Sáb 07.10.2006
rosario

SANTA FE

Un represor que zafó porque usaba capucha en las sesiones de tortura

A un comodoro lo habían identificado como torturador por su voz. Como nadie pudo ver su rostro, la justicia lo dejó en libertad.

Uno de los represores de la III Brigada Aérea quedó en libertad. El juez federal Virgilio Palud dictó falta de mérito al comodoro (RE) Danilo Sambuelli al considerar insuficientes el relato de dos víctimas que lo habían identificado por su voz ﷓en sesiones de torturas﷓ en el centro clandestino de detención que funcionó en la base militar, pero no pudieron ver su rostro porque estaban encapuchadas. Sambuelli fue el primer intendente de la dictadura en Reconquista y sólo estuvo dos preso dos semanas en el mismo lugar donde operó hace 30 años como oficial de inteligencia. Ahora, el magistrado deberá resolver la situación procesal del único detenido en la causa: el ex jefe de la III Brigada Aérea, brigadier (RE) Jorge Arturo Van Thienen, a quien ya concedió el beneficio de la prisión domiciliaria en un departamento de Buenos Aires.

Palud investiga la represión en el norte santafesino en una causa que se inició a instancias de la fiscal federal de Santa Fe, Griselda Tessio. Desde entonces, recolectó testimonios de víctimas y ordenó el reconocimiento de dos centros clandestinos. Uno de ellos funcionó en la propia III Brigada de Reconquista: "un depósito de personas con calabozos, donde algunas eran sometidas a vejámenes y torturas y luego trasladadas a Santa Fe", lo describió el propio magistrado al comenzar a descorrer el velo sobre el rol de la Fuerza Aérea en la guerra sucia. Y el otro, operó en el cuartel de la Guardia Rural Los Pumas, en Santa Felicia, a pocos kilómetros de la ciudad de Vera.

A pedido del fiscal Cristóbal Cavanagh, el juez ordenó la detención de Sambuelli el 18 de setiembre último para indagarlo por los supuestos delitos de "privación ilegítima de la libertad agravada, vejámenes y tormentos". El miércoles pasado, el aviador recuperó su libertad por falta de mérito.

En la indagatoria Sambuelli negó los cargos que le imputaron. Dijo que "nunca secuestró a nadie ni participó de ningún operativo, ni vio personas detenidas en la III Brigada. Nunca atendió a ningún familiar de desaparecidos en la casa de su suegra, ni vio en la base militar efectivos de otras fuerzas. Desconoció también que se haya usado algún vehículo de la Aeronáutica para trasladar presos políticos", según informó Edición 4 de Reconquista. Explicó que "su rol en la lucha contra la subversión se limitó a instruir a pilotos en inteligencia: analizar imágenes, fotografías aéreas, mapas satelitales. Y acerca de los hangares de la base, reconocidos por las víctimas como sus lugares de detención, dijo que uno estaba cerrado y el otro se utilizaba para reparar aviones Pucará", agregó el periódico.

Sambuelli fue identificado por uno de los querellantes en la causa, Alejandro Córdoba, quien también denunció a tres policías: un tal "Coya", que participó en su secuestro; Octavio Benítez, que ya fue citado a declarar, y Carlos Nickish. Córdoba dijo que lo sometieron a un interrogatorio en la III Brigada Aérea, donde identificó a dos represores: Nickish, que estaba frente a él y a otro que se sentó a sus espaldas, pero pudo reconocer por su voz. Dos semanas después, lo llevaron a otro edificio de la Brigada, donde lo recibió una persona que se habría identificado como "el capitán Sambuelli" y al escuchar su voz, la relacionó con la de la persona que se sentó a sus espaldas en el interrogatorio, quince días antes.

Una mujer que también atestiguó en la causa relató su secuestro, una madrugada de noviembre de 1976. Y en la sala de interrogatorios creyó reconocer la voz de Sambuelli, ya que había ido en varias oportunidades a la casa del militar ﷓incluso lo había hecho la noche anterior a su secuestro﷓ para averiguar por el paradero de un familiar desaparecido. Como estaba vendada, la testigo manifestó en ese momento creer que se encontraba presente Sambuelli, lo que ninguno de los presentes desmintió. Con estos dos testimonios, el juez Palud indagó a Sambuelli, a pesar de que después se presentaron en la causa otros testigos que también lo mencionaron. Sin embargo, el magistrado consideró que los relatos eran insuficientes para probar la participación de aquel en los secuestros, interrogatorios y sesiones de torturas.

Hasta ahora, el único detenido en la causa es el brigadier Van Thienen, quien permanece con prisión domiciliaria en Buenos Aires a la espera de que el cuerpo médico forense de la Corte Suprema de Justicia de la Nación se expida acerca de su estado de salud. La situación de Van Thienen sería más complicada que la de Sambuelli, puesto que el juez cree que los testimonios y el reconocimiento de la III Brigada son suficientes para acreditar la existencia en ese lugar de un centro clandestino de detención y torturas durante la dictadura militar y la responsabilidad de Van Thienen, hasta marzo del `77.

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