SANTA FE › SIETE DíAS EN LA CIUDAD
La provincia no fue la excepción respecto del terremoto político que generó la detención del ex secretario de Obras Públicas. Las explicaciones del kirchnerismo local y los silencios del peronismo. Las razones por las que el gobernador Lifschitz fue tan duro como sepulturero del sector político que gobernó la Argentina.
› Por Leo Ricciardino
El diputado nacional Alejandro Ramos fue el único kirchnerista de Santa Fe que se vio obligado a dar explicaciones más profundas tras el terremoto político que generó la detención de José López, cuando arrastraba hacia un convento bolsos con casi 9 millones de dólares, armas y relojes costosos. "Hablo como alguien que perteneció al ministerio de Planificación Federal del gobierno anterior", dijo el ex intendente de Granadero Baigorria para no sacarse de encima el tema y admitir que conoció de cerca al ex secretario de Obras Públicas pescado infraganti en un acto de corrupción como no se tiene memoria de otro acontecimiento similar en la historia reciente. Ramos dijo que desconocía los manejos de López y en todo momento se encargó de dejar al margen de estas acciones al ministro del área Julio De Vido. Aunque no lo defendió directamente, obvió nombrarlo junto al ex funcionario descarriado.
Además aseguró que no fue él quien decidió ponerle "Arquitecto Julio de Vido" a una calle de un nuevo barrio de Baigorria sino que "la idea surgió de un grupo de vecinos beneficiados por esas casas que quería expresar agradecimiento a una gestión". Como fuera, el Concejo Municipal de Granadero Baigorria ya había empezado el trámite de quitarle el nombre del ministro a ese nuevo trazado.
También explicó que si la ciudad que gobernó se vio beneficiada en su momento con muchas obras públicas, fue debido a "la gestión intensa que hicimos aquellos años". De alguna manera así nació la relación con De Vido que valoró su capacidad de trabajo y lo llevó a la secretaría de Transporte de la Nación. Ramos mencionó también un dato no menor: El no tiene denuncias en su contra después de haber manejado enormes presupuestos vinculados sobre todo la extensión y puesto en marcha de amplias redes ferroviarias.
Un argumento similar es el que utilizó el diputado del Parlasur Agustín Rossi quien en un video difundido en redes sociales, apunta a lo mismo. "Me tocó manejar un enorme presupuesto nacional en el ministerio de Defensa durante dos años y no tuvimos ninguna denuncia por el manejo de esos fondos", dice Rossi mirando a cámara y refuerza el argumento al señalar que se niega a pensar "que todo da igual, que todos somos iguales como quieren hacernos creer ciertos medios".
Ambos rechazaron enérgicamente la acción de López a la que calificaron de "sumamente repudiable" y lamentaron que una actitud de esa naturaleza terminara por golpear "al proyecto nacional que defendimos con militancia y convicción". Salvo unas pocas excepciones aisladas, no muchos más análisis hubo de parte del kirchnerismo santafesino y menos de parte de dirigentes peronistas que desde hace tiempo se ubicaron lejos del sector que orientaron Néstor y Cristina.
Como en todo el país, el golpe que causó López a los dirigentes y militantes más cercanos a ese sector, tendrá seguramente incidencia de cara al armado político del PJ para los comicios del año próximo. Difícilmente los meses que restan hasta el lanzamiento de las candidaturas y las elecciones propiamente dichas, alcancen para diluir del todo los efectos de este verdadero terremoto político. El peronismo sabe que no le sobra nada en Santa Fe y que tendrá que pujar de la manera más competitiva que pueda frente a los candidatos del socialismo, el PRO y los radicales que ya empezaron coquetear con las listas que se vienen y a resolver sus asuntos internos que los mantiene ocupados en la provincia.
Por su lado, el gobernador Miguel Lifschitz terminó de convencerse con este hecho que cambió el tablero político nacional, de que más temprano que tarde se volverá a abrir una brecha en la sociedad para que por allí transcurra un proyecto nacional progresista ahora desvinculado del peronismo. Aunque parezca un poco apresurado, lo dijo en ese discurso sumamente político y totalmente fuera de su estilo, que pronunció días atrás en un acto en Luz y Fuerza en Santa Fe. Allí no sólo le apuntó al proyecto de Cambiemos para dinamitar el Frente Progresista; sino que trazó una autocrítica de por qué había fracasado el espacio de centro izquierda de cara a los comicios que terminaron con el ballotage y el triunfo de Mauricio Macri como presidente. Obviamente, no lo dice pero los que conocen de cerca a Lifschitz saben que es él mismo el que se ve encabezando un futuro proyecto nacional de ese espacio político. Claro que para eso tienen que pasar varias cosas: Que la centroderecha que representa Macri no pueda afirmarse como gestión, antes que nada. Y segundo que el peronismo quede debilitado a tal punto que no represente ya una opción de cambio. Algo sí ya paso: el kirchnerismo que hegemonizaba de alguna manera ese espacio de centroizquierda en el país, acaba de ser herido de muerte. También Lifschitz deberá mostrar una gestión intachable y con ambiciones para su proyecto. Y también terminar la profundísima batalla interna que mantiene que con Antonio Bonfatti, una vez pasado a retiro efectivo el diputado nacional Hermes Binner.
En el medio, es decir para 2017, resta hacer fuerza para colocar a alguien de su propio riñón en la lista que seguramente encabezará Bonfatti para diputados nacionales y; para más adelante -en 2019- quizás conseguir la reforma constitucional de la provincia con reelección para el gobernador y que no limite la participación del actual mandatario. Un proyecto que tiene sumamente nerviosos a sus contrincantes internos que intentarán dilatar cualquier intento de modificación de la Carta Magna santafesina.
Quizás por todo eso, Lifschitz fue el dirigente opositor que en Santa Fe más énfasis le puso al golpe recibido por el kirchnerismo. El gobernador consideró que que la detención del ex secretario de Obras Públicas fue "un golpe de gracia para el kirchnerismo" y que "ya no hay margen para que vuelva" al poder ese sector del peronismo. "Fue una situación bochornosa y brutal de corrupción que no hace más que mostrar una realidad de corrupción sistémica y generalizada que se construyó en la Argentina de la última década", opinó el mandatario provincial sobre la detención de López mientras intentaba ingresar dólares a un monasterio bonaerense. Sin embargo, advirtió que "antes de esto, el proyecto kirchnerista ya estaba absolutamente agotado, porque la realidad mostró su inviabilidad y la sociedad le bajó la persiana". Con todo, los efectos de este tsunami político en la Argentina no va a impedir que determinadas cuestiones acontezcan. El plan económico que ya aplica este gobierno nacional que no se detiene y la imposibilidad del presidente de tomar contacto directo con el pueblo. Hoy Macri estará cercado en el Patio Cívico del Monumento a la Bandera, durante los pocos minutos que permanezca en la ciudad. Una postal tan inédita como poco nada alentadora para el futuro.
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