Tan difícil como abordar la deuda postconcursal es resolver la problemática deportiva de Central, que se intenta descomprimir con la contratación de un nuevo cuerpo técnico. Las primeras gestiones de la dirigencia que lidera Horacio Usandizaga apuntan sus objetivos al área económica y judicial, que son las que tienen a la institución con parte reservado. Pero al margen del camino de ripio que transita el club en Tribunales, para dar con el entrenador la negociación evidencia claras contradicciones: se busca un profesional de prestigio ofreciendo condiciones laborales antagónicas a tal perfil. Es así como Jorge Burruchaga y Leonardo Astrada anticiparon su rechazo a un posible ofrecimiento, quedando como alternativa la poco seductora opción de Reinaldo Merlo. Y todo ello se agrava con la vuelta a la vida institucional de la barrabrava, que ayer intentó, sin éxito, ingresar a la sede para "intervenir" en la reunión de Comisión Directiva.

¿Qué le puede ofrecer Central a un entrenador de relevancia, como el se busca? La pasión que rodea al Gigante de Arroyito cada vez que sale el equipo a la cancha, y poco más. Porque a la falta de seguridad que se vive aún en las inferiores, el club no tiene plata para tentar al hombre elegido y menos aún está en condiciones de prometer refuerzos para afrontar el Clausura 2008. Y si a eso se añade la difícil posición que soportar el "canaya" en la tabla de los promedios, entonces cualquier empresa que se encare, por modesta que ella sea, tiene alto porcentaje al fracaso.

Ese es uno de los motivos por los cuales la nueva directiva destina sus esfuerzos a desentrañar problemas del orden económico y financiero, por sobre los deportivos, advirtiendo también la débil salud que ostenta la institución a nivel judicial.

En la reunión de Comisión Directiva que tuvo lugar anoche en la sede de calle Mitre, en la cual intentaron participar los barras, a quienes le vedaron el acceso a las instalaciones del club, Horacio Usandizaga designó a una parte del personal para que se desenvuelva en determinadas áreas de la institución, y subrayó la necesidad de programar la asamblea de socios para el 18 de diciembre, cónclave donde se anunciará la disposición de poner el estadio de Arroyito como garantía de los numerosos embargos que pesan sobre los fondos judiciales depositados a nombre de la entidad. Y ante los socios, además, se propondrá la reducción del requisito de antigüedad para presentarse como candidato, que actualmente es de 10 años, como así también la exigencia de avales para oficializar una lista, que es del 3 por ciento del padrón.

Lo del entrenador, por su parte, se trató con atención menor, puesto a las prioridades que demanda la administración del club y la falta de un nombre que acapare la simpatía de la mayoría. Reinaldo Merlo, Ariel Cuffaro Russo, por quien hacen lobby algunos medios de comunicación locales, y Leonardo Madelón son los están al alcance de la mano del Vasco. Pero dado que para contratar a cualquier de ellos hay tiempo, se prefiere extender los plazos, esperanzados a que en ese lapso aparezca un candidato de mayor consenso. "Seguimos escuchando propuestas", fue la descripción que entregó un directivo al ser consultado respecto a la sucesión de Hugo Galloni en el banco de suplentes.