"Impunidad" es la palabra que en las últimas movilizaciones por justicia apareció ligada al nombre de Sandra Cabrera, la trabajadora sexual y dirigente de la Asociación de Mujeres Meretrices (AMMAR) de Rosario que fue asesinada hace once años, en la zona de la Terminal Mariano Moreno. Mañana, en el aniversario de su muerte, sus compañeras realizarán un acto para recordarla en la zona donde hallaron su cuerpo; mientras que, por la tarde, mujeres y hombres de las secretarías de Género de la CTA local y provincial le rendirán homenaje y presentarán un informe con su historia y su lucha. Sus compañeras no se cansan de denunciar que esas acciones fueron las que causaron su asesinato. "A Sandra la mató la policía", es la frase que repiten cada año. El cuerpo de la meretriz apareció tendido en la vereda de Iriondo al 600, el 27 de enero de 2004, con un disparo en la nuca. La mujer había denunciado en varias oportunidades a "mafias policiales" y luchó por los derechos de sus compañeras. Desde CTA lamentaron, una vez más, esa impunidad que dejó libre al principal acusado, en 2007; y desde entonces, no encuentran justicia. "Se debe reabrir la causa para una profunda investigación", reclaman.

"El expediente sigue estancado y las redes delictivas que denunció Cabrera se han incrementado y profundizado en esta década", se quejaron desde la CTA. Frente a ello, mañana a las 19, en la sede de ATE (San Lorenzo 1879) presentarán el informe de Martín Stoianovich, periodista de la ciudad y colaborador de Rosario/12, titulado "La impunidad que mata", en el que se relatan los últimos pasos de Sandra antes de su asesinato; las decenas de denuncias que hizo en la Justicia por el atropello que sufrían las trabajadoras sexuales en la calle por parte de la policía, y la más importante de ellas: contra los entonces jefes de la disuelta División de Moralidad Pública de la Policía de la provincia, quienes "recibían coimas" por parte de prostíbulos de la zona de la Terminal de Omnibus. Además, el recorrido en estos once años de los policías a los que la meretriz implicó. De la actividad, participará también el periodista Carlos Del Frade, quien fue parte de la comisión investigadora independiente del caso y autor de una relectura de la causa judicial, realizada en 2008.

En diálogo con este diario, María José Geréz, secretaria de Género de la CTA rosarina, señaló que la iniciativa tiene que ver con "recordar a Sandra desde la impunidad vigente por su muerte, y la idea es hablar fundamentalmente de cómo se trabajó la causa judicial en la que el único acusado, Diego Parvluckzyk, quedó en libertad. Sabemos que la causa comenzó con todas las denuncias que hizo Sandra contra el personal policial por los negocios que tenían con whiskerías, locales clandestinos con menores trabajando y muchas situaciones de trata. Ellos corrían a las mujeres que ejercían la prostitución en la calle, porque eran la competencia de estos negocios. Año tras año ella denunció esto, y sobre todo los últimos meses antes de su asesinato".

La dirigente denunció que "la impunidad que existió en el caso y lo que denunciaba Sandra, como el entramado narcopolicial y de prostitución, hoy se ha profundizado. La realidad actual de Rosario es que el narcotráfico domina la ciudad. Sandra no sólo fue asesinada por denunciante, sino porque además era mujer y prostituta y ello servía para deslegitimarla: su muerte poco valdría para los poderes del Estado machista".

Liliana Leyes, secretaria de Género de CTA provincial, habló de "encubrimiento del poder político, la continuidad de los negocios del narcotráfico, explotación sexual de menores y el miedo de las trabajadoras sexuales a los aprietes de la policía". Y reclamó: "La justicia debe reabrir la causa para una profunda investigación".

En el mismo sentido, el acto de Ammar se realizará a las 11, en Iriondo, entre Santa Fe y San Lorenzo, donde las meretrices reclamarán "memoria, verdad y justicia" por la mujer, a quien consideran "víctima de la violencia institucional". Según reafirmaron, "a Sandra la mató la policía por denunciar la trata de personas, la explotación sexual de niñas y adolescentes". Y se quejaron de que "no existió una búsqueda que intentara desarticular semejante grado de connivencia entre los sectores que supuestamente deben combatir al delito y que, en realidad, lo practican".

Para las meretrices, "más de una docena de denuncias no sirvieron de nada. Lejos de proteger a Sandra, la Justicia dio vía libre, quitándole la custodia tres semanas antes para que la asesinaran de un balazo en la nuca, una madrugada en la que había salido a trabajar. Como si eso fuera poco, su asesino hoy camina libre por las calles. Las trabajadoras sexuales seguimos sufriendo el acoso y la persecución de la policía. El de Sandra fue un crimen político y no un crimen pasional. En nombre de la pasión, miles de mujeres siguen siendo asesinadas año tras año. El femicidio es un problema social, siendo las trabajadoras sexuales unas de las principales víctimas", alertaron.

La causa

Tras el homicidio, el entonces juez de instrucción Carlos Carbone, a cargo del expediente de más de una decena de cuerpos, detuvo al ex policía federal Diego Parvluckzyk, pero una controversia con la Cámara de Apelaciones en lo Penal hizo que seis meses después se ordenara su liberación "por falta de pruebas".

Sandra fue la primera dirigente de Ammar Rosario, y también integró la CTA local. Su lucha comenzó en el 2000, y fue la primera trabajadora sexual que enfrentó la corrupción policial y la represión hacia mujeres que ejercían esa actividad en la calle. Denunció prostitución infantil y trata de personas, con nombres y apellidos. Sus compañeras aseguran que "esa convicción le costó la vida". En 2003, Sandra fue también la primera en presentar un proyecto para la derogación de los artículos del Código de Faltas de la provincia de Santa Fe, con el objetivo que las compañeras dejaran de ir presas por prostituirse en la calle.