El intendente de Villa Gobernador Gálvez pidió disculpas ayer por los términos que usó para referirse a los presuntos homicidas de un vecino, e intentó traducir cosas como "cagar a palos a los reincidentes" o "los derechos humanos me importan una mierda". Pero llegó tarde. Sus conceptos desataron el repudio unánime de diversos sectores, incluido el secretario provincial de Derechos Humanos, quien evalúa querellar a Pedro González por la posible comisión de apología del delito.

A cuento de la captura de dos jóvenes acusados de haber asesinado el martes al mediodía a un vendedor de ropa para robarle su moto, González había dicho en declaraciones radiales que "al que estuvo dos o tres veces en cana y sigue en la joda, hay que cagarlo a puñetes día por medio, así se le termina la carrera". La bravuconada no sorprendió tanto por el estilo habitual del dirigente peronista, sino por su investidura de intendente.

El rechazo fue tal que ayer mismo emitió un comunicado en el que pide disculpas "a quienes, no viviendo en esta ciudad, reciban una interpretación distinta de mis manifestaciones". Y apeló a que "entiendan el contexto en el que fueron emitidas". "Hacer mierda, en mi concepto, es aplicar la ley con el rigor que ella prevé. Derechos humanos, lo concibo como bien jurídico protegido por la ley como política de estado y objetivo primordial a atender en nuestro trabajo diario. Cagar a palos es una expresión para imprimirle a un trámite todo el rigor que la legalidad exige, pero de ninguna forma es consagrar una forma de proceder ilegal y apartado de las herramientas que el estado posee para combatir el delito y proteger el derecho de víctimas y acusados", se corrigió.

El secretario de Derechos Humanos de la provincia, Horacio Coutaz, se mostró "sorprendido con estas declaraciones aunque no sea la primera vez que González diga cosas por el estilo". El funcionario las calificó como "terriblemente graves, máxime si provienen de un intendente". Y reveló: "Estamos evaluando la posibilidad de presentar una acción judicial (contra González) porque puede haber incurrido en una suerte de apología del delito".

Para cuando Coutaz repudió aquellas declaraciones, no pocos oyentes en las radios expresaban su coincidencia con el parecer de González. Por eso el funcionario remarcó: "Los derechos humanos no protegen delincuentes, su concepción es limitar el poder del Estado, proteger a quienes están en una situación de vulnerabilidad ante ese poder si incurre en autoritarismo. Es una reacción contra el poder autoritario de los estados. Es comprensible la conmoción y que la gente pida esas cosas, pero nosotros, funcionarios y representantes electos, no podemos decir esto para nada. No es una opción. Los derechos humanos asisten a todos, y para nada tiene que ver con esa creencia de que sólo le caben a delincuentes", enfatizó Coutaz.

El secretario de Estado también marcó como una contradicción lo que dijo el villagalvense y la crítica del diputado Gerardo Rico (FPV-Movimiento Evita) acerca de la ausencia de una política de derechos humanos en el gobierno del Frente Progresista. "Es curioso que al mismo tiempo que nos atacan fuerte con eso desde un sector político que habla de un acuerdo de seguridad democrática, desde ese mismo sector salen a decir que hay que meter palos", expuso el funcionario.

En la fila de los que ayer vituperaron al jefe municipal villagalvense se ubicó su colega vecina, Mónica Fein. "Entiendo que cuando hay muertes el dolor nos lleva a valoraciones emotivas, pero no justifico que un intendente plantee como alternativas mecanismos de mano dura y proponer algo al margen de la ley. Salirse de la ley, como el uso de la justicia por mano propia, sólo genera más violencia", condenó la socialista.

La CTA Rosario se sumó a los repudios. "Sus declaraciones demuestran un pensamiento retrógrado y antidemocrático, una actitud absolutamente reprochable que ratifica el histórico posicionamiento y práctica política del dirigente justicialista que supo ser la figura del menemismo durante los '90 en nuestra provincia", señaló la central obrera. Y sentenció: "Es apología del delito y abre camino a actitudes represivas de parte de quienes deben conservar la vida y proteger a los habitantes", añadió el mensaje en alusión a la posibilidad de que haya policías que interpreten los dichos de González como una luz verde a los apremios ilegales y el gatillo fácil.

La CTA analizó que el sustrato ideológico de esos exabruptos convalidan "un contexto donde mueren asesinados día a día nuestros jóvenes en los barrios, para aparecer como ajustes de cuentas, mientras el Estado no da cuenta y la policía sólo suma datos a sus violentas estadísticas".

Desde el movimiento Libres del Sur, la dirigente Gabriela Sosa interpretó que "hacen bandera sobre su política de derechos humanos y admiten como referente a un intendente que hace este tipo de declaraciones y pregona este tipo de políticas de seguridad". Sosa recordó el reclamo de justicia del kirchnerismo local a cuento del triple crimen de Villa Moreno y concluyó: "Esperamos escuchar su repudio ahora también". No hubo declaraciones oficiales al respecto desde ese sector. La ex candidata a diputada por el Frente Amplio Progresista cuestionó con que "para González la política de seguridad es cultura, trabajo y palo. En sus intendencias anteriores no consiguió cultura ni trabajo, pero en esta seguro va a dar palo".

El dirigente de la Federación de Tierra y Vivienda, Juan Carlos Rodríguez, indicó que "González había parado de decir barbaridades, se acercó al kirchnerismo, se quiso probar la piel de cordero, pero ahora vuelve a mostrar los dientes de lobo y avergüenza a todos". Y apretó más: el caudillo de Villa Gobernador Gálvez "confirmó que su verdadera pertenencia política es la derecha pejotista".