Se corre el riesgo de ser injusto cuando se reconoce en una jugadora con tanta ascendencia sobre el equipo. Luciana Aymar es capaz de hacer que las rivales choquen entre sí en afán por detenerla, como ocurrió anoche en otra excepcional jugada, dejando en ridículas a sus marcadoras. Tan imprevisible es con el palo en la mano, que para derribarla las adversarias le van a los pies como haría un rústico defensor de fútbol ante un escurridizo delantero. También es capaz Lucha de pasar desapercibida en una jugada colectiva para tomar su participación ya en la zona de remate, como sucedió ayer, ante Alemania, para abrir en veloz maniobra un partido que no tenía diferencias en el marcador. Pero como detrás de Lucha hay un equipo de talento repartido, para la final de mañana ante Holanda las argentinas son justas favoritas.

Las Leonas juegan al hockey con tanta facilidad que minimizan involuntariamente la jerarquía de sus rivales. Alemania llegó a semifinal porque es una potencia. Están a la altura de las mejores. Pero mejor que ellas es Argentina, que ayer superó a las teutonas dejando constancia de clara superioridad.

La primera diferencia fue colectiva. Argentina dominó el primer tiempo con vehemencia. En seis minutos ya dispuso de dos corners cortos, a consecuencia de llevar la disputa de la bocha al área de las alemanas. Los palos y las defensoras rivales fueron la valla sin superar en la ejecuciones de Barrionuevo. Entre tanto, Aymar entregaba algunas señales de los que tenía preparado para más tarde. Por caso, el partido recién empezaba.

Siempre Argentina atacando y Alemania defendiendo. Así se jugó en todo el primer tiempo. Aunque el intenso trámite tuvo una pausa, breve, pero que levantó susto. Belén Succhi se tiró de palomita para evitar el gol de las alemanas. Superada la zozobra, las cosas volvieron al lugar pretendido por el entrenador Carlos Retegui. Llegó un tercer corner corto y el remate salió desviado. Las Leonas jugaban seguras y eran sólidas. Faltaba el gol. No lo encontró en el juego colectivo. O mejor dicho, cuando estaba a la búsqueda incesante, Aymar pareció cansarse de tanto esperar, y lo resolvió con su ágil muñeca: la tomó en la zona de remate, un amague, encontró el ángulo y remató cruzado a falta de diez para el final.

Hecho Lucha lo suyo, Argentina bajó la ansiedad y se dispuso a jugar un segundo tiempo menos emotivo, pero en el cual no pasó mayores preocupaciones. A siete del final Carla Rebecchi encontró un rebote en el área y marcó el segundo. El descuento de Stöckel, a segundos de la chicharra, ni siquiera despertó inquietud. Las Leonas ya habían reunidos méritos para llegar la final, donde encontrará a Holanda, sin dudas la mejor selección del Grupo A. Al Mundial de Hockey le queda una última jornada. La más soñada, y donde se buscará culminar el trabajo de las chicas, que ya suma seis triunfos consecutivos.