Un mes y medio después de haber sugerido en la Legislatura que "la Banelco se había trasladado a la provincia", aludiendo al presunto pago de sobornos para la aprobación del Presupuesto 2009, el diputado Alberto Monti pidió perdón a sus pares a través de una nota elevada al presidente de la cámara baja. "Si alguna frase, algún comentario, ha lesionado o herido a algún miembro del cuerpo, el correctivo a este proceder no ha de darlo la normativa sino el íntimo convencimiento de solicitar las disculpas necesarias", señala la misiva del legislador peronista.

El 26 de marzo la Legislatura aprobó el Presupuesto 2009 después de un ping pong parlamentario que obligó a votar el proyecto cinco veces en ambas Cámaras, tres en Diputados y dos en el Senado. En la Cámara baja fue con escándalo cuando Monti instaló el fantasma de la Banelco como moneda de cambio para que el sector kirchnerista del PJ avalara el proyecto elaborado por la gestión de Hermes Binner.

"Ahora creo que la Banelco se trasladó a la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe", denunció Monti. De inmediato varios pares suyos salieron a cruzarlo, entre ellos el diputado oficialista Marcelo Brignoni quien planteó una cuestión de privilegio. "Me siento absolutamente agraviado por estos dichos", dijo el representante de Encuentro Popular.

En la sesión de ayer, ingresó formalmente el pedido de disculpas de Monti. Allí el legislador recuerda que en la polémica sesión "se produjeron una serie de acontecimientos que derivaron en un debate de profunda significación política e institucional".

El texto señala:

"No pretendo en este escrito analizar conductas y consecuencias de aquella jornada histórica, toda valoración queda en manos de aquellos analistas desapasionados y objetivos que han de amerituar el alcance de lo acontecido. La Legislatura es un ámbito eminentemente deliberativo, donde la pasión y el debate encuentran un punto inexorable de encuentro".

"Los miembros electos por el voto popular expresan en libertad sus ideas y puede que algunas de ellas incomoden a otros miembros. Existe la inmunidad de opinión para sus miembros, pero este privilegio no significa que el legislador, en un desborde emocional se refiera de manera desmedida en la clasificación de algunos actos. No ha de ser la ley quien determine el mérito o demérito del íntimo pensamiento; todo discurso y opinión vertida, lleva incito un desarrollo moral y ético".

"Si alguna frase, algún comentario, ha lesionado o herido a algún miembro del cuerpo, el correctivo a este proceder no ha de darlo la normativa sino el íntimo convencimiento de solicitar las disculpas necesarias. Nunca seré un indigno miembro de esta respetada Legislatura. He soportado numerosos descalificativos hacia mi persona. Sin embargo lo enmarco dentro de las pasiones humanas y no dentro de nuestras ocultas miserias. Mis disculpas ante cualquier exabrupto expresado, conlleva el perdón hacia mis detractores".