SANTA FE
Ayer, en extraordinarias, el Senado terminó de derogar la ley que había impulsado Carlos Reutemann en su segundo mandato. Ahora la empresa queda con un nuevo marco legal en el Estado.
› Por Juan Carlos Tizziani
Como si tuvieran el mandato de preparar la retirada, los amigos de Carlos Reutemann borraron ayer otro rastro del paso de su jefe político por el poder. El Senado derogó la ley de privatización de la Empresa Provincial de la Energía con el voto de casi los mismos legisladores del PJ que la habían sancionado hace siete años, cuando Lole iniciaba su segundo gobierno. Aquel 29 de diciembre de 1999, una protesta de trabajadores de Luz y Fuerza sitió la Legislatura y la convirtió en un cuartel de policías que obligó a los diputados a sesionar a oscuras y bajo una lluvia de bombas de estruendo. Siete años después, los senadores reutemistas ofrecieron la contracara de esa contienda: derogaron la ley 11.727 sin discursos oficiales y con el líder del gremio, Atilio Bonantini, en el recinto, donde después se repartieron algunos abrazos. La fallida venta de la EPE tenía letra y música del entonces ministro de Hacienda de Reutemann, Juan Carlos Mercier, uno de los que ayer votó la derogación de la ley desde su banca del Senado sin decir una palabra.
El proyecto que fulmina la ley 11.727 ya tenía media sanción de la Cámara de Diputados, donde lo impulsó otro de los operadores de Lole, Danilo Kilibarda, quien ayer siguió también el trámite en el recinto del Senado. Sólo dos senadores del arco opositor se animaron a plantear su entusiasmo por la decisión de impedir una futura venta de la EPE. "Esto es muy importante", dijo la senadora socialista Marta Nardoni, mientras hacía malabares con una lapicera entre sus manos. Un discurso nervioso, pero bien intencionado porque "a partir de ahora los trabajadores podrán tener su representante en el directorio de la empresa", dijo. La derogación significa volver a la ley 10.014, sancionada durante el gobierno de José María Vernet, que reparte los sillones del directorio entre la corporación: el Estado y el gremio. El senador de la UCR, Felipe Michlig, aplaudió también "la integración de los trabajadores al directorio" de la EPE. "Y ojalá podamos encontrar el camino adecuado para que esta empresa tan importante para los santafesinos, para el desarrollo y el crecimiento de la provincia, pueda tener mayores inversiones y asegurar así la prestación de un servicio adecuado a los tiempos que corren", agregó.
Michlig consideró que derogar la ley de privatización de la EPE era "una medida inteligente del gobierno" de Obeid y mencionó a Bonantini como un "seguidor permanente y precursor de esta iniciativa que demandó tanto diálogo y tanto trabajo. Así que hoy estamos dando este primer paso, esta primera respuesta de la Legislatura para encontrar el camino adecuado", apuntó el radical. Y ahí cerró el debate. Ningún senador del PJ se animó a poner en palabras la derogación de la ley 11.727, ni siquiera los que la habían votado siete años atrás: Norberto Betique, Alberto Crosetti, Ricardo Olivera, Daniel Depetris y Joaquín Gramajo (ausente en la sesión de ayer). Mercier, que entonces era ministro de Reutemann, también se asoció al silencio.
Bonantini recordó después aquel 29 de diciembre de 1999 cuando se sancionó la ley para vender la EPE. "Yo estuve ese día en la plaza", dijo. "Al año siguiente, me hice cargo del gremio y a partir de ahí, nos opusimos a la privatización que hoy queda totalmente descartada gracias a esta derogación. Volvemos a la ley 10.014, de la que tuve el gusto de participar junto con el gobernador José María Vernet. En aquel entonces estaba en el gremio. Nos permite ahora integrar la empresa bajo la figura de una empresa autárquica del Estado"
-¿Y qué piensa de los senadores que votaron la privatización y hoy la derogaron? -le preguntó un colega.
-Aquí se cumplió una etapa que no ha sido lo mejor que le pasó al país, en absoluto. Y hoy fíjese como está la situación electro energética en la Argentina -contestó Bonantini.
Uno de los senadores reutemistas interpretó la decisión de ayer como un formalismo. "Supone reconoce una realidad de hecho que ya estaba planteada en estos términos. La ley 11.727 habilitaba un determinado proceso de transformación del sector eléctrico en la provincia, pero que a fines de 2001 y principios de 2002 el propio gobernador (Reutemann) ya había desistido de la idea de avanzar con ese proyecto. Así que yo diría esto es más una formalidad que una decisión de fondo. Lo que sí nos queda pendiente es el marco regulatorio, un reglamento de suministro, una relación clara entre los usuarios y la empresa, alguien que después se encargue de hacer cumplir esto", explicó el senador Depetris.
-¿Fue un error haber votado la privatización?
-Son situaciones distintas. Esta realidad no tiene nada que ver con aquella. Aquella fue una decisión políticamente correcta en su momento, y hoy no podemos hacer evaluaciones de las consecuencias. Lo real es que la ley no se pudo implementar y la empresa tiene dificultades para funcionar como las tienen todas las empresas, sean públicas o privadas. El sector energético es una prioridad cero para el mundo y no lo va a dejar de ser para la Argentina ni para la provincia de Santa Fe -concluyó Depetris.
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