Desde Santa Fe

La justicia santafesina logró liberar ayer la obra pública más importante de la provincia que estaba tomada desde hace dos meses por una patota de la Uocra: la Central Termoeléctrica de Sauce Viejo y el obrador de las empresas contratistas que amplían capacidad de la planta de 280 a 400 megavatios, con una inversión de 280 millones de dólares. El juez Nicolás Falkenberg (Instrucción 2ª) ordenó un operativo y allanamientos en cadena que terminaron con 17 detenidos, entre ellos el ex jefe de la Uocra, Emanuel Araya y su hermano, Mauricio Araya, acusados por presunta "asociación ilícita" y "coacciones agravadas", entre otros cargos y 15 de sus seguidores que ocupaban el obrador y fueron imputados por "usurpación", aunque después recuperaron la libertad a medida que los identificaban y pintaban los dedos. Los Araya quedaron presos e incomunicados hasta la indagatoria en las próximas 24 horas, aunque antes, el juez espera resultados de más allanamientos -en la búsqueda de otros imputados﷓ y el peritaje de cuatro armas de fuego incautadas en la casa del ex líder de la Uocra y una escopeta en la de su hermano.

"Fue un operativo exitoso", dijo el fiscal Juan Pablo López Rosas, que interviene en la investigación. "Muy bien sincronizado por la Policía de la provincia. Y lo más importante, el hermetismo que se mantuvo para evitar filtraciones y asegurar el resultado", explicó. El procedimiento fue dirigido por el propio jefe de la Unidad Regional I, Rafael Grau, y participaron más de 120 efectivos y una docena de móviles.

La Central Termoeléctrica y el obrador ya habían sido tomados por los seguidores de Araya hace dos meses, hasta que los desalojaron en forma pacífica el 29 de agosto. Pero al día siguiente, volvieron a ocupar la planta y atacaron a los obreros contratados por el consorcio -porque no pertenecen a su sector﷓, con el saldo del desbande y 20 heridos. El 31 de agosto, unos 400 trabajadores de las empresas se negaron a ingresar a la planta por "falta de garantías", por lo que la obra quedó paralizada hasta ahora.

La ocupación de la usina y su zona contigua originó el pasamanos de tres jueces que declinaron su competencia. La última fue la jueza Sandra Valenti (Correccional 6ª), quien derivó la causa a Falkenberg al considerar que se trataba de un "conflicto gremial" y por lo tanto, el obrador no estaba tomado. Sin embargo, dos funcionarios de la empresa Isolux citados por el juez la desmintieron y ratificaron que sí estaba ocupado por la fuerza desde el ataque de los seguidores de Araya que terminó con 20 heridos, el 30 de agosto. La misma jueza Valenti reveló -en la resolución que declinó su competencia﷓ que los atacantes habían operado con "piedras, hierros, armas blancas y de fuego".

Ayer, Falkenberg ordenó la detención de los Araya por presuntas "coacciones agravadas", precisamente, en ese ataque del 30 de agosto, aunque el fiscal los imputó también por supuesta "asociación ilícita", según revelaron fuentes de Tribunales consultadas por Rosario/12. La indagatoria se producirá en las próximas horas.

El fiscal López Rosas dijo que en allanamiento en la casa quinta de Emanuel Araya, en el barrio Altos del Sauce, cercano al aeropuerto de Sauce Viejo, se incautaron cuatro armas de fuego (un rifle calibre 22, dos escopetas y una pistola calibre 3.80) y dos chalecos antibala y en la de su hermano, en el norte de la ciudad, una escopeta.

Ya a principios de mayo, otro juez Diego de la Torre (Instrucción 7ª) había allanado la quinta de Araya, en Altos del Sauce, donde encontró una pistola 6.35 ﷓con una bala en la récamara y ocho en el cargador﷓ debajo del volante de un Volkswagen Bora cero kilómetro estacionado en la cochera y, en el interior del inmueble, otra cantidad de proyectiles, cargadores de varios calibres y una mira telescópica. Sin embargo, un peritaje posterior, realizado por la Policía de Santa Fe, reveló que la pistola 6.35 hallada en el auto estaba rota.

Ese primer allanamiento fue solicitado por el fiscal López Rosas después de un ataque en el microcentro al local de otro dirigente opositor, Carlos Verón de Astrada, donde unos 200 seguidores de Araya quemaron dos motocicletas que estaban en la puerta y destrozaron un automóvil en las cercanías. Tres días después, otro grupo de casi cien personas acribilló a balazos la casa de Berón de Astrada, un auto de su propiedad y la vivienda de su madre, en Alto Verde.