SANTA FE › LIFSCHITZ ASUMIó COMO GOBERNADOR Y PERFILó SU GESTIóN DESDE AHORA
El mandatario dijo además que encabezará una gestión de "diálogo, puertas abiertas, concertación y construcción colectiva". Adelantó que "la lucha contra el narcotráfico es prioridad", y que le pedirá a Macri
"un Consejo Federal de Seguridad".
› Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Miguel Lifschitz asumió ayer como el séptimo gobernador de Santa Fe desde 1983 con varias promesas. La primera, la voluntad de "honrar" su mandato hasta el final. "Durante los próximos cuatro años no habrá otra cosa más importante en mi vida que cumplir cada minuto con el juramento que hoy he formulado", dijo ante la Asamblea Legislativa. La segunda, el deseo de retirarse de la Casa Gris en 2019 con "la conciencia tranquila por haber puesto todo en el cumplimiento de la tarea". Y las otras, sobre las características que tendrá su gobierno, que será de "acción" y "eficiencia", expresó. Antes, había dicho que sería de "diálogo, puertas abiertas, concertación y construcción colectiva". Y luego redondeó "en dos palabras" que lo definirán: "un verbo y un sustantivo. El verbo es escuchar y el sustantivo, humildad. Escuchar con humildad, sin soberbia, sin autoritarismo, sin descalificar a los que piensan distinto, a los que tienen quejas, inquietudes y críticas con respecto al gobierno".
El gobernador juró ayer por la "patria" y su "honor" en el recinto desbordante de la Cámara de Diputados. Apenas llegó a la Legislatura se detuvo a saludar a un grupo de militantes de de su partido que lo acompañaban desde la explanada. Y ya en el interior, se reencontró con sus dos rivales en las elecciones, Miguel Torres del Sel y Omar Perotti. Un gesto político que el propio Lifschitz valoró en el discurso. "Fueron dignos adversarios", les dijo.
Ya en el arranque del mensaje, Lifschitz admitió que llegaba a la Casa Gris después de la "elección más reñida" de la historia de Santa Fe, que ganó por apenas 1.400 votos a Del Sel. Un rato antes, el propio jefe del PRO se había quejado por "las dudas que quedaron" por aquel resultado que se conoció recién a los diez días. "Estas son las cosas que hay que cambiar", protestó el cómico.
Lifschitz pareció que lo hubiera escuchado. "Los santafesinos nos dejaron un claro mensaje que yo he interpretado cabalmente", dijo. "Nadie es dueño de la verdad. Nadie puede arrogarse la representación de la totalidad". Y anunció que a partir de esa "impronta" su gobierno será de "diálogo, puertas abiertas, concertación y construcción colectiva".
Explicó que llegaba al poder después de "cuatro décadas de militancia y compromiso político" y "una extensa trayectoria en la gestión pública". "Traigo conmigo las viejas y siempre vigentes banderas del socialismo y también una visión moderna y renovada de la democracia republicana. Vengo a encabezar un gobierno que será bien progresista, bien cívico y bien social", prometió.
Fue allí cuando reconoció a su "maestro de la vida" que era su padre y "los de la política": Guillermo Estévez Boero y Raúl Alfonsín. Agradeció a sus dos antecesores: Hermes Binner y Antonio Bonfatti, que "abrieron el camino por el que ahora me toca transitar" y aclaró que sin el "respaldo incondicional" de ellos "yo no estaría aquí".
En esa lista de agradecimientos, Lifschitz incluyó a Del Sel y Perotti, a "quienes respeto" porque "fueron dignos adversarios" y "estarán a mi lado para compartir una visión sobre el futuro de nuestra provincia" y "enfrentar los difíciles problemas del presente".
"Por estas horas se habla mucho de diálogo", planteó el gobernador. "El diálogo es el encuentro en la conversación, en el intercambio. Es compartir un espacio de construcción colectiva. Nosotros creemos firmemente en el diálogo. Yo soy un hombre de diálogo, lo he practicado a lo largo de toda mi vida. La realidad se construye con múltiples miradas" y "por eso, el diálogo es fundamental, es el instrumento, la herramienta con la cual hacemos política" y "cambiamos las cosas. Vamos a hacer del diálogo una actitud permanente de nuestros funcionarios, de nuestro equipo de gobierno y vamos a abrir múltiples espacio de conversación con todos los sectores de la sociedad y con todos los actores políticos con responsabilidad institucional".
