"¡Se sacaron la careta, senador!". El reproche sobresalió en el final de la Asamblea Legislativa de ayer que convalidó el ascenso a juez correccional de Santa Fe del fiscal de la causa inundaciones, Ricardo Favaretto. El pliego fue aprobado por 34 a 22. A favor, votaron los legisladores del PJ y en contra, los bloques opositores. Un debate tenso, con denuncias sobre "connivencia espuria entre el poder político y el Poder Judicial". Una de las acusaciones que pesa sobre Favaretto fue haber esquivado el llamado a indagatoria de Reutemann en la causa que investiga la catástrofe del río Salado. "¡Por lo tanto, esto un premio!", disparó el diputado del ARI, Aldo Strada. "Un eslabón más en una permanente cadena de complicidades a la hora de premiar a funcionarios judiciales obsecuentes con poder político", completó el socialista Alfredo Cecchi.

El clima estaba caldeado, pero no sólo por el calor santafesino. Afuera, se mezclaron el reclamo de víctimas de la catástrofe que habían impugnado a Favaretto (la Carpa Negra de la Memoria y la Marcha de las Antorchas) con una protesta de ex trabajadores del Banco de Santa Fe transferidos a la provincia que quemaron cubiertas y montaron una batucada en las puertas de la Legislatura. La tensión aumentó cuando cinco policías arrestaron y esposaron a un ex bancario ﷓y hoy empleado público﷓ que cortaba ramas de un árbol con un machete. Le quitaron el machete y la manifestación siguió en paz, a la espera de que el Senado rechazara el veto de Obeid a una ley que reconoce los derechos adquiridos de los bancarios.

En la Asamblea Legislativa, el debate por el pliego de Favaretto ya venía precedido de un sesión "complicada y caótica" de la comisión de Acuerdos, según la definió el diputado Strada. El incidente ocurrió el miércoles a la tarde, en medio de una entrevista de los legisladores con el fiscal cuando el presidente de la comisión, senador Joaquín Gramajo, le prohibió al diputado Marcelo Brignoni (Encuentro) hacerle un par de preguntas a Favaretto. "Usted no puede preguntar", le dijo Gramajo a contrapelo del reglamento de la Asamblea Legislativa que faculta "a los legisladores a concurrir a las sesiones de la comisión de Acuerdos con voz, pero sin voto". Gramajo le pidió a Favaretto que se retire unos minutos, y después, cuando quiso enmendar el fallido, Brignoni ya no estaba, se había ido. Ayer, Brignoni denunció la censura en el recinto. "El senador Gramajo me negó el uso de la palabra y no me permitió intervenir en el debate ni preguntarle al postulante Favaretto", dijo. Y consideró que el episodio era "grave y violatorio del reglamento de la Asamblea Legislativa". Gramajo no hizo su descargo ni se retractó. El único que ofreció sus excusas a Brignoni fue el diputado Danilo Kilibarda, quien compartió con Gramajo la defensa del fiscal. "Esto genera más sombras que luces", se despachó más tarde el diputado Strada, testigo de la censura a Brignoni y ayer acusador de Favaretto.

El diputado del ARI lamentó que la comisión de Acuerdos hubiera rechazado las dos impugnaciones al pliego del fiscal sin siquiera considerarlas. "No escuchar a los impugnantes es una barbaridad. Es seguir caminando al revés como cuando se le prohibió a un legislador hacerle dos preguntas a Favaretto", dijo. "¡Somos los escribanos del Poder Ejecutivo, señores! Me da vergüenza. ¡No venimos a eso!", advirtió Strada, para quién el único mérito de Favaretto fue haberle "quitado a Reutemann la responsabilidad" por la catástrofe del río Salado que dejó 23 muertos reconocidos oficialmente.