Los jugadores de Central animaron ayer una práctica como hace tiempo no se veía en Arroyo Seco: Con rostros relajados, buen ánimo y algunos con actitud bromista para cumplir la rutina física impuesta por Miguel Russo. Un resultado, como el logrado el miércoles ante Belgrano, cambió abruptamente el paisaje canaya: "Fue un desahogo; la presión es grande", sintetizó el técnico. Sólo una caída por dos goles de diferencia haría al club perder la categoría ante los cordobeces el próximo domingo, día en que el equipo afrontará el juego revancha con los celestes, último desafío de la temporada que el equipo afrontaría como los mismos once que se impusieron en barrio Alberdi. Hoy comienza el canje de ticket para socios.

Sólo Matías Escobar, por una dolencia menor, ameritó atención especial en el entrenamiento matutino de ayer en Arroyo Seco, donde los jugadores de Central se reencontraron tras el triunfo en el partido de ida de la promoción. La victoria espantó fantasmas y disipó interrogantes sobre el futuro inmediato del equipo. Hubo lugar para las bromas, algunas de ellas para Jorge Broun, de rendimiento relevante el miércoles, y el Kily repartió cargadas, aunque el plantel ratificó la decisión de no hacer declaraciones hasta que finalice el juego de vuelta con los cordobeces.

La práctica no tuvo la participación de Matías Escobar, quien acusó un dolor en la cintura, pero cuya presencia para pasado mañana no está en duda. Mientras que Ezequiel González sigue sin obtener el alta médica por el desgarro sufrido mes atrás ante Argentinos, por lo cual el Equi sólo aspira a hacerse un lugar en el banco de suplentes.

Russo no estuvo ajeno a la serenidad que reinó en el plantel y entregó algunas impresiones de lo sucedido el miércoles: "El triunfo fue un desahogo porque la presión es grande. La gente debe estar tranquila, pero nosotros somos muy respetuosos, nos quedan 90 minutos más, es importante haber ganado pero uno no se puede quedar tranquilo hasta que termine el partido del domingo", destacó el técnico.

"El domingo tenemos otra final", calificó Russo, para luego abundar: "Es muy difícil que todo funcione como uno quiere y más en un club como éste que tiene mucha pasión. Por cómo se vive el fútbol en la ciudad, la presión es muy grande. Pero uno se tiene que acomodar. El conocimiento del club y de muchas cosas más permiten manejar un poco mejor las cosas".

Entradas. Si bien para el partido en Córdoba no le vendieron a los socios las entradas prometidas (de ventanillas no salieron más de cien), la dirigencia de Central anunció que hoy, de 14 a 21, en el estadio, Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria y Cruce Alberdi la entrega 17 mil populares para el partido del domingo, las cuales se podrán retirar presentando el carnet de socio con cuota de junio. Las plateas, en cambio, se ofrecerán recién mañana, sólo en el Gigante, de 9 a 19, con precios de 30 pesos para socios y 60 para no socios con entrada incluida.