Jue 09.07.2009
rosario

DEPORTES › LA ACTUACIóN DE BROUN Y UN GOLAZO DE MéNDEZ, LE ALCANZARON PARA VENCER A BELGRANO

Central, de la angustia a un final feliz

La gran perfomance del arquero impidió otro resultado en el primer tiempo. Apenas iniciado el complemento, Méndez marcó un golazo que fue determinante. Así Central quedó a un paso de mantener la categoría. Aunque falta el partido revancha.

0 Belgrano: Olave (6); Lollo (5), Berza (6), Turus (5); Pautasso (5), Mansanelli (5), Maidana (7), Maldonado (6); Vázquez (5); Chavarría (4), Bustos (3). DT: Omar Labruna

1 Central: Broun (7); Alvarez (4), Braghieri (4), Valentini (4), Lima (4); Méndez (7), Escobar (5), Moreno y Fabianesi (4); Cristian Gonzalez (4); Franzoia (4), Zelaya (4). DT: Miguel Russo

Goles: ST: 3m Méndez (C).

Cambios: ST: 28m Cuevas por Vázquez (B), 29m Vizcarra por Zelaya (C), 37m Borzani por Moreno y Fabianesi (C) y Soriano por Chavarría (B), 41m Lux por Maldonado (B) y 45m Zarif por Méndez (C).

Arbitro: Federico Beligoy

Cancha: Belgrano

Expulsado: ST: 33m Berza (B).


En esta ciudad, la caída de Talleres a lo más bajo de las divisionales de AFA (el torneo Argentino A) recoge más atención que el presente de Belgrano, que salió ayer a la cancha con el sueño del ascenso. Entre la incredulidad de medios e hinchas se preparó el equipo de Omar Labruna para afrontar la promoción con Central. Y tras el partido las cotizaciones celestes devaluaron, al encontrar el conjunto de Miguel Russo un triunfo esclarecedor para componer el mejor ambiente de cara a la revancha del domingo. Fue un zapatazo de Jesús Méndez el responsable de la bocanada de aire que recibió el auriazul en las sierras.

No más de 18 mil hinchas pudieron acompañar a Belgrano en su estadio de barrio Alberdi. Allí quiso jugar el celeste, presumiblemente por el fervor que bajaría de las tribunas. El recibimiento fue cálido. Central, al fin de cuentas, era visitante. Pero el escenario no era abrumador, como la instancia en juego hacía suponer. Hasta que empezó el partido. Porque allí sí que Central sufrió ante cada jugada. Los piratas asustaron poniendo en cancha a un tipo de extraño juego como Vázquez, de habilidad no concordante con su imponente estatura.

Era rápido con los pies, pero lento con el cuerpo. Pero ese intermitente enganche contó con la colaboración de Maldonado, volante de toda la cancha, rápido para desbordar y punta de lanza de un equipo que en los primeros 45 minutos mantuvo a Central muy cerca de Broun. En la primera que fue al arco, el uno auriazul le sacó una volea a Vázquez. Luego llegó un remate cruzado de Mansanelli que Braghieri rechazó en la línea con el brazo pegado al cuerpo. El zaguero central, junto a Valentini, salía a los cruces con tantas dudas como las que mostraba el Kily en el mediocampo o Zelaya para bancar alguna arriba. No tenía salida Central y Belgrano llenaba de centros el área, muchas veces con tiros libres producto de la torpeza para marcar de los defensores.

Para evadirse de la situación límite, Central no tenía respuestas en mano. Porque Franzoia tiró un par de desbordes y después se dedicó a jugar cosas chiquitas, lo que exasperó a Méndez, al punto de tirarle un manotazo en pleno partido a su compañero. Pero ese gesto del volante en verdad buscaba zarandear a todo el equipo, acorralado por el fervor de los locales y el pavor propio que contrariaba a todo Central. De una pelota parada lo tuvo Berza, pero su cabezazo fue débil a las manos del Broun. Y sobre el final Bustos, en su única aparición, la tiró por arriba del travesaño.

Belgrano no tenía nada que cambiar. Y con las mismas intensiones fue a jugar el segundo tiempo. Pero el amanecer del complemento encontró a Méndez recibiendo un rebote a la salida de un tiro de esquina a favor y con un derechazo la puso en el segundo palo de Olave, obstaculizado en la visión por una decena de jugadores.

Otro partido nació tras el grito de gol. Desde entonces el Kily dejó de ser una sombra, Méndez agrandó su figura en el medio y los celestes vieron encoger su autoestima, aunque perseveraron por repetir algo de los hecho en la primera parte. Y fue allí otra vez el turno de Broun para desviar un claro cabezazo goleador de Bustos y echar serenidad, de la que no había abundaba.

Labruna demoró los cambios, Berza vio la roja, Maldonado pidió el cambio por una dolencia muscular y Chavarría se la pasó en el piso pidiendo una y otra vez infracciones inexistentes. El domingo sólo una derrota por dos goles de diferencia llevará a Central al escenario temido. No creían antes en Belgrano, menos ahora. El fútbol de Córdoba se pregunta aún que pasó con Talleres.

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