SANTA FE › EL GOBERNADOR LANZó LAS "BASES PARA LA REFORMA: UNA CONSTITUCIóN PARA SANTA FE"
Lifschitz interpretó el acto de ayer que
desbordó el Salón Blanco como "buen
augurio" por la presencia del arco político.
Desde Santa Fe
Miguel Lifschitz abrió ayer en la Casa de Gobierno el "tiempo de debate" para reformar la Constitución de Santa Fe, dijo que la propuesta "no tiene plazos" --aunque la imagina en 2017 o 2018-- y hasta interpretó el acto que desbordó el Salón Blanco como "buen augurio" por la presencia "multitudinaria y representativa" de invitados del arco político. Evitó las menciones, pero en la previa sobresalieron los gestos amistosos al presidente del PJ, Ricardo Olivera y al jefe del bloque de senadores justicialistas, Armando Traferri, dos que tienen la llave para sacar de la Legislatura la ley que declare la necesidad de la reforma. Después del discurso, Lifschitz sorprendió con otro anuncio: dijo que se bajaba de la reelección en 2019. "No voy a impulsar ningún tipo de iniciativa, no quiero que la posición del gobierno sea un obstáculo para que el proceso de reforma no llegue a buen puerto", remarcó.
El gobernador arrancó con lo que sus operadores de la Casa Gris consideran el primer paso de "un proceso histórico". El mandatario fue menos rimbombante, lo llamó "Bases para la reforma: una Constitución para Santa Fe". "Vamos a abrir un tiempo de debate. No tenemos plazos establecidos, lo vamos a ir conversando, pero va a depender del interés que se genere en la sociedad y de la voluntad de partidos y legisladores", explicó.
La previa estuvo repleta de gestos políticos en un salón Blanco que parecía chico. El abrazo de Olivera con un histórico del socialismo, Juan Carlos Zabalza. El cruce de bromas entre el mismo Olivera y el presidente de la UCR, Julián Galdeano. La incursión de Traferri entre butacas para saludar al ministro de Economía, Gonzalo Saglione y seguir al encuentro del presidente de la Cámara de Diputados, Antonio Bonfatti y del presidente de la Corte Suprema, Rafael Gutiérrez. Hubo dos faltazos: el vicegobernador Carlos Fascendini después de que Lifschitz lo desmintiera porque prometió echar del gobierno a "la banda de Corral y Barletta", y la ausencia de la plana mayor del PRO, que considera la reforma como el "traje a medida" para la reelección de Lifschitz.
Sin embargo, el gobernador descartó la posibilidad de competir por un segundo mandato en 2019. Le preguntaron si su objetivo era la reelección: "Eso va a depender, no de mí, sino del debate político y de las propuestas de los partidos. Lo que quiero dejar claro es que personalmente no voy a impulsar ningún tipo de iniciativa. Voy a ser muy respetuoso de las posiciones y los consensos que logren los partidos en este y otros temas. No quiero que la posición del gobierno, ni la mía personal, sea un obstáculo para que el proceso de reforma no llegue a buen puerto".
El mandatario sentó a su derecha al ministro de Gobierno, Pablo Farías y a su izquierda al director de la Reforma Política, Oscar Blando y
valoró la respuesta del PJ, el Frente Renovador, la UCR y el Frente Progresista a su convocatoria, lo que marcó el contraste con la ausencia del PRO. "Vemos buen clima. La presencia prácticamente unánime de todos los sectores políticos y de la sociedad nos abren un buen augurio. Y vamos a trabajar con la mirada muy amplia y la mejor voluntad para lograr un acuerdo positivo", se entusiasmó.
El gobernador dijo que hay distintas posiciones acerca del tiempo de la reforma, si sería en 2017 o 2018. Explicó que su "idea es aprovechar" este segundo semestre para el "debate público" y el "acuerdo político" con los partidos de la oposición. Si lo logra, habría que definir la fecha de elección de convencionales que podría ser el año que viene o 2018.
"Ya hemos expresado nuestro acuerdo con que se actualice nuestra Constitución, pero se hace difícil hablar de esto en medio de la crisis económica y de seguridad que estamos viviendo, con mucha preocupación por la situación en los barrios de Rosario y otras ciudades y regiones", dijo el diputado nacional Marcos Cleri, tras participar de la apertura del proceso de diálogo para una reforma constitucional en la provincia.
Farías dijo que el gobierno "no tiene proyecto ni borrador" de la reforma. Y que antes de imponer algún asunto, privilegiaba "la búsqueda del "acuerdo político" con los partidos. Blando consideró vital la participación ciudadana en el proceso de reforma y coincidió con Lifschitz que la convocatoria de ayer era una buena señal.
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