El juez federal Carlos Vera Barros procesó al ex comisario Oscar Alberto Ledesma por "incumplimiento de los deberes de funcionario público" en el marco de la causa que investiga la protección policial al narco Carlos Andrés Ascaíni por parte del ex jefe policial Hugo Tognoli. "El de Villa Cañas es Ascaíni y arregla directo con Tognoli por treinta mil al mes", había escrito en su celular el ahora procesado.

El magistrado entendió que "el 21/11/2011, mientras se desempeñaba en la U.R. VIII de General López como Funcionario Público perteneciente a la Policía de la Provincia de Santa Fe, Oscar Alberto Ledesma, a través de mensajes de texto dirigidos a Nilda Liberata Luque (que regenteaba un prostíbulo), la puso en conocimiento sobre las personas que llevaban a cabo actividades de narcotráfico en Firmat y en Villa Cañas y sobre los 'arreglos' que las mismas tendrían con fuerzas policiales actuantes en el lugar, con los de drogas de Venado, con la Policía Federal y con el Jefe Hugo Tognoli".

Para el juez federal "se encuentra acreditado que el imputado respondió al mensaje que Luque le envió desde su teléfono refiriéndole que habían agarrado a un 'perejil en la Plaza Colón con 80 bolsitas', con un mensaje que dice: 'Y sí, de esos procedimientos van a ver varios, ja, ja, siempre hacen eso pero paciencia por un tiempo después hay que volver a la carga, ja ja". Y que luego, a las 2:15 respondió a un mensaje de la mencionada a la pregunta: "¿Y vos, no tenés novedades?" con el siguiente comentario: "No, encima estuve de mi vieja y recién voy a trabajar mañana, estoy descolgado",

Ledesma "omitió denunciar ante la autoridad competente su conocimiento acerca de los hechos respecto de los cuales dio noticia a Nilda Luque, no obstante que a esa fecha revistaba aún como personal policial de la Provincia de Santa Fe".

En relación a la responsabilidad del imputado por dicha conducta cabe señalar que existen elementos de sospecha suficientes como para sostener que actuó con dolo. "Esto es, que no obstante conocer su situación funcional y el deber de denunciar emergente de la misma, omitió hacerlo, dando sin embargo conocimiento de ello a Nilda Luque", señala el juez.

"Ello surge de las circunstancias descriptas en relación al contexto y destacando la mención efectuada en la respuesta dada por el propio imputado al mensaje enviado por Luque", ya que en los textos "aparece palmaria la relación existente entre el contenido de los mensajes y el ejercicio de la función policial que Ledesma desempeñaba".

Según el fallo de Vera Barros "puede sostenerse con el grado de sospecha propio de esta etapa que la conducta del imputado se encuentra alcanzada por el reproche propio del tipo, en tanto Ledesma no sólo pudo comprender la antijuridicidad de sus actos, sino que además pudo haberse comportado conforme al mandato normativo, dando noticia a la autoridad sobre el conocimiento que tenía acerca de los delitos. Por lo que corresponde dictar su procesamiento".

Ledesma es el tercer policía procesado en la causa, luego de que Vera Barros encartara al ex titular de la seccional 2ª de Rosario, Néstor Fernández, y al suboficial Carlos Quintana. Fernández era el jefe de Drogas Peligrosas en Venado Tuerto en 2009, cuando Ascaíni llamó a la comisaría de Villa Cañás para preguntar por dos vehículos que lo seguían.

Según se consignó en la investigación, la llamada la recibió el cabo Quintana, quien tras una averiguación le comunicó que eran automóviles de la Policia de Seguridad Aeroportuaria. Gracias a ese aviso, Ascaíni logró escapar de un allanamiento a su vivienda en Villa Cañás.

Para realizar la averiguación, se utilizó una clave de acceso a la base de datos de la Dirección Nacional de Registro Automotor asignada oficialmente al comisario Fernández.

Además del procesamiento de Ledesma, en su última resolución el juez le dictó la falta de mérito a seis policías de ex Drogas Peligrosas de Venado Tuerto que compartían la tarea con Fernández al momento de los hechos, al no poder determinar que hayan sido quienes utilizaron la clave de acceso para dar aviso a Ascaíni.

Sin embargo sobre este grupo de seis policías antinarcóticos, Vera Barros explica que "si bien lo actuado hasta el presente en relación a la clave, no constituye prueba suficiente como para juzgar como acreditada la intervención de los imputados en el hecho que se les imputa, la circunstancia de no haberse acreditado la imposibilidad de acceso a las consultas sobre la titularidad del dominio, sumada a las demás constancias de autos -entre las cuales existen escuchas y transcripciones de textos, de personas vinculadas al narcotráfico que señalan a esa Brigada entre otros como protagonistas de la connivencia policial con el narcotráfico-, constituyen un obstáculo fundamental a los efectos del sobreseimiento".