Por primera vez un funcionario nacional reconoció públicamente que "al Estado no le satisface" la oferta presentada por la firma Adecoagro, que controla el magnate húngaro George Soros, para quedarse con el 62 por ciento de la cooperativa Sancor. La afirmación la formuló el presidente del Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (Inaes), Patricio Juan Griffin, quien además reveló que existe un segundo ofrecimiento vinculado al grupo Nestlé que tampoco convence a la administración kirchnerista. El funcionario fue más allá al anunciar que, si los 2000 empresarios agrícolas asociados a la planta que funciona en Sunchales aportan recursos para reestructurar el pasivo de Sancor, "el Estado se va a esforzar también" con una inyección de dinero fresco. Al mismo tiempo aclaró que "si los propios socios de la entidad no asumen sus responsabilidades, el Estado va a tener que tolerar que haya una empresa privada que sí garantice la producción".

En una conferencia de prensa realizada ayer en la Capital Federal, Griffin expresó la posición del Inaes respecto a la posible venta del paquete accionario de SanCor a manos extranjeras. "En primer lugar, SanCor es una cooperativa muy importante y estratégica para el Estado como ente productor de lácteos. Es propiedad en este momento de 2000 empresarios agrícolas y nosotros venimos conversando con ellos hace un tiempo. Estuvimos informados acerca de gestiones realizadas por el directorio de la entidad ante diversos organismos del Gobierno".

"En este momento -continuó- habría dos convenios firmados simultáneamente, dos cartas de intención, porque no hay nada cerrado: una de ellas, la más publicitada, la de Adecoagro, apunta a escindir estrictamente la explotación láctea, y mantener el resto de los bienes como propiedad de la cooperativa, (entre ellos un frigorífico, no es que estamos hablando de pocos bienes); y la producción láctea absorbería la totalidad de la deuda. Hay otra propuesta de operación que estaría firmada también, por la cual se asignaría a la empresa Nestlé la producción de yogures (aún no ha entrado con fuerza en el mercado local), y a otra empresa muy especializada, holandesa, la producción de leches especiales, leches maternizadas y leches de alta calidad en las cuales SanCor ha hecho un excelente desarrollo".

En cuanto a su opinión sobre estas propuestas, el titular del Inaes declaró: "Ninguna de las dos propuestas nos satisface, no estamos contentos, hemos requerido toda la información el mismo día que pasó, hemos tenido varias reuniones en estos días, y vamos a tener veedores permanentes en todo el proceso".

Griffin expresó su postura acerca de un posible aporte económico por parte del Estado nacinal: "Hay un tema de prioridades del Gobierno a la hora de hacer inversiones: se necesitan 600 millones de pesos. Nosotros tenemos un plan que supondría, con 450 millones de pesos, la revitalización de 250 cooperativas del Chaco, Formosa y Corrientes, y nosotros creemos, yo creo y esto es lo que defenderé ante el Gobierno, que la opción, debido a que hay que elegir y hay que ejercer prioridades, la prioridad del Gobierno para poner recursos, es ésa".

Sin embargo, dejó una puerta abierta al respecto: "Por ahora, los socios de SanCor no han hecho ningún aporte, no se han comprometido. Con el 5 por ciento, el 10 por ciento de sus hectáreas, a los 8 mil dólares que vale hoy la hectárea en la zona, se solucionaría parte del problema. Eso es parte del trabajo que vamos a hacer en estos 90 días; es una carrera contra el tiempo para tratar de conseguir que los primeros que crean en esa empresa sean los socios, y sean también los trabajadores de la empresa, y por supuesto sean también las organizaciones cooperativas y mutuales. Si hubiera este compromiso ﷓acá el compromiso se llama dinero﷓, y esto también lo puedo decir públicamente, el Estado se va a esforzar también. Pero tiene que existir ese compromiso".

Finalmente, aclaró que el Estado debe tener en cuenta el carácter estratégico de SanCor como empresa: "El Estado tiene otra preocupación agregada y es que necesitamos mantener esa industria láctea funcionando y produciendo. Ahí es donde nos encontramos en el borde del precipicio: si el movimiento cooperativo y mutual, si los propios socios de la entidad no asumen sus responsabilidades, el Estado va a tener que tolerar que haya una empresa privada que sí garantice la producción".