La provincia de Santa Fe se convertirá este año en el mayor polo aceitero del mundo y puede crecer aún más, aunque tropieza como limitante con la actual capacidad de transporte por el río Paraná, advierten expertos. Las inversiones en marcha ampliarán este año la capacidad instalada en territorio santafesino hasta permitirle procesar 39 millones de toneladas por año, nivel que excede al de cualquier otro centro agroindustrial del mundo. Sin embargo, ese crecimiento encuentra un cuello de botella en la Hidrovía Paraguay-Paraná, por donde sale más de 80 por ciento de la exportación de aceites con unos cuarenta países como destino, y a corto plazo llegará a otro en la capacidad de las terminales de embarque. "Si no se supera el déficit de infraestructura, en cinco años los puertos del río estarían superados en su capacidad de utilización, mientras los de mar se encontrarían al límite", advirtió un informe de la Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Extensión Agropecuaria (Aacrea).

El setiembre pasado el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, puso en marcha en Rosario tareas de dragado para ampliar la capacidad de transporte desde el canal de Punta Indio, en la desembocadura del Río de la Plata, y el puerto de Santa Fe. El propósito es llevar a mediados de este año la profundidad en la ruta navegable troncal desde el océano Atlántico hasta el Puerto General San Martín (Rosario) de los actuales 32 pies a 34 (10,5 metros), y a 25 pies el tramo siguiente hasta Santa Fe.

En una segunda etapa, que concluirá en el primer trimestre de 2007, podrán navegar buques de hasta 36 pies de calado, "lo que permitirá incrementar el volumen de carga transportado, con el consecuente ahorro en el costo de flete", destacó De Vido. Se calcula que por cada pie de calado incremental los buques pueden transportar 1500 toneladas adicionales. La tarea es liderada por la draga "Francis Beaufort", de 142 metros de eslora, la más grande que haya operado hasta ahora en Sudamérica, propiedad de la empresa belga Jan de Nul, socia con la argentina Emepa en Hidrovía SA, la consecionaria del servicio.

La mejora beneficia a alrededor de cuarenta terminales portuarias de Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos. De Vido reveló además que existen análisis conjuntos con el gobierno de Paraguay para profundizar la ruta fluvial aguas arriba de Santa Fe. Pero el déficit de la hidrovía continuará porque aún no alcanzará el calado suficiente para los grandes buques Panamax, los más usados del mundo, que requieren entre 40 y 42 pies para navegar con su carga completa.

En cambio, pueden operar a pleno en los puertos bonaerenses de Necochea y Bahía Blanca, que tienen profundidades superiores a 40 pies, pero por allí se despacha una porción pequeña de las exportaciones del sector. Actualmente, los Panamax deben salir de Rosario con poco más de la mitad de carga y completarla en los puertos del sur o en Brasil, lo que implica fuertes aumentos en los costos.

La Bolsa de Comercio de Rosario calculó el año pasado que el campo pierde 560 millones de dólares por falta de calado del río Paraná. La entidad señaló además las dificultades para completar cargas en los puertos del sur de Brasil, que actúan como complemento del complejo portuario de esta región. Por la Hidrovía actualmente se transportan 10,8 millones de toneladas de carga por año, en cereales y oleaginosas, sus derivados, minerales de hierro y manganeso, petróleo y acero; pero su potencial de desarrollo es tres veces ese volumen.