Las PASO de ayer ratificaron que, como pasó en 2011, la categoría de diputados provinciales tiene un peso, una gravitación que puede determinar distintos escenarios en la provincia. Como lo demostró hace cuatro años María Eugenia Bielsa desde el peronismo; ayer lo hizo el propio gobernador Antonio Bonfatti encabezando la lista de diputados del Frente Progresista, Cívico y Social. Se sabía que podía hacer una buena elección, pero superó ampliamente las expectativas al obtener muchos más votos que el propio Lifschitz y aún acercándose a los votos obtenidos por Miguel Del Sel.

Héctor Cavallero lideró la interna del Frente para la Victoria en la categoría y la gran sorpresa la dió Claudia Giaccone que se ubicó a la par de Luis Rubeo con quien se disputada el segundo lugar en la nómima. Mucho más atrás quedó Oscar Urruty de Unidos Podemos, que quedó abajo de las expectativas que tenía dentro de la propia interna.

Por el lado del PRO, Rodrigo López Molina no desentonó con los votos que obtuvo su partido en la provincia, pero estuvo lejos de la performance del candidato a gobernador del espacio.

En la interna del FPCyS el senador Rubén Giustiniani tuvo una baja performance en la categoría de diputados provinciales y más atrás todavía quedó el ex rector de la Universidad Nacional de Rosario Juan Carlos Millet.

Por su lado, Carlos Del Frade del Frente Social y Popular pugnaba al cierre de esta edición por alcanzar los 40 mil votos que logren depositarlo en la elección general del 14 de junio.

Sin grandes sorpresas, la categoría quedó hegemonizada por Bonfatti que logrará colocar a varios de los precandidatos de su nómina en la lista general que se conformará por el sistema de reparto proporcional D'Hont de cara a la competencia general. Ayer, muchos en el socialismo destacaron el acierto estratégico de colocar a un hombre del peso de Bonfatti para asegurar la categoría provincial. Con esa performance será clave su rol para acompañar ahora a Miguel Lifschitz en lo que resta de campaña política.