Lifschitz cumplió con otro clásico al plantear la reforma de la Constitución de Santa Fe. Los seis gobernadores que lo antecedieron cuatro peronistas a los que no mencionó y dos de su partido ya la propusieron en algún momento. El es el séptimo. "Vamos a tener iniciativa legislativa" para ampliar "derechos" y "mejorar el funcionamiento del Estado" y "de la justicia". "Aspiramos a tener una relación fructífera, constructiva y dinámica con el Poder Legislativo. Desde cuestiones puntuales y formales hasta los grandes temas institucionales, incluso la tan conversada reforma de la Constitución, estarán en nuestra agenda de trabajo". "Voy a continuar con la impronta que impuso" Bonfatti "en su relación con la Legislatura".
"El nuestro será un gobierno de acción, firme, con ideología", pero "a la vez, con eficiencia y eficacia a la hora de implementar las políticas públicas. Queremos que se caracterice por dos palabras: un verbo y un sustantivo. El verbo es escuchar y el sustantivo, humildad. Escuchar con humildad sintetizó Lifschitz Sin soberbia, sin autoritarismo, sin descalificar a los que piensan distinto, a los que tienen quejas, inquietudes, críticas con respecto al gobierno".
"Vamos a abrir las ventanas para escuchar a la sociedad, a las instituciones intermedias que es la sociedad organizada, pero también al ciudadano común a través de diversos mecanismos que hoy la tecnología nos permite. Pero al mismo tiempo vamos a ejecutar con coraje, con decisión y firmeza. Vamos a enfrentar obstáculos porque sabemos que el avance, el progreso, los cambios y las transformaciones no se hacen sin remover obstáculos, sin enfrentar dificultades, sin saltar vallas y estamos dispuestos a hacerlo", volvió a prometer.
"Voy a retomar con nuevo impulso la impronta de cambio con que Binner inició su gestión en 2007. Pero es imposible avanzar en nuestras ideas si a esta legitimidad no la agrandamos con diálogo, con escucha activa y con el enriquecimiento de lo diverso".
Corrupción y narcotráfico
"Vamos a combatir la corrupción", prometió Lifschitz. "Voy a conducir un gobierno honesto, transparente y decente, siguiendo una impronta que caracteriza a esta provincia: menos retórica y más acción. Tenemos que dar ejemplos cotidianos de austeridad y transparencia, facilitar el acceso a la información pública, cumplir y hacer cumplir las normas".
"En el marco de la ley" -anunció- "vamos a promover comportamientos honestos de los funcionarios políticos y de carrera". Pero también, los "comportamientos correctos, honestos de los ciudadanos, de los empresarios y de las organizaciones de la sociedad civil".
"Tenemos que terminar con la impunidad y para eso necesitamos jueces y fiscales que estén dispuestos a dar esa dura batalla, asumir riesgos, enfrentar cada causa como si fuere la más importante. Tenemos que perseguir a los delincuentes hasta el último rincón y aplicarles de manera ejemplar la sanción que les corresponde. Y si esos delincuentes están en las filas del Estado o si son funcionarios de la policía, de la política o de la propia justicia deben caer primero que los otros y las sanciones deben ser más ejemplificadoras que en cualquiera de los otros casos".
Lifschitz dijo que se ocupará de "manera directa" de "impulsar las causas de mayor impacto social", tanto en la justicia federal como ordinaria. "Asumiré la representación de los ciudadanos de a pie, que necesitan sentirse identificados con la acción de su gobierno", planteó. Y dijo que en "los próximos días" convocará a representantes de los tres poderes del Estado para integrar "la Junta Provincial de Seguridad, que será un ámbito de diálogo y de planificación interinstitucional para enfrentar los desafíos de la violencia y la inseguridad".
"El narcotráfico es un flagelo" que "adquirió gran escala", dijo el mandatario. "Son muchas las causas por las cuales este fenómeno ha crecido en la Argentina" y mencionó "el consumo", "la aceptación social" o la "negligencia, indiferencia o inoperancia de los organismos nacionales o de la Justicia Federal y de quienes tenían la obligación de enfrentar este flagelo y generar políticas de prevención y combate al narcotráfico". Y subrayó el impacto "en el crecimiento de la violencia, el lavado de dinero y la corrupción".
"Por eso la lucha contra el narcotráfico es prioridad", señaló Lifschitz. "Vamos a reclamar" al gobierno de Mauricio Macri "el funcionamiento del Consejo Federal de Seguridad" y "políticas activas" y a la justicia federal un "mayor compromiso y presencia efectiva en el territorio santafesino".
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