Los problemas energéticos "no se resolverán de la noche a la mañana". En ese concepto coincidieron Alberto Cortes, doctor en Física, docente e investigador de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR, y Alberto Rosandi, titular de la consultora Energía y Opciones. Los dos hablaron con Rosario/12. Mientras Cortes destacó que "no hay una política integral y coherente para reducir el uso de la energía"; Rosandi indicó que la demanda "se ha trasladado del área de consumo productivo al área residencial. Si la economía hubiese seguido a la tasa de crecimiento que teníamos, la problemática actual hubiera sido mucho más dramáticas con las altas temperaturas". En este sentido, el consultor indicó que en el marco de la producción, "el consumo de energía cayó casi un 23 por ciento".

Rosandi, que es asesor energético de la Federación de Industriales de la provincia de Santa Fe (Fisfe), expresó que "hay un marco de saturación de líneas y transformadores, que se hace efectivo en momentos de diferenciales de temperaturas elevadas. Y ese esquema se está dando fundamentalmente en las bases de las ciudades más pobladas". Por su parte, Cortes señaló que "si los edificios y las viviendas se hicieran teniendo en cuenta el clima, no precisarían casi calefacción y aire acondicionado; y justamente la EPE está colapsando por los picos de demandas".

Para prevenir estas sobrecargas, Rosandi explicó que existen técnicas, que no pasan exclusivamente por la realización de nuevas obras. "Existen equipos, denominados termómetros infrarrojos, que detectan los puntos calientes y que permiten detectar el sobrecalentamiento en cables y circuitos eléctricos".

A contramano de lo expresado por el ministro Ciancio (ver aparte), Rosandi entiende que "hay que tratar obligadamente de bajar carga; es decir, limitar ese consumo. Acá es cuando se habla de cortes rotativos, la limitación de ese sistema obliga a tener que pararlo de alguna forma".

Mientras los funcionarios dejaron entrever que la solución tomará entre cuatro y cinco años, Cortes -investigador en energía solar y ahorro energético-, señaló que los inconvenientes "se resolverán más rápidamente si en paralelo con las inversiones se toman medidas para lograr un mayor ahorro energético".

Cortes apeló a su propia experiencia para ejemplificar. "En mi casa no tengo aire acondicionado, ni pienso comprar ﷓aseguró﷓ pero tengo una política: abro y cierro las ventanas a cierta hora. De todas maneras, aunque tuviera un aparato, lo usaría menos que alguien que no tiene este manejo. Esta información no se difunden en la población".

El docente e investigador de la UNR señaló que el reglamento de edificación de la ciudad de Rosario, "no tiene nada que mueva a un arquitecto a preocuparse por generar menos consumo de energía. Hay baterías de medidas que se conocen desde hace siglos, y la tecnología está. Pero no hay una política estatal coherente y de largo aliento".

Para comprender aún más estas consideraciones, el ex concejal contó que en unas jornadas sobre el tema, un arquitecto contó que en la Facultad de Arquitectura, "la mayoría de los alumnos, orientados por sus docentes, hacen planos donde ni siquiera indican el norte; construyen igual para Jujuy que para Tierra del Fuego".