Dom 10.01.2010
rosario

SANTA FE › EN LOS PRIMEROS DíAS DE 2010 EL GOBERNADOR BINNER TRATA DE SALIR DE LA MERA COYUNTURA DE GESTIóN PARA PROYECTAR SU FUTURO.

Saliendo de los límites de la propia provincia

Si bien insiste en que está "enteramente dedicado a la gestión", muchos empezaron a aconsejarle que participe más de la agenda nacional para mostrar que es un dirigente con proyección de futuro. Las charlas con Solanas y Juez en Córdoba.

› Por Pablo Feldman

La crisis política desatada por la resistencia de Martín Redrado a dejar la Presidencia del Banco Central, precipitó algunos acontecimientos, y obligó a acortar las vacaciones a más de un dirigente del gobierno y de la oposición. En Santa Fe Hermes Binner volvió unas horas a su despacho desde la Costa Atlántica para firmar el veto del presupuesto modificado por el peronismo, y de paso, en declaraciones radiales fijó algunas posiciones que necesariamente debió haber hecho tiempo atrás. En cualquier caso, la actitud del gobernador parece haberlo sacado del letargo de "dedicarse a la gestión", y más allá de la proyección a futuro es una buena estrategia para afrontar el presente. Hoy por hoy, Hermes Binner está más cerca de ser el "ex gobernador de Santa Fe" que de otra cosa, y a nadie le gusta hablar con un "ex", sino con quien proponga un futuro de superación.

Hermes Binner reapareció a mitad de semana en la Casa de Gobierno para vetar 12 puntos aprobados por la Legislatura que hubieran comprometido más aún su gestión que la no aprobación del mensaje remitido desde su despacho, que rechazaron los senadores peronistas comandados por Juan Carlos Mercier. El Gobernador estaba de vacaciones en Villa Gesell y tras su vuelta a Rosario partió inmediatamente a Jesús María donde se desarrolla el campamento de verano que cada año organiza la juventud del Partido Socialista y que funge cual seminario de doctrina. Allí estuvo también, como invitado, Pino Solanas y si se cruzó con Binner puede haber sido sólo por un rato, pero al perecer ninguno de los dos tenía demasiadas intenciones de hacerlo. Es que en la semana, después de unas declaraciones del cineasta que ponderaban al Gobernador Socialista, el Intendente de Rosario, Miguel Lifschitz le agregó sus anhelos de verlos juntos en una fórmula, lógicamente sin decirlo en forma explícita con Binner como candidato a Presidente. Esto obligó a Solanas a volver sobre sus pasos y desinflar lo que él mismo habia inflado, tras una conversación y declaraciones públicas del edil de Proyecto Sur, Alberto Cortés que con toda lógica preguntó si los socialistas seguirían atados a la UCR ya que de ser así el proyecto alternativo, la "tercera opción" no tendría andamiaje.

Casi en paralelo con la razonable duda de Cortés, aparecieron los radicales con Mario Barletta a la cabeza y la vicegobernadora Griselda Tessio, que de la noche a la mañana ha recuperado su militancia radical sin rencores hacia sus correligionarios que hasta hace poco no le daban ni la hora. La "consolidación del Frente Progresista Cívico y Social" que demandan los radicales no significa otra cosa que más cargos para repartirse. Y por añadidura un ratificación del vínculo que los radicales ven peligrar por la perspectiva de una nueva línea política que crece sin proponérselo al calor de los desatinos del gobierno nacional y la impresentable alternativa que pretende ofrecer desde los partidos tradicionales de la oposición.

Martín Sabatella, el ex intendente de Morón y actual diputado nacional es el que con mayor claridad ve el escenario en la coyuntura y a futuro. En el caso de Luis Juez, hay una saludable tendencia a despegarse de sus antiguos aliados del PJ y Solanas y Binner deben competir contra "sus egos" más que entre ellos u otras fuerzas políticas. En cualquier caso, esta crisis impensada en un mes donde la mitología sostiene que "no pasa nada" (basta revisar la historia reciente para darse cuenta que es al revés) precipita algunas definiciones y si bien no es necesario armar nada en lo inmediato es menester asumir posiciones, tomar riesgos y marcar la cancha. Esto parece que lo ha entendido Binner, que en la "escala" que hizo para firmar el veto, tuvo tiempo de hablar con Radio Continental y no con las emisoras locales para expedirse sobre algunas cuestiones que le presentaba la colega Maria O`Donnell, pero también para revisar algunas cuestiones de Santa Fe que le interesan a los porteños (no el presupuesto, ni las obras, ni el conflicto docente) como la condena al juez Federal Víctor Brusa por delitos de lesa humanidad, o a Edgardo Storni, el obispo abusador. Binner asoció ambos hechos al momento que atraviesa la provincia, lo cual no es una novedad al menos para este cronista y avanzó sobre algunas definiciones que tarde o temprano tendría que expresar. En el caso de Binner que repite incansablemente que "estoy dedicado a la gestión en Santa Fe", más que en cualquier otro caso de sus colegas o Intendentes, es necesario, inclusive para sostener esa "dedicación a la gestion", que dé señales claras de que hay algo más en su futuro político y ese "más" podría ser la proyección nacional.

Hoy Binner está más cerca de ser el "ex gobernador de Santa Fe", que de cualquier otra cosa, ya venció la mitad del mandato, no tiene reelección, y si no incorpora a su discurso las cuestiones nacionales, sus interlocutores van a empezar a sentir que se está hablando con un dirigente en la cuenta regresiva. Binner tiene un futuro político que depende no sólo de su gestión en Santa Fe que por cierto es complicada y lo será más aún en los dos años que restan sino de su disposición a asumir un rol que buena parte de la sociedad está esperando que asuma. Se lo han hecho ver dentro y fuera del partido, y las declaraciones del jueves pasado a la radio porteña parecen dar cuenta de que ha tomado nota. Es indispensable para mejorar la performance en la provincia que de el salto cualitativo y participe activamente de las cuestiones nacionales. Con minoría en la Legislatura y con poca respuesta política de sus principales colaboradores, la proyección de su figura puede redundar en beneficios dentro del territorio provincial. No será sencillo lograr un equilibrio entre lo que querría hacer y lo que va a poder hacer, sobre todo en esa dualidad que supone el acuerdo con los radicales y la construcción de una alternativa que intente romper el bipartidismo. Tal vez hasta no sea lo que convenga, pero será lo que deba ser.

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