Desde Santa Fe

La última de Carlos Reutemann colmó la paciencia del Frente para la Victoria. El domingo, después de votar en Llambí Campell, el pueblo donde mudó su domicilio y tiene uno de sus campos, Lole le tiró a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. "El trato de este gobierno con las provincias ha sido totalmente unitario. No respetó el federalismo", dijo. Y agregó: "Este gobierno no le tiene simpatía al campo y el campo no le debe nada al gobierno". Ayer, uno de los diputados del kirchnerismo interpretó lo de Reutemann como una provocación política y le pasó la factura: "El triunfo de Cristina clausuró la vuelta al pasado: terminó con el neoliberalismo que en la Argentina representaron Carlos Menem, Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde y en Santa Fe, encarnaron Reutemann y Jorge Obeid. Hemos terminado con todo eso", planteó el legislador.

La bronca de los K contra Reutemann viene de lejos, pero se agudizó en la última semana de las elecciones del 24 de julio en la provincia, cuando el ex gobernador rompió un silencio de meses: "Yo no soy kirchnerista, soy peronista", dijo. La aclaración estalló como un petardo en los pies del candidato a gobernador del PJ, Agustín Rossi, que terminó tercero. Y así lo entendió uno de sus seguidores y jefe del bloque de diputados del FpV, Luis Rubeo. "Lo de Reutemann fue de mala intención, si está dentro del partido tendría que haber acompañado al candidato que ganó la interna o seguir en silencio, pero no lo hizo, dijo que era peronista y no kirchnerista y eso era lo mismo que decir: 'No voten por Agustín'", afirmó Rubeo. El beneficiado fue el actor cómico y candidato del Pro, Miguel Torres del Sel, que quedó a tres puntos de ser gobernador de Santa Fe.

El intendente electo de Villa Gobernador Gálvez, Pedro González, coincidió con Rubeo que lo de Reutemann no fue una ingenuidad política, sino una jugada en contra de Rossi y a favor del Midachi. "Reutemann y Obeid se hicieron los pelotudos en la campaña", dijo González y los acusó de "traidores al peronismo" porque traicionaron a Rossi.

El domingo, en las puertas de la escuela donde votó, en Llambí Campbell, Reutemann volvió a acordarse de Cristina. "El trato de este gobierno con las provincias ha sido totalmente unitario. No respetó el federalismo. Y Santa Fe, que es agrícola, ganadera e industrial, fue una de las más perjudicadas", dijo. "El gobierno no le tiene simpatía al campo y el campo no le debe nada a este gobierno", apuntó.

Los casi 10 millones y medio de votos que logró Cristina en el país (50,07%), su victoria en Santa Fe y en los pueblos donde se levantaron piquetes en el conflicto de 2008, entre ellos Llambí Campbell, convirtieron a Reutemann en blanco político. "El triunfo de Cristina significó el rechazo a la vuelta del neoliberalismo en la Argentina que comenzó con Raúl Alfonsín y siguió luego con Menem, De la Rúa y Duhalde. Y, además, por suerte, como en el país, en la provincia de Santa Fe, también hemos terminado con ese neoliberalismo que Reutemann y Obeid encarnaban con algunos sectores del peronismo. Hemos terminado con todo eso", dijo el diputado Gerardo Rico, uno de los líderes del Movimiento Evita y reelecto en las elecciones del 24 de julio.

-﷓¿Cree que se repetirá el 23 de octubre? --le preguntó una colega del portal de noticias El Protagonistaweb.com.

-﷓Nuestras estimaciones para estas primarias eran que Cristina llegaba al 48 o 49 por ciento y superó el 50,07 por ciento. Creo que el 23 de octubre, los números serán superiores a los del 14 de agosto. La ciudadanía convalidará el rumbo fijado por este gobierno, para continuar y profundizar el proyecto nacional y popular --contestó el legislador.

"Vamos a seguir avanzando en la inclusión social y en la mejor distribución de la riqueza para saldar deudas históricas con los que menos tienen: los trabajadores, los pobres, los indigentes. Todo esto marca que estamos en el camino correcto y, entre todos, tenemos que seguir avalando este proceso y construyendo para tener una Argentina digna de ser vivida, no por unos pocos, sino por todos", concluyó Rico.