRA A UN LABORATORIO DE ESTADOS UNIDOS PARA IDENTIFICAR EL CUERPO DE UNA MUJER
La llaman "La masacre del camino de Las Moras" por el lugar en que fueron encontrados los cuerpos: a un costado de la ruta provincial 64, a mil metros de la autopista Santa Fe-Rosario. Es la única fosa común de los años de plomo que apareció en la provincia.
› Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
La fiscal Nº 2 Cintia Gómez pidió la indagatoria del ex jefe del Area 212, coronel José María González y del ex jefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122, coronel Domingo Manuel Marcellini, en una causa que investiga la masacre del camino de Las Moras, a seis kilómetros de Coronda, donde el 20 de marzo de 1976 -cuatro días antes del golpe- apareció una fosa común con los restos de cuatro mujeres que después fueron inhumados como NN. La justicia ya logró devolverle el nombre a tres de ellas: Olga Teresita Sánchez, María Cristina Mattioli y Graciela Siryi, todas militantes de la Juventud Peronista, mientras espera los resultados de estudios de ADN enviados a Estados Unidos para avanzar en la identificación de la cuarta víctima. La fiscal Gómez amplió la requisitoria de instrucción para investigar también el destino final del esposo de Mattioli, Mario Luis Totterau, que fue secuestrado junto con ella, el 27 de febrero de 1976, en Santa Fe, casi un mes antes de que apareciera la fosa común.
La llaman "La masacre del camino de Las Moras" por el lugar en que fueron encontrados los cuerpos: a un costado de la ruta provincial 64, que une a Larrechea y Coronda, a mil metros de la autopista Santa Fe-Rosario. Es la única fosa común de los años de plomo que apareció en la provincia, hasta ahora. En la mayoría de los casos, las víctimas eran arrojadas a la vera de los caminos y luego sepultadas en cementerios públicos.
El hallazgo se produjo en vísperas del golpe militar. "Se trata de los cuerpos de cuatro mujeres, cuyas edades oscilarían entre 15 y 26 años. Todos, se encontraban con los pies y manos atadas y los ojos vendados", publicó El Litoral, el 20 de marzo de 1976. Y planteó una hipótesis sobre la causa de la muerte: estrangulamiento. Al día siguiente, el diario volvió a citar a fuentes policiales que descartaban que la masacre "tuviera alguna conexión con grupos subversivos" y entendían "en cambio, que el caso podría encuadrarse en las actividades que desarrollan tratantes de blancas".
Sin embargo, cuatro días después, el mismo 24 de marzo de 1976, ya no informó sobre la "trata de blancas" y calificó a las víctimas como "presuntas integrantes de una fracción extremistas". "La muerte de las cuatro mujeres se registró alrededor de 30 o 40 días atrás (...) y al ser arrojadas por los asesinos en una pequeña fosa a la vera de un camino en jurisdicción de Coronda, fueron rociados los cuerpos con abundante cantidad de cal, lo que influyó para su imposible identificación", agregó el diario.
Una causa se abrió en el Juzgado de Instrucción de la 7ª nominación de Santa Fe ("Actuaciones de la Policía del departamento San Jerónimo s/hallazgo de cuatro cadáveres NN femeninos"), pero el expediente también desapareció. Y si hubo alguna investigación, se diluyó con el tiempo. La masacre quedó impune.
En el año 2000, la ex fiscal federal Griselda Tessio abrió otra causa por averiguación de la verdad histórica, a la que se sumó una denuncia del abogado Jorge Pedraza. Tessio reclamó a la justicia aquel viejo expediente, pero nunca se lo mandaron. Los restos de las cuatro mujeres fueron exhumados del cementerio de Coronda y trasladados al Panteón de la Memoria, en Santa Fe.
En estos ocho años, el trabajo del Equipo Argentino de Antropología Forense y los análisis realizados en el Banco Nacional de Datos Genéticos del hospital Carlos G. Durán, de Buenos Aires, y luego, en el Laboratorio de Genética Molecular (Lidmo) de la ciudad de Córdoba, permitieron identificarlas: la primera, fue Olga Teresita Sánchez, el 15 de setiembre de 2004; la segunda, María Cristina Mattioli, el 6 de setiembre de 2007, y la tercera, Graciela Cristina Siryi, en abril de este año. Los restos de cada una fueron devueltos a sus familias en ceremonias íntimas. Ahora, una muestra enviada a un laboratorio de Estados Unidos alienta la esperanza de saber quién es la cuarta víctima, según revelaron a Rosario/12 fuentes de la justicia federal.
Mattioli, y su esposo, Mario Luis Totterau, fueron secuestrados el 27 de febrero de 1976 a la madrugada, por un grupo de tareas que copó la casa de su padre, en 1º de Mayo 5180. Sánchez desapareció al día siguiente cuando se dirigía a una cita política en el barrio Villa Hipódromo, en el norte de la ciudad, según una versión que maneja la justicia. Y Siryi desapareció también ese mismo 28 de febrero de 1976. Ella había nacido el 7 de setiembre de 1946, militaba en Montoneros y estudiaba en la Facultad de Humanidades.
El dictamen antropológico descarta la causa de la muerte por "estrangulamiento" que señalaban las versiones de la época de la masacre. Dos de las víctimas: Siryi y Mattioli tienen "en la región parietal izquierda lesiones producidas por la entrada de proyectil de arma de fuego", dice el informe del Equipo de Antropología Forense, al que también accedió Rosario/12. El tiro de gracia.
El 31 de julio de 2006, Tessio hizo la requisitoria de instrucción para convertir la búsqueda de la "verdad histórica" en una causa penal. Por entonces, sólo había sido identificada Sánchez, pero ya estaba planteada la hipótesis que otras de las víctimas podía ser Mattioli. "Este Ministerio Fiscal entiende que, según las pruebas reunidas hasta el momento, han tenido participación en los hechos, como responsables directos o cooperando para ocultar los homicidios, los responsables del II Cuerpo de Ejército, del Distrito Militar Santa Fe y las autoridades policiales de la provincia y de las unidades regionales de La Capital y San Jerónimo, los cuales oportunamente deberán ser citados a prestar declaración indagatoria", planteó la ex fiscal.
Un mes después, el 29 de agosto de 2006, Tessio volvió a insistir con el pedido de indagatorias al ex jefe del II Cuerpo de Ejército, general Ramón Genaro Díaz Bessone y el ex jefe del Destacamento Militar 122, coronel Domingo Manuel Marcellini, entre otros. El 19 de octubre de 2006, la ex fiscal solicitó -por tercera vez- al juez que "fije fecha para que preste declaración indagatoria el coronel Marcellini", pero sin éxito.
Esta semana, la fiscal Cintia Gómez -que reemplazó a Tessio- amplió la requisitoria de instrucción, ahora por "el homicidio de Graciela Siryi y la desaparición forzosa de Mario Luis Totterau".
"Totterau fue secuestrado por fuerzas de seguridad en el domicilio de calle 1º de mayo 5180 el 27 de febrero de 1976. Desde entonces, permanece desaparecido. Fue llevado junto a su esposa, María Cristina Mattioli de Totterau. El cadáver de Mattioli, junto a los cuerpos sin vida de Olga Teresita Sánchez, Cristina Graciela Siryi y otra mujer cuya identidad aún se desconoce, fueron hallados a la vera de la ruta provincial 64, en el mes de marzo de 1976. Todos tenían los pies y manos atadas y los ojos vendados", señaló la doctora Gómez, que trabaja en silencio, pero sin pausa.
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