El socialismo decidió afrontar el lanzamiento de la Mesa Cambiemos Santa Fe, en la ciudad de Buenos Aires y con funcionarios de Mauricio Macri, como si el hecho no hubiese existido. Decidió entonces solucionarle un problema a los radicales y hacerse un favor como frente político. En esa línea, desde el gobernador Miguel Lifschitz al diputado provincial Rubén Galassi (lo cual representa a casi todo el espectro socialista), salieron a asegurar que el Frente Progresista Cívico y Social "está más fuerte que nunca". Entendieron que era la manera de preservar los acuerdos y no sucumbir ante las presiones constantes del PRO que no dudó en utilizar la furia presidencial para minar el entendimiento con la UCR santafesina y así lograr la exclusividad con los radicales, tanto a nivel nacional como también en esta provincia.

El radicalismo, agradecido. Mantiene su equilibro con un pie en cada bote y afronta el 2017 con aires triunfales. Integrará las listas de candidatos nacionales con el PRO y las locales con el socialismo. Por eso el titular del radicalismo provincial, Julián Galdeano no quería exgerar tampoco el alcance del lanzamiento en Capital Federal como sí lo rodearon de importancia los referentes macristas de Santa Fe.

La UCR ya demostró que a pesar de necesitar a ambos partidos políticos para su supervivencia, puede a veces levantar la voz y criticar a diestra y siniestra cuando se sienten excluidos o desconsiderados. "No somos una concubina", llegó a decir Mario Barletta mientras que el intendente de Santa Fe y jefe nacional del partido, José Corral, se entusiasmó más de la cuenta en un mitín en Catamarca y aseguró que los radicales "no tenemos cuentas off shore en Panamá". El último fue Ricardo Alfonsín, que de paso por Rosario admitió que el gobierno nacional "no nos consulta para nada a la hora de tomar las decisiones".

La mayor piedra en el camino de entendimiento del radicalismo nacional y el PRO está atada a los acuerdos con los intendentes peronistas bonaerenses. De hecho, hubo dos que pasaron a colaborar directamente con el gabinete de la gobernadora María Eugenia Vidal. "Sabés qué pasa, a los radicales los necesitaron para ganar las elecciones. Pero para gobernar este territorio endemoniado necesitan al peronismo", confesó un experimentado batallador del PJ de la provincia de Buenos Aires.

El 2017 viene raro para todos. No están claras las candidaturas en Santa Fe cuando falta casi un año para las elecciones de candidatos a diputados nacionales, y muchos meses menos para las de concejales en distintas ciudades del territorio, como así también la designación de presidentes comunales.

El PRO y el radicalismo saben que las chances de la lista que conformen de cara a estas elecciones cruciales para el gobierno de Macri, dependerán en gran medida de cómo le vaya a la gestión nacional. Y en Santa Fe no parece ser positivo el balance hasta ahora: el ministro de la Producción, Luis Contigiani, ya avisó que a este ritmo y según las proyecciones que hacen, la desocupación podría volver a estar en dos dígitos, como en aquellos aciagos años '90 y 2001. Esta semana fue muy criticada la modelo y conductora Ursula Vargues porque en Twitter se preguntó ¿cuánto falta para el 2001?. Después aclaró que obviamente no alentaba desbordes sociales con pérdidas de vidas humanas como en aquella oportunidad. Pero fue el ex presidente del Banco Central y asesor económico en jefe del Frente Renovador, Aldo Pignanelli, el que aseguró en un reportaje radial con este periodista que "con estas medidas económicas desembocamos directo en un escenario como el del 2001".

También se conoció en las últimas horas que el empleo registrado cayó en toda la provincia durante el segundo trimestre, según los datos aportados por el Observatorio Laboral que funciona en el ámbito del Ministerio de Trabajo de Santa Fe. El impacto en el Gran Rosario fue del 1,4 por ciento. El sector industrial cayó en la comparación interanual y la construcción tuvo una tasa negativa del 6,1 por ciento equivalente a más de 2 mil puestos de trabajo menos en comparación con el año pasado.

Algunos números

La encuesta que hizo Nueva Comunicación y que se difundió en las últimas horas tuvo el impacto de los sondeos que caen muy bien entre la prensa, en un momento en el que no son muchas las mediciones que encargan los candidatos. El muestreo confirmó lo que se sospechaba: Alejandro Grandinetti y Pablo Javkin están entre los dirigentes locales de mejor imagen pública. No en vano sus nombres suenan siempre como futuros candidatos a intendente de esta ciudad. Pero el diputado nacional del massismo llega a un 66,2 por ciento de imagen positiva con sólo un 17,6 negativa. Javkin logra una imagen positiva del 50 por ciento y una tasa negativa de apenas 5,4 por ciento. Otra es la realidad de la intendenta Mónica Fein que tiene 51,4 de imagen positiva pero con un 47,3 de negativa. Algo que también debe entenderse en el marco del desgaste propio de los años de gestión. El que tampoco desentona es el peronista Roberto Sukerman con 40,5 de imagen positiva y 21,7 de perfil negativo. Sí sorprende Anita Martínez, del PRO, que tiene una imagen negativa más alta que la positiva: 37,8 por ciento a 36,5 respectivamente.

Otros datos que no se publicaron de esta encuesta muestran también las preocupaciones de la gente en Rosario. Para el 36,5 por ciento el principal problema social del país es la inseguridad. Sólo un 7 por ciento mencionó al desempleo y un 20,3 por ciento opinó que es la inflación. Casi el 15 por ciento de los consultados le apuntó a los tarifazos lanzados por el gobierno nacional.

Pero cuando se pregunta por los principales problemas sociales de Santa Fe y Rosario, la inseguridad trepa al 50 por ciento como preocupación social. Mientras que la inflación baja al 10 por ciento, por ejemplo. Cuando se consulta por quién es el responsable de los problemas sociales de los rosarinos, los tres niveles del Estado (Nación, provincial y municipio) acumulan el 52,7 por ciento de las preferencias.

Otra pregunta llamativa es: "¿Qué sentimiento le inspira el futuro del país?". En ese punto el "temor" y la "resignación" se llevan casi el 35 por ciento de las menciones. Pero a la "esperanza" no le va tan mal con el 40 por ciento de las preferencias.