Desde Santa Fe

Los operadores de Hermes Binner se gastaron ayer una batería de adjetivos en el retruque al ministro del Interior, Florencio Randazzo, porque se quejó en público de la "incoherencia" del gobernador que "pide apoyo" en la Casa Rosada y después los legisladores socialistas "votan en contra" de los proyectos del Poder Ejecutivo en el Congreso. "Es una provocación, un apriete político", reaccionó el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti. "Lo que plantea Randazzo es un vulgar 'toma y daca'. Nos está diciendo: 'voten lo que yo les pido (en el Congreso) y nosotros apoyaremos lo que es necesario en la provincia'". El jefe del bloque de senadores del Frente Progresista coincidió en la defensa, pero con tono más diplomático. "Las expresiones del ministro del Interior son parte de una concepción clientelar de gobierno que no compartimos", afirmó Juan Carlos Zabalza.

Las relaciones entre Santa Fe y la Nación volvieron a tensarse esta semana cuando el ministro de Economía, Amado Boudou, le pidió a Binner "responsabilidad fiscal" en su gestión porque el rojo en las cuentas públicas podría trepar este año a 2.000 millones de pesos. "Es una provocación política", saltó Bonfatti que ayer apeló al mismo calificativo para responderle a Randazzo.

El ministro del Interior fue directo en su reproche: "Hay una cosa en política que se llama coherencia. Binner tiene que saber que no puede pedir nuestra colaboración en la Legislatura provincial, pero a la vez votarnos en el Congreso la derogación del DNU 298 (como votó el socialismo en la Cámara de Diputados), la reforma de la ley del Cheque (como lo hizo el senador Rubén Giustiniani), y así un montón de otros temas con absoluta irresponsabilidad, como también lo que hicieron con la reforma de la ley de partidos políticos, que en muchos tramos fue copiada de la santafesina, pero también la votaron en contra". Y se preguntó: "¿Saben cuántos DNU rechazó el Congreso de los 1066 que se dictaron desde el año 1983 hasta hoy? Ninguno".

Bonfatti se encargó de la réplica. "Lo que plantea Randazzo es un vulgar 'toma y daca'. Es otra provocación y no quiero usar otro adjetivo porque en definitiva lo que está diciendo es: 'voten lo que yo les pido y nosotros, en Santa Fe, apoyaremos lo que es necesario en la provincia'. La reforma fiscal no es un capricho del gobierno, es una necesidad", dijo el ministro de Binner.

¿Por qué en la Casa Rosada se fijan tanto en la provincia de Santa Fe? ?-le preguntaron.

Para tener a todas las provincias disciplinadas con un federalismo invertido porque no se coparticipan los impuestos que se deben coparticipar, se retiene dinero de las provincias y después, discrecionalmente, se hace una distribución a ojo y antojo del funcionario nacional de turno. Y esto atenta contra cualquier democracia seria del mundo y contra la calidad de las instituciones -contestó Bonfatti.

En la misma sintonía se pronunció Zabalza. "Las expresiones del ministro del Interior son parte de una concepción clientelar de gobierno que no compartimos. Están basadas en que 'si te doy, necesito algo a cambio'. Y ese no es el modelo institucional que nosotros pensamos para la provincia de Santa Fe ni para Argentina", dijo el presidente del bloque de senadores del Frente Progresista.

"El socialismo respeta lo institucional pero se siente parte de una construcción que está a favor de mayor justicia, de mayor solidaridad y de mejor democracia", explicó. "Defendemos un Estado activo, capaz de elaborar políticas para ello. Nos parece ridículo que desde la Nación se nos achaque que no hemos hecho los cambios impositivos que determinen una mayor justicia y equidad en la contribución, cuando quienes se opusieron a ello fueron los integrantes del Partido Justicialista en la provincia de Santa Fe", agregó.

Zabalza respondió también las críticas de Randazzo por las posiciones del socialismo en el Congreso de la Nación: "Votamos de acuerdo a nuestras convicciones porque las tenemos".