Desde Malaca

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Ayer en la histórica ciudad de Malaca a 250 kilómetros de Kuala Lumpur donde transcurrieron las historias de "Sandokán, El Tigre de la Malasia" que describió Emilio Salgari, los gobernadores de Santa Fe y Córdoba tuvieron un espacio para dar renovado impulso a una obra que había sido ya estudiada pero que ahora cobra real dimensión: la construcción de un canal que lleve agua del río Paraná, a través de Santa Fe, hacia la provincia mediterránea, hoy jaqueada por una sequía de ribetes dramáticos. Claro que el gobernador Hermes Binner se encargó de aclarar que también había que pensar en otras obras destinadas a evitar en un futuro el flagelo de la sequía que azota desde hace años al norte santafesino. La novedad principal es que surgió ahora la posibilidad de que exista un financiamiento del Consejo Federal de Inversiones (CFI) que organizó junto a Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos esta misión comercial que se desarrolla en Malasia y que continuará en Singapur. "Es una posibilidad que nos pone muy contentos", dijo satisfecho el gobernador Juan Schiaretti quien calculó que "en unos 120 o 150 días, tenemos que estar presentando el proyecto de esta obra fundamental para el futuro".

Puerto dominado desde el 1600 alternativamente por holandeses, portugueses e ingleses; disputado también por los chinos; el enclave de Malaca muestra el contraste de una vieja fortaleza asiática y una moderna ciudad que ha logrado ganarle terreno al mar en los últimos años. Donde ayer había costas y olas bravas, hoy se asientan hoteles y tiendas de cadenas internacionales.

Allí se encontraron Binner, Schiaretti y el vicegobernador entrerriano José Lauritto con el gobernador de esta provincia malaya Mohamed Khalil Yaakob, que no fue elegido por el pueblo de la región sino por el Sultán de Malasia que designa -en el marco de una particular monarquía parlamentaria a los jefes estaduales de este país, en el que de una casi increíble manera, han logrado entenderse malayos, chinos e indios, con un 60 por ciento de población musulmana en la que también conviven el budismo y los hindues, además de unos no tan escasos católicos.

Después de lo protocolar, Binner y Schiaretti abordaron de lleno los argumentos de la obra que permitiría llevar agua del Paraná a Córdoba. "Pensando en resolver el problema de las sequías que nos aqueja hoy y de las que pueden venir, producto de este cambio climático que nadie sabe cuál es su alcance ni cómo terminará, creemos que es importante recurrir al río Paraná como fuente de agua, no solamente para Santa Fe -que también tiene sus zonas castigadas por las sequías sino también para la provincia de Córdoba", dijo Binner.

Eran las palabras que esperaba Schiaretti y esto se notó: "Es una muy buena noticia. Esto puede resolvernos la provisión de agua en el siglo 21. Esperamos en 120 o 150 días poder terminar el proyecto que inclusive será financiado por el CFI y que si Dios quiere, con el gobernador Binner antes de que finalicen nuestros mandatos, podamos estar dando inicio formal a esa obra".

Ambas provincias estudiarán ahora las mejores opciones técnicas para llevar adelante el proyecto y definir la futura traza, para abastecer a poblaciones santafesinas y cordobesas que hoy no cuentan con agua para consumo humano en cantidad y calidad suficientes.

Plasmar una red interprovincial de acueductos fue uno de los objetivos expresados por el ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio, a poco de asumir la actual gestión. En ese sentido, ya se firmó un acuerdo con la provincia de Santiago del Estero para poder traer agua a Santa Fe desde el río Dulce y el proyecto, financiado por el CFI, está en elaboración.