Algo se quebró el sábado en el Gigante de Arroyito. Los hinchas se hicieron oír y con silbidos y abucheos dejaron bien en claro que responsabilizan a Reinaldo Merlo del magro presente que atraviesa Central. La victoria logró calmar los ánimos, en parte, pero el equipo continúa sin jugar bien. Sufre en defensa y desperdicia en ataque. En una semana más corta de lo habitual, el jueves enfrentará a Chacarita en la cancha de Almagro. Al igual que la última fecha, Merlo tampoco podrá contar con Guizasola, Shaffer y Zarif.

No hubo un partido entero en el cual Central haya redondeado una buena producción. Tuvo rendimientos aceptables ante Atlético Rafaela y Almirante Brown pero no logró mantenerlos con el correr de las fechas. Merlo ya tuvo 9 fechas al mando del equipo y el trayecto ha sido signado por las falencias colectivas, las supuestas diferencias entre el entrenador y los jugadores y el malestar de los hinchas con las decisiones del técnico.

Mientras tanto, un patrón de juego que lo erija en un equipo sólido, o al menos con una idea futbolística, espera ser encontrado. Merlo prueba y prueba, pero no define qué es lo que pretende de su Central. En su momento, fue el chaqueño Medina el que le resolvió algunos problemas en la ofensiva. Pero, y pesar de ser uno de los mejores jugadores del equipo, Merlo decidió reemplazarlo y dejarlo en el banco para el encuentro del sábado. Con los goles de Toledo en la mano, la jugada no le salió mal. Pero los hinchas le pasaron factura por la decisión de ubicarlo al ex Boca Unidos de Corrientes en el sector de los relevos. Mostaza no se le animó al tridente ofensivo y prefirió jugar con dos centroatacantes. Figueroa y Toledo ya se habían mostrado en buena forma jugando juntos, pero sus similares estilos sienten mayor comodidad cuando se complementan con un extremo que los asista constantemente y no los obligue a descender unos metros para tomar contacto con la pelota.

Con el Kily González ocurrió algo similar. El sábado, el experimentado volante jugó como enganche, pero en otras oportunidades se desempeñó como doble cinco. En el medio, son varios los que fueron y vinieron: el uruguayo Rodríguez, Carrizo, Rivero, el otro González, Guizasola, Shaffer. Ensayo y error. Error y ensayo. Así anda Mostaza.

Y si bien los dirigentes ya le manifestaron públicamente su incondicional apoyo, Merlo debe trabajar ahora con el sentir del hincha canaya, que le hizo saber el sábado que lo cree culpable del mal funcionamiento que el equipo muestra en la cancha. En el entretiempo, cuando se aproximaba al banco de suplentes, unos minutos antes de ser expulsado por haber tardado más de quince minutos en retornar al campo de juego, una lapidaria bandera lo esperaba con la leyenda "Andate antifútbol". Experimentado y bicho, en las declaraciones post partido optó por restarle importancia. "De la gente no opino. Trabajo en un club importante y ellos tienen el derecho de decir lo que piensan. No estoy dolido sino tranquilo, trabajando para ganar", señaló.

Con la televisación de TyC Sports, Central vuelve a jugar el jueves a las 21 ante Chacarita, en cancha de Almagro. El funebrero, al igual que el canaya, se está acomodando a la categoría luego del descenso y suma 13 puntos, uno más que el auriazul. Viene de empatar en cero ante San Martín, en Tucumán. Merlo podría disponer de los mismos titulares porque Omar Zarif, José Shaffer y Roberto Guizasola no podrán reaparecer. El volante y el defensor todavía no se han recuperado de sus desgarros y el peruano cumplió su suspensión por la expulsión ante Ferro, pero fue convocado a su selección.