La reunión programada ayer entre los empresarios y representantes de los trabajadores de Paraná Metal no pudo concretarse porque el presidente del grupo inversor, Fabián de Souza, quien había solicitado el encuentro, no pudo llegar a Rosario. Mientras una importante delegación de gremialistas y delegados de la Comisión Interna de la autopartista aguardaba la llegada del empresario en el Complejo City Center, el secretario adjunto de la UOM villense, Juan Actis, dijo a Rosario/12 que esperan concretar el cónclave en los próximos días. Además, el gremialista indicó que un grupo de operarios comenzó con las tareas de limpieza en la fábrica, que está inactiva desde el 4 de agosto, y que hoy recibirán en la Municipalidad de Villa Constitución a la viceministra de Trabajo provincial, Nora Ramírez, para darle forma a los cursos de capacitación que les darán a los trabajadores que estarán suspendidos durante el tiempo que dure el convenio.

Por primera vez desde que se firmó el acta acuerdo en el Ministerio de Trabajo de la Nación, empresarios y representantes de los trabajadores de Paraná Metal iban a reunirse para avanzar en la reapertura de la planta. Pero el número dos del grupo que comanda el empresario Cristóbal López tuvo inconvenientes con el vuelo que lo debía traer a Rosario y el encuentro se suspendió hasta nuevo aviso.

El pasado viernes, De Souza sorprendió al declarar durante una conferencia de prensa realizada en el predio de la autopartista en Villa Constitución, que el acuerdo era "precario" y condicionó la continuidad del gerenciamiento a que la dirigencia sindical "asuma el compromiso que tiene que asumir para no afectar la producción y permitir que la fábrica sea sustentable a largo plazo".

En este marco, y frente al silencio autoimpuesto por los dirigentes de la seccional villense de la UOM, que en voz baja consideraron que los dichos del titular de MyS fueron una provocación aunque decidieron no responderle, había cierta expectativa por lo que se iba a discutir en el encuentro de ayer.

En el acta acuerdo firmada en la sede porteña de la cartera laboral se estableció que la fábrica reabriría en un plazo estimado de entre 15 y 60 días, y que reingresarían a la planta un tercio de los 900 trabajadores, mientras el resto estará suspendido durante un año cobrando un subsidio de 1.950 pesos que afrontará el gobierno nacional.