El intendente de Santa Fe ordenó ayer la evacuación del cordón oeste de la ciudad ﷓el mismo que padeció la catástrofe del río Salado el 29 de abril de 2003﷓, pero que ahora quedó inundado por lo que algunos llaman la lluvia del siglo: 400 milímetros, en 48 horas. "Es una medida preventiva, pero no hay que esperar hasta último momento", dijo Martín Balbarrey al pedirle a los vecinos de San Pantaleón, las Barranquitas, Villa del Parque, San Lorenzo, Chalet y Santa Rosa de Lima, que tomen "la decisión de salir del barrio si el nivel del agua los complica". Hace cuatro años, el torrente llegó hasta los techos de las viviendas; hoy, una inmensa masa líquida invadió calles y casas con un metro de agua, o más. La única alternativa para el desagote serán las bombas extractoras, pero ya se sabe que ese trabajo demandará mucho tiempo.

Al amanecer, Balbarrey dijo que había 12.000 evacuados, al mediodía lo estimó en 15.000 con la posibilidad de que hoy sean 20.000 o más. "Es una cifra que cambia minuto a minuto", aclaró. El temporal afectó a un tercio de la ciudad y se estima que hay más de 60.000 inundados, pero no todos abandonarán sus hogares, muchos optarán por resistir, aunque sea en los techos.

El gobernador Jorge Obeid apuró su regreso desde Venezuela y no bien llegó a Santa Fe convocó a su gabinete para analizar la situación. Una de sus primeras medidas fue militarizar la crisis, tal como lo hizo Carlos Reutemann en 2003: convocó al Ejército para asistir a los damnificados y repartir comida, a la Gendarmería para controlar los piquetes de protesta que habían cortado los accesos a Santa Fe en las últimas horas y a la Prefectura Naval para patrullajes nocturnos ﷓incluso con helicópteros﷓ que eviten el pillaje y los robos en la franja oeste que cada noche queda a oscuras.

Balbarrey anunció muy temprano la evacuación de los seis barrios del oeste. "Les quiero decir a los vecinos que vayan tomando la decisión de salir si ven que los niveles de agua los empiezan a complicar. Es una medida absolutamente preventiva, pero que me parece imprescindible", afirmó el intendente por las emisoras locales. Por entonces, ya había 60 centros de evacuación completos. "Ya estamos por encima de 12.000 evacuados, pero tenemos una perspectiva que supera los 20.000", agregó.

"Los niveles del agua ﷓que supera el metro en la mayoría de los barrios﷓ y la tormenta que tenemos encima no nos garantiza un pronóstico positivo, sino un pronóstico negativo. Entonces, me parece que la gente debe tomar la decisión de ir saliendo de sus casas y no esperar hasta último momento", exhortó.

A pesar de que ayer la lluvia concedió alguna tregua, en muchos barrios creció el nivel del agua. Lo que aumentó la angustia y el malestar. Un fenómeno que tiene su explicación, según Balbarrey. "Lo que ocurre es que en el cordón oeste hay reservorios que están interconectados entre sí. El agua va drenando de norte a sur y cuando las bombas extractoras no alcanzan a drenar lo que ingresa, el agua pasa de un reservorio al otro y se acumula en los que están más a sur. Bueno, esto provoca que los niveles del agua aumente a pesar de que no llueva. Tenemos una ciudad amurallada por defensas, lo que implica que hay que bombear todo lo que llueve y son millones de metros cúbicos los que han llovido y se han acumulado en los reservorios. Creo que estamos peleando contra un fenómeno metereológico que nos supera, que es imprevisible e inmanejable y no sabemos cuántos milímetros más de lluvia van a caer. El tiempo está feo".

"Vamos a seguir trabajando en el bombeo, en la instalación de bombas que están llegando desde distintas partes del país, pero el hecho de que haya un fenómeno metereológico regional que afecta a gran parte de la provincia, al punto que están cortadas la autopista Santa Fe﷓Rosario y varias rutas, me parece que tenemos que reflexionar y tomar la experiencia de otras épocas, para que no se repitan y asistir a las familias de la mejor forma posible", señaló el intendente. Quedó claro que se refería a la catástrofe de 2003.

Balbarrey aprendió de su antecesor, Marcelo Alvarez, quien hace cuatro años les dijo a los vecinos del oeste que se quedaran tranquilos en sus casas y hoy está procesado por "estrago culposo agravado por la muerte de 17 personas". Pero la orden de evacuación del intendente santafesino fue algo así como: 'corran por su vida y salven sus cosas'. Ayer, cientos de damnificados no sabían dónde ir ﷓a pesar de que por los medios oficiales se habían anunciado algunos puntos de concentración﷓ ni qué hacer. Al final, muchos deambularon por la ciudad con sus pertenencias y otros tuvieron que soportar largas esperas antes de encontrar amparo y refugio.