0 Central: Broun (6); Danelón (5), Braghieri (5), Ribonetto (5), Núñez (5); Méndez (6), Borzani (5), Cristian González (5); Ezequiel González (5); Zelaya (4), Vizcarra (4). DT: Pablo Sánchez.

1 Colón: Blázquez (7); Candia (4), Garcé (6), Aguilar (5); Chitzoff (6), Falcón (5), Capurro (5), Rivarola (5), Oyola (5); Cardetti (4), Ramírez (4). DT: Antonio Mohamed.

Gol: PT: 41 Aguilar (C)

Cambios: ST: Desde el inicio Franzoia (5) por Vizcarra (RC), 12m Prediguer por Cardetti (C), 20m Sciorilli por Oyola (C), 26m Zarif por Danelón (C), 37m Fuertes por Capurro (C) y 38m Jonatan Gómez por Méndez (RC).

Arbitro: Juan Pablo Pompei

Cancha: Central

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No era la primera impresión la que cuenta. Tampoco puede que sea la segunda. Como equilibrio de una y otra podría tomarse la tercera presentación. Anoche, el Central que apabulló a Estudiantes y claudicó ante River salió a cancha para poner en debate sus dualidades deportivas. Y las sospechas abiertas tras lo desplegado en el Monumental encontraron ante los sabaleros una evidencia que podría refutar las conclusiones que dan cuenta de una falta de fortuna para explicar la derrota del domingo. Es que el canaya ayer volvió a caer, y no estaba en frente el último campeón ni un candidato al título, al menos en los pronósticos, sino un rival con pulcritud defensiva, puntería en la pelota parada y un arquero que hizo la tarea que fue asignada.

Muy posiblemente Central no es el equipo que dirá el lunes la tabla de posiciones. Con seguridad, también, el equipo de Pablo Sánchez puede jugar mucho mejor a lo hecho ayer, donde no llegó ni a esbozar la figura colectiva construida en el debut del Apertura.

Esta vez no fue el arquero el que privó a Central de un mejor resultado. El traspié auriazul nació y creció en los problemas ofensivos del equipo, porque fue allí donde Central echó a perder todo lo conquistado en el mediocampo, donde generalmente se imponían los volantes auriazules.

No fue Zelaya el jugador que sorprendía por salir e ingresar al área, y no fue el Equi quien marcaba con su botín la melodía a entonar en ataque, más aún con un Vizcarra siempre detrás de los centrales. Y como Colón jamás dejó de priorizar que su juego estaba dentro de su mitad de cancha, el resumen de la primera parte arrojó el escuálido saldo de un disparo alto de Vizcarra, tras recibir fuera del área un toque de Ezequiel González, y un rechazo sobre la línea de Chitzoff. Pero en la primera que la visita puso en área de Broun fue gol: Aguilar superó al uno canaya con un cabezazo tras tiro libre de Falcón.

Por esto, obligado estaba Sánchez en tomar alguna decisión en el descanso. Y lo hizo desplazando a Vizcarra para buscar desequilibrio con Franzoia. Pero resultó que los trastornos para Colón llegaron a poco del final, cuando debutó el juvenil Gómez, con despreocupación de niño y buena gambeta para tirar una asistencia y ganar en un pique que amagó con ser el empate, pero terminó en las manos de Blázquez.

En sus 45 minutos en cancha, Franzoia tuvo como aporte de valor un toque atinado para el Equi, quien al pisar el área grande definió de zurda, al dominar la pelota, aunque alto. Entre tanto, en Colón sobresalían los defensores, sacando todo balón que llegaba por vía aérea, e incluso conteniendo los arrestos canayas sobre el ras del césped, y Chitzoff con sus corridas por el lateral.

En los últimos cinco minutos la pasó mal el sabalero, pero no tan bien el canaya. A empellones, y con la urgencia del cronómetro, el equipo se lanzó al ataque, no sin más claridad que en los intentos mostrados en los primeros 80 minutos. La ilusión duró sólo lo que estuvo Gómez en cancha, con su válida propuesta de potrero. La derrota volvió a aparecer, y esta vez fue de local. De las dos caras mostradas por el equipo en el arranque del torneo, ayer otra vez se vio la peor. Ya no se puede hablar de azar.