SANTA FE
La polémica se instaló cuando trascendió que padres de chicos de primer año pidieron que no pasaran de curso. "No se irá para atrás porque eso sería manosear a los alumnos", dijo Cancela.
› Por Claudio Socolsky
La firme decisión del Ministerio de Educación en defender su proyecto de Alfabetización Inicial con Promoción Asistida de primero a segundo año, que les permite a los alumnos repitentes pasar de año, sumó ayer un nuevo capítulo debido a las declaraciones que realizó el delegado local del ministerio, Humberto Cancela. El funcionario, quien pidió aclarar que en ningún momento habló de "aplicar sanciones" a las escuelas que no cumplieran con la medida, admitió que con la decisión tomada a finales del año pasado por la ministra Adriana Cantero "no irá para atrás porque eso sería más contraproducente, sería manosear a los alumnos". El tema tomó mayor estado público luego de que se conocieran los casos de dos padres, en Granadero Baigorria y en Rosario, cuyos hijos repitieron el primer año, que no están de acuerdo con la medida ministerial, y pidieron a los responsables de las escuelas donde asisten los chicos que los hagan repetir, ya que no estarían en condiciones de pasar de año.
Ante la consulta de Rosario/12, el delegado local del Ministerio de Educación indicó: "Nos estamos haciendo cargo de una cuestión, porque la escuela no cumplió la reglamentación; pero nunca vamos a sancionar a un director. Pienso que en estos casos los directivos lo hicieron con buena voluntad, y nosotros nos estamos haciendo cargo de esta situación al plantear que los casos que han salido en los medios queden en primer año, pero también con asistencia para que no estén repitiendo".
"En estos casos puntuales -continuó- ya está finalizando mayo por lo que sería contraproducente cambiarlos. Hablé con los supervisores para tener elementos y transmitírselos a la ministra; fue ella la que me lo pidió. Si hicimos esto para respetar a los alumnos en su aprendizaje, no vamos a empezar un tironeo para ver si el chico cumplió o no".
Según Cancela, el proyecto "surge de reuniones de la ministra Adriana Cantero con distintos actores, al ver que las estadísticas indicaban un pico de repitencia muy fuerte, de un 11 por ciento, tanto en primer año de EGB como en octavo. Se trata de dos años donde se producen cambios muy fuertes, y esos cambios hacen que se produzca un desfasaje".
"Por tal motivo -agregó- la ministra plantea que hay que reforzar donde se inicia el proceso, y se decide implementarlo con mayor énfasis en el nivel inicial, primer y segundo año. Como en el nivel inicial no se repite, decidimos hacer la promoción asistida de primero a segundo año".
El funcionario explicó que "la asistencia se compone de varios elementos. Uno de ellos es la provisión de material específico. Otra es una evaluación que va a aplicar una metodología, que está elaborada por la Unicef, y la asistencia que va a haber para los docentes de segundo año".
El rechazo del gremio docente sobre el personal que cumpliría con las tareas de asistencia es otro de los temas que complica la aplicación del proyecto. Desde el ministerio pensaron en tomar personal titulado para resolver las situaciones. Otra cuestión era la posibilidad de un tutor para acompañar al chico en determinadas horas.
En este sentido, Cancela indicó que en un primer momento "se pensó en los pasantes, ya que les serviría para tener una vinculación mucho mas fuerte en su desenvolvimiento docente. Nadie discute que en otras carreras se fomenten las pasantías, porque la competencia se adquiere en el trabajo y esto no es precarización. Pero como eso se metió en la mesa de discusión salarial, se decidió que no habrá pasantes".
Y agregó: "Después pensamos en los docentes jubilados, que era otra posibilidad, pero tampoco se pudo avanzar y entonces la tutoría está sin definición por el rechazo gremial".
El primer caso que se conoció fue en Granadero Baigorria. Los padres de Javier, un niño de 7 años, se negaron a que pasara de año obligadamente; ya que, según ellos, Javier no estaría en condiciones de pasar a segundo.
En tanto, los padres de Tomás, un chico de siete años que cursó el primer año en la Escuela Nº 107 9 de Julio, también solicitaron que su hijo repitiera. Sandra, su madre, informó que Tomás "no sabe leer. Escribe su nombre de memoria pero no reconoce las letras". Admitió que "varios chicos" se encontrarían en la misma situación que su hijo.
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