Desde Santa Fe

Miguel Lifschitz reaccionó ayer con ironía ante una denuncia de Jorge Boasso, quien el domingo lo acusó de "corrupción política" por que en la campaña electoral de 2015 que lo llevó a la Casa Gris repartió subsidios como senador por Rosario en el resto de la provincia. "Hace años que no le contesto a Boasso. ¿En qué partido está?", chicaneó el mandatario. Y cuando le contestaron que era radical, pidió que le preguntaran al presidente de la UCR, aclaró que los legisladores tienen la "facultad constitucional" de entregar subsidios y explicó que la distribución es "totalmente transparente" porque "se otorga con cheques a instituciones con personería jurídica" y la lista de beneficiarios y montos está disponible en el Senado. Dicho esto, Lifschitz se reunió a solas con el jefe de la UCR, José Corral, y al salir, el intendente de Santa Fe se despegó de la operación de Boasso, dijo que era una "cuestión personal" y acerca del fondo que dispone el Senado para subsidios (110 millones de pesos en el año, a razón de 5 millones 500 mil pesos para entregar cada uno de los 19 senadores y el vicegobernador Carlos Fascendini), Corral lo consideró "prácticamente irrelevante" para departamentos como Rosario o La Capital.

Boasso atacó a Lifchitz horas antes de que se formalizara en la provincia la alianza Cambiemos Santa Fe entre la UCR y el PRO. Le reprochó haber utilizado fondos del Senado --los subsidios que tenían disponible como senador por Rosario-- para hacer campaña como gobernador porque algunos de esos cheques los entregó en el resto de la provincia. Boasso integraba la fórmula del PRO con el cómico Miguel Torres del Sel.

En 2015, el Fondo de Fortalecimiento Institucional del Senado era de 99 millones 755 mil pesos y en el presupuesto 2016 aumentó a 110 millones de pesos. Esto significa que el año pasado, los senadores, entre ellos Lifschitz y el ex vicegobernador Jorge Henn, repartieron 4 millones 987 mil pesos y este año Fascendini y los 19 senadores tienen disponibles para entregar 5 millones 550 mil pesos en ayudas económicas.

Lifschitz habló del asunto tras participar en un acto en la Casa Gris, junto con Corral, en el que se licitó la nueva iluminación del puente Colgante. Le preguntaron por lo que Boasso había dicho el domingo a la noche: "No, yo hace años que no le contesto a Boasso. Cualquier información sobre cómo se administran las partidas en el Senado las pueden solicitar en la Cámara", se defendió el mandatario.

--Boasso es radical, está en Cambiemos. ¿Cuál es su lectura política?

--No sé en qué partido está Boasso actualmente, habría que preguntarle al titular del partido en el que esté -contestó Lifschitz. Siguió una carcajada general.

"La Constitución de Santa Fe -recordó Lifschitz- establece que los senadores pueden distribuir subsidios, o sea que es una facultad constitucional de los legisladores. Las partidas asignadas para esa finalidad se establecen en el presupuesto, en un marco de acuerdo en la Legislatura". "Y la forma de distribución es totalmente transparente porque son cheques que la administración del Senado otorga a instituciones con personería jurídica, así que el senador sólo define a quiénes se les da ese subsidio", explicó.

"A confesión de parte, relevo de pruebas", retrucó Boasso. "Lifschitz es el que tiene que explicar a los rosarinos por qué como senador de Rosario entregó subsidios" en el resto de la provincia. Y mencionó una "larga lista" de poblaciones del interior. "Un senador elegido por los rosarinos para que represente a Rosario y al departamento en la Legislatura se dedicó en plena campaña política a gobernador a entregar subsidios en otras localidades".

Boasso se molestó por la broma de Lifschitz, que no sabía cuál era su partido. "Me llamaron la atención las risas. ¿Eran periodistas los que se rieron de esa manera?", preguntó. "Eran funcionarios que estaban alrededor" -le aclaró una colega. "¡Ah, bufones! Sí, él va siempre con bufones y aplaudidores", devolvió la chicana el concejal. "Lamentablemente, el gobernador no da explicaciones, está incómodo. Y vamos a seguir investigando esta cuestión", prometió.

Después del descargo, Lifschitz llamó a Corral a su despacho en la Casa Gris y se reunieron unos quince minutos a solas. El presidente de la UCR se despegó del operativo de su correligionario. "Es una cuestión personal de él", aclaró. Dijo que no tenía "ninguna lectura política" del asunto y valoró su "fluida relación" con Lifschitz, con quien suele compartir actos públicos los días lunes.