El juez de sentencia Fernando Vidal denegó ayer la excarcelación a Carlos Fraticelli y su esposa Graciela Diesser, quienes continuarán en la alcaidía de Melincué donde cumplen condena a prisión perpetua por el asesinato de su hija Natalia. Vidal sustentó su negativa al advertir que ambos podrían fugarse y al señalar que pesa sobre ellos "una condena de primera instancia aunque no firme". Argumentó que se trata de un caso excepcional, al considerar que la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expidió sobre "la nulidad" del fallo condenatorio en segunda instancia, "en lo que se refiere a la vulneración de la garantía de imparcialidad objetiva", pero "no ordenó realizar nuevamente las tramitaciones procesales que a él condujeron". Inmediatamente los defensores de los acusados apelaron la medida, que ahora deberá resolver la Cámara de Apelaciones de Venado Tuerto.

Los abogados del ex juez de Rufino, Carlos Edwards y de su esposa, Héctor Superti, habían solicitado la excarcelación tras un fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación que anuló la sentencia de segunda instancia, basado en la sospecha de que pudo haber existido prejuzgamiento.

Pero Vidal denegó el beneficio al advirtir sobre la "peligrosidad procesal que deviene del tipo de delitos que se le imputan (a su defendido), las pruebas de cargo existentes en las actuaciones y el hecho de estar procesado con una condena de primera instancia aunque no firme".

Conocido el fallo, Superti cuestionó: "Seguimos con más de lo mismo, todo se repite y los plazos están vencidos. Una de las razones que se invoca es que está condenada en primera instancia y nosotros entendemos que es irracional. Mientras tanto, el daño que se está causando es irreparable".

En cambio, Vidal consideró que se cumplieron los plazos correspondientes, que el fallo en primera instancia se dictó en menos de dos años y las actuaciones posteriores se ajustaron a lo establecido por las normas vigentes en la provincia de Santa Fe, "pese a que luego la Corte Suprema de Justicia de la Nación ordenó que se dicte un nuevo pronunciamiento de segunda instancia, por parte de una Cámara con integrantes que no hubieran participado anteriormente en la causa".

El magistrado también sostuvo que a pesar del vencimiento de los plazos de la prisión preventiva, no se produce automáticamente la libertad, "sino que el juez o Tribunal de la causa pueden valorar los planteos de los curiales de que Carlos Fraticelli pudo fugarse mientras se realizaba el jury de enjuiciamiento y no lo hizo, por lo que debe tenerse presentes que en ese momento la situación era realmente distinta ya que estaba defendiendo su fuente de trabajo y aún no había sido indagado".

El magistrado también considera que "Fraticelli fue procesado y condenado en primera instancia con una de las mayores penas que establece el Código Penal, es decir tanto el Juez de Instrucción como tres jueces de la Cámara de Apelaciones, sostuvieron en grado de probabilidad, y el Juez de Sentencia en grado de certeza, su responsabilidad penal".

En otro párrafo, Vidal basó su negativa a la libertad de los acusados en que "cuanto mayores sean las posibilidades de condena, mayor será la tentación de huir, y menores cuando las probabilidades sean remotas".

El matrimonio fue condenado en mayo de 2002 a prisión perpetua por el homicidio de su hija Natalia, ocurrido en la mañana del 20 de mayo de 2000. Según el testimonio de los acusados, la chica fue encontrada muerta en la cama de su habitación y sus padres denunciaron que fue asesinada en un intento de robo. El caso se reavivó luego de que la Corte Suprema ordenara que se dictara una nueva sentencia. Por esa razón, los abogados solicitaron que fueran excarcelados ya que la condena en su contra no había quedado firme.