SANTA FE › EL NIETO RECUPERADO 120 DIJO QUE QUIERE LLAMARSE JOSé ROBERTO MAULíN PRATTO
En tanto, la querella pidió 15 años de prisión para la apropiadora y la médica que firmó el certificado de nacimiento falso. "Un hijo no es un objeto, no es un botín, no es un trofeo que los vencedores le quitan a los vencidos", dijeron los abogados querellantes.
› Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe.
La querella pidió al Tribunal Oral de Santa Fe que condene a 15 años de prisión, el máximo del tipo penal, a las dos imputadas por el operativo que le borró la identidad al nieto 120 en plena dictadura: Cecilia Góngora de Segretín que lo anotó como hijo propio en marzo de 1977 y la médica Elsa Nasatsky, que firmó el certificado de nacimiento falso. "Un hijo no es un objeto, no es un botín, no es un trofeo que los vencedores le quitan a los vencidos, pero eso fue lo que sucedió en esta trama siniestra de complicidades", dijeron los abogados querellantes Lucila Puyol y Guillermo Munné. Su alegato terminó con una carta que ellos entregaron a los jueces, en la que su autor pide que le restituyan el apellido de sus padres biológicos, Rubén Maulín y Luisa Pratto, pero también el nombre de pila que su madre había elegido para él. "Hasta ahora estoy obligado a llamarme José Luis Segretín". "Mi voluntad es llevar el nombre José Roberto Maulín Pratto", que "me identifica y reivindica a mis familias de origen", escribió. "Me resulta de la mayor urgencia dejar de ser tratado por una identidad que no es la mía" y que "también se corrijan" las partidas y los DNI de sus dos hijos, José Ignacio y Malena, los nietos de Rubén y Luisa.
Puyol y Munné cerraron los alegatos de la acusación. La semana pasada, el fiscal Martín Suárez Faisal consideró "cierto y probado, con grado de certeza" que José fue "sustraído" apenas nació el 26 de marzo de 1977, en el Sanatorio Reconquista y solicitó al Tribunal que condene a Góngora y Nasatsky a 10 años de prisión, la "inmediata detención" de ambas mujeres y le devuelva a José el apellido de sus padres biológicos. La querella amplió el pedido al máximo de la pena, 15 años y que la restitución de identidad incluya también a los hijos de José.
El alegato de la defensa estaba previsto para el viernes pasado, pero el defensor oficial Fernando Sánchez, que asiste a Góngora, solicitó que se postergue una semana. Su colega Roberto Busser, que defiende a Nasatsky, adhirió al petitorio por "el esfuerzo intelectual" -dijo- que le demandará rebatir "tantos argumentos" de la querella y la Fiscalía, así que el Tribunal resolvió escuchar a ambos el viernes que viene. Después de las réplicas, se conocería la fecha del veredicto.
José vivió hasta los 32 años sin saber que era el más chico de una familia martirizada por el terrorismo de estado. Recién en mayo de 2009 se enteró por los análisis genéticos quiénes son sus padres. "Durante 32 años lo privaron de desarrollar su vida con su verdadera familia" -planteó Munné-, pero ya son "39 años de sufrir, él y sus hijos, por no llamarse como quienes realmente son" y "ser nombrados por los apellidos de quienes cometieron los crímenes contra ellos".
"Ya lo escucharon en este juicio -le dijo Puyol a los jueces al recordar el testimonio de José-, lo tortuoso que significa ser obligado a utilizar estos falsos apellidos que daña" el "ánimo de encarar diariamente la vida misma".
En más de tres horas, los querellantes valoraron todas las pruebas, entre ellas las que el fiscal descubrió y aportó en el juicio:
23 de marzo de 1977. Es el certificado de nacido vivo de José firmado por Nasatsky. "En el recuadro de información de la madre dice que ha tenido un embarazo y un niño nacido vivo". "Falso lo del embarazo y lo del niño vivo", dijo Puyol. "José no es hijo biológico de Góngora. ¿Y qué pasó con el embarazo de mellizos que supuestamente perdió en 1976?".
31 de octubre de 1978. Es el certificado de un prematuro que dio a luz Góngora y sobrevivió dos horas. Lo firmó también Nasatsky. "En el recuadro de información de la madre dice que ha tenido cinco embarazos: dos niños nacidos vivos y tres muertos o abortados. O sea de marzo de 1977 a octubre de 1978, pasó de un parto (que ya sabemos que no tuvo porque José no es su hijo) a cinco embarazos".
7 de abril de 1982. Es un certificado de nacimiento de otro niño que Góngora expresó haber tenido en su casa. Lo firman una partera y dos testigos. "En el recuadro de información de la madre dice que ha tenido tres embarazos: tres niños nacidos vivos y ninguno muerto", leyó Puyol. Su "conclusión" fue lapidaria. "A partir del primer certificado falso" que Nasatsky firmó en diciembre de 1977 "se fue sosteniendo y profundizando la mentira".
Los querellantes dijeron "no tener dudas que el juicio, por las pruebas y razones invocadas en el alegato, debe concluir con una sentencia condenatoria, que quiebre la larga impunidad de estos crímenes y aporte a la reparación de los gravísimos daños que causaron" Góngora y Nasastky.
Puyol cerró con una cita de Angela Urondo, quien recién a los 20 años descubrió que su padre era el poeta Paco Urondo y qué había sucedido con su familia. En su obra ("¿Quién te crees que sos?"), Angela "reflexiona sobre los estragos del ocultamiento de quién es uno y la reducción de los niños a un objeto de apropiación que opera quien se atribuye ese poder" y alega "estar obligado a hacerlo para proteger a quien en realidad hace de víctima de un delito. Allí incluyó el poema 'Caer no es caer', donde dice: 'Cuerpo no es cuerpo./ Desaparecer no es desaparecer./ Morir no es morir./Ser no es ser./ Yo, nada./".
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