SANTA FE › EL VICEGOBERNADOR RECIBIó A FAMILIARES DE VíCTIMAS DE CRíMENES
Los familiares explicaron los obstáculos para detener y llevar a juicio a los responsables de los crímenes en Santa Fe. "Se trabajó sobre cada caso y se evitó las valoraciones generales que no sirven de mucho", dijo Henn.
› Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
El vicegobernador Jorge Henn abrió ayer las puertas de la Legislatura a víctimas de crímenes impunes. "Fue una reunión muy dura", dijo Henn después de un diálogo de dos horas con familias desgarradas por el dolor, entre ellas la de Adrián Escobar, un joven de 31 años asesinado por la espalda el 24 de abril para robarle una moto. La esposa de Adrián, María Milla y el hermano, Bruno Escobar, se quedaron un poco más en el despacho del vice cuando le advirtieron que "se iban con las manos vacías". "El Estado siempre tiene que estar del lado de las víctimas", les contestó.
"Fue una reunión muy dura porque atrás de cada uno de los testimonios hay historias de vidas. Vi rostros de mucho dolor", dijo Henn. El vice había convocado también a los fiscales Ricardo Fessia y Jorge Nessier y al subsecretario del Ministerio de Seguridad, Diego Poretti, entre otros, para que respondan los planteos. Los familiares de las víctimas explicaron los obstáculos para detener y llevar a juicio a los responsables de los crímenes. "Se trabajó sobre cada caso y se evitó las valoraciones generales que no sirven de mucho. La catarsis es buena por lo que significa, pero no para llegar a cuestiones concretas. Entonces, ante cada una de las causas, los fiscales informaron sobre las que se investigan en el nuevo sistema procesal y los funcionarios del Ministerio de Seguridad en las otras".
"El Estado siempre tiene que estar del lado de las víctimas", insistió Henn. "Cuando el sistema falla es nuestra obligación estar presentes para atenuar un daño ya irreparable. Para esto trabajamos sobre cada caso en concreto. Entendemos que de esta forma honramos el profundo dolor y damos respuestas responsables ante cada reclamo a la espera de efecto mitigador y reparador de la justicia", agregó.
Las familias salieron del encuentro con visiones distintas. "Fue una reunión positiva", dijo Graciela Cáceres, la esposa de Sergio Carande, el comerciante asesinado de un balazo a quemarropa delante de su hija, el 18 de junio de 2013, en el barrio Candioti. "Los que estuvimos en la reunión -dijo- hemos perdido un ser querido y no queremos que esto siga ocurriendo". Y pidió una "política de prevención del delito" y "un seguimiento muy estricto de la Policía porque hay policías muy corruptos".
El padre de Walter González Montaner -otro chico asesinado el 13 de octubre de 2013- valoró también la reunión como "positiva". "Los funcionarios se comprometieron a solucionar los problemas. No nos van a devolver a nuestro hijo. Pero queremos justicia -agregó-. A mi hijo lo asesinaron hace siete meses y todavía no hay novedad, el que apretó el gatillo está suelto". El sospechoso del crimen es un barrabrava de Colón que está prófugo desde entonces.
En cambio, los familiares de Adrián Escobar salieron desolados. "Yo me voy con las manos vacías. Siempre es lo mismo: prometen y prometen, pero de acá no vamos a sacar nada", tiró Mirta Godoy. Una jovencita que estaba a su lado coincidió: "Palabras, pero nada de hechos".
Bruno Alarcón justificó "la sensación de manos vacías" porque un rato antes se habían enterado del fracaso de una prueba clave para descubrir a los asesinos de su hermano. "El cotejo de las huellas digitales que se habían encontrado en la moto que le robaron a Adrián y las de los posibles sospechosos del crimen resultó negativo", explicó. "Me voy con la esperanza de que el gobierno asuma un compromiso con las víctimas de la inseguridad".
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