Mié 09.09.2009
rosario

DEPORTES › LE GANó CON JUSTICIA 2 A 1 A RIVER Y ES PUNTERO DEL TORNEO

Central mira desde arriba

El partido se jugó siempre a merced del ritmo que imponía Méndez, ya transformado en el tutor deportivo de los chicos de Central. Marcaron Burdisso, con un notable cabezazo, y Castillejos, tras una gran jugada colectiva encabezada por Jesús.

› Por Alejo Diz

2 Central: Broun (6); Chitzoff (5), Burdisso (6), Braghieri (6), Gervasio Núñez (6); Gómez (6), Paglialunga (5), Méndez (8), Moya (5); Zelaya (5), Castillejos (6). DT: Ariel Cufaro Russo.

1 River: Vega (5); Galmarini (3), Cabral (4), Coronel (4), Villagra (4); Barrado (4), Paniagua (4), Almeyda (4); Ortega (5), Buonanotte (5); Fabbiani (4). DT: Néstor Gorosito.

Goles: PT: 15m Burdisso (C). ST: 6m Castillejos (C) y 27m Mauro Díaz (R).

Cambios: ST: Desde el inicio Mauro Díaz por Paniagua (R), 24m Franzoia por Castillejos (C), 31m Danelón por Gómez (C), 34m Villalva por Buonanotte y Gil por Fabbiani (R), 40m Choy González por Zelaya (C).

Arbitro: Federico Beligoy

Cancha: Central

Expulsados: ST: 44m Franzoia (C) y Archubi (R) como suplente


Central no tiene la culpa de lo mal que juega River al fútbol y de los momentos de vergüenza que llega a pasar el equipo en cancha, quizás como reflejo directo de su parálisis institucional. En cambio Central sí es responsable de su presente, que lo tiene, desde anoche, como uno de los punteros del campeonato, con juveniles sin prejuicios para intentar lo que se les pide, y por sobre todo con el equipo en camino diáfano hacia la consolidación de su propuesta de fútbol, que se resalta en el esfuerzo físico y se sostiene en la conducción de Jesús Méndez, clara figura de los 22 que salieron a la cancha.

Si se entra en el detalle, hay muchas aristas por subrayar de este Central de Ariel Cuffaro Russo, como el que apareció cerca del segundo tiempo, con Gonzalo Castillejos marcando su primer gol en el certamen. El goleador, al que le tiraron la nueve por las exorbitantes pretensiones económicas de Luciano Figueroa, corre como todos sus compañeros, pero lo suyo es lidiar con los centrales rivales, menesteres que deja siempre algunos golpes, como los de ayer, que lo obligaron a pedir el cambio.

En el análisis general, Central desbordó a River en todas las facetas del juego, empujando al rival a situaciones insólitas, como ver a Galmarini haciendo todas mal, pero todas, a Cabral pegándole de punta hacia arriba ante el apuro de Zelaya y a Paniagua errándole a la cancha cuando aspiró a tirarle un pase gol a Ortega. Precisamente el Burrito fue el único que se salvaba, con su talento intacto, aunque de menos vértigo, claro, por el paso de los años.

El partido se jugó siempre a merced del ritmo que imponía Méndez, ya transformado en el tutor deportivo de los chicos y en el jugador de más ascendencia dentro del equipo por su participación. Jesús, con sus pases a los costados y profundos, le marca las posiciones a sus compañeros, y con su velocidad llega siempre a tiempo para marcar, más aún en un mediocampo donde se movía Almeyda, jugador que River sumó al primer equipo a pesar de sus cuatro años de inactividad por retiro.

Ante el claro predominio, el gol era cuestión de paciencia. Aunque no fue necesario controlar los nervios porque en el segundo tiro de esquina ejecutado por Méndez el canaya se puso en ventaja con preciso cabezazo cruzado de Burdisso. Corría el cuarto de hora y todo comenzaba a encaminarse a una goleada, si Central se lo proponía.

Lo que sucede es que este equipo juvenil no está para los excesos, por más viento a favor que goza durante el partido. Fue en el segundo tiempo donde River volvió a sucumbir: Méndez picó por la derecha con pelota el pie, emulando a Franzoia, tiró el centro atrás y dejó a Castillejos con todo el arco a gusto para definir de derecha.

Si había tranquilidad por las evidentes diferencias deportivas, todo ello se acentuó con la diferencia de dos goles. Recién ahí River logró salir de su lastimoso papel. Los chicos de Arroyito empezaron a correr un poco menos y entonces River intentó un poco más, metiendo Gorosito en cancha a los chicos Villalva y Gil, por el ancho (más robusto que nunca) Fabbiani y Buonanotte, que intentó algunas, pero padeció el rigor auriazul en la marca.

A repasar para el canaya queda la ejecución de tiros libres, en los cuales no pudo inquietar nunca, incluso a pesar de haber tenido ángulos propicios. Pero en eso habrá reparado sólo Cuffaro Russo. Porque el simpatizante dejó el Gigante (la policía reprimió e impidió el ingreso de muchos hinchas) entre risas, las que nacieron tras ver a un equipo que está primero, a sólo un punto de Gimnasia en el promedio y a cuatro apenas de Racing. Y si bien lo que importa son las estadísticas para el canaya, la presunción de que el equipo constuye su propia forma de jugar es la mayor satisfacción.

